Educación ambiental y sostenibilidad: Se ama lo que se conoce

Desde los colegios hasta las universidades, pasando por las administraciones públicas de todo tipo, la educación ambiental (EA) debe formar parte transversalmente de las estrategias comunicativas si quiere llegar a todas las esferas de la sociedad y afrontar así los principales retos del futuro. Estos son transitar a una economía baja en carbono que se adapte a las nuevas condiciones de suministro energético y de materiales, así como reducir en lo posible las consecuencias del cambio climático global.

Informe “De la Educación Ambiental a la Educación para la Sostenibilidad”

Así se pone de manifiesto en el informe “De la Educación Ambiental a la Educación para la Sostenibilidad”, publicado recientemente por la Red Española de Desarrollo Sostenible (REDS) en colaboración con Ecoembes y CENEAM. En él han participado figuras reconocidas como la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera; la presidenta de REDS, Leire Pajín, y el consejero delegado de Ecoembes, Oscar Martin, entre otros responsables de organismos públicos y privados.

Con el lema #EducaEnVerde, el informe recoge el análisis realizado por varios especialistas en educación ambiental y sostenibilidad tras 30 años de recorrido —El deterioro ambiental no es un problema que haya irrumpido en la educación durante este siglo, sino que las nuevas estrategias educativas para proteger el medio ambiente se remontan a la década de 1970— a fin de reflexionar sobre el grado de cumplimiento de las metas en este ámbito.

En él se repasa la educación ambiental en diferentes contextos, como la empresa, los medios de comunicación, el marketing o el propio sector educativo; y se incide en la importancia de la educación como remedio para tratar un “planeta enfermo”. Los autores coinciden en que es necesario “aprender de nuestros errores antes de que nos quedemos calvos” y para ello hay que identificar los “peines” que nos ayuden a pensar sobre el recorrido que llevamos, así como los atajos que nos sirvan para alcanzar los objetivos que nos marcamos.

En el articulo 45 de la Constitución Española se recoge el derecho “a disfrutar de un medio adecuado para el desarrollo de la persona” y, además, el deber de conservarlo. Sin embargo, si hacemos una revisión de lo ocurrido desde el 2010 podemos concluir que la evolución de la percepción social de los problemas ambientales ha sido lenta.

Un ejemplo claro es que en 2010 apenas el 3% de la población concebía el deterioro del medio ambiente como el problema más importante de España, pero es que ocho años más tarde, en 2018, este tanto por ciento sólo había ascendido al 8,1.

La ciudadanía española admite que es necesaria una mayor educación y cultura ambiental y según el último estudio de la Fundación Endesa de 2016, el 93,6% de la población reconoce que quiere soluciones urgentes frente a este problema “bastante grave”.

Una manera muy útil de acercar la educación ambiental a la ciudadanía es el uso de las redes sociales, que permiten llegar a un público más amplio y joven, concluye el informe.

Se plantean no obstante cinco retos principales para el futuro

1. Pasar del diálogo a la práctica —del pensamiento a la acción— mediante “contextos facilitadores de estilos de vida sostenibles o círculos virtuosos”.

2Fomentar una educación ambiental consciente y transformadora de privilegios: “EA diversa, comunitaria, feminista, decolonial, igualitaria…”

3. No olvidarse de la EA de la complejidad e incertidumbre, “de la vida buena dentro de los límites planetarios”, para promover el rigor al tratar la información ambiental y evitar el sectarismo dentro de los grupos más pesimistas respecto el declive energético y el colapso ecosocial.

4. “La educación ambiental como herramienta clave para un cambio de modelo” es uno de los retos que pueden ayudar a la transformación del sistema.

5. EA que atraviesa las “capas de la cebolla”. Cada vez más gente se une a los movimientos ambientales. Sin embargo, hay que tener cuidado de no caer en el problema de comunicar masivamente y acabar dando mensajes vacíos.

En definitiva, el informe recalca que se necesita un cambio en las administraciones públicas —mediante la creación o el refuerzo de las unidades administrativas de educación ambiental— para conseguir una educación ambiental realista y acelerar o garantizar una transición hacia una economía más sostenible.

Se plantea por ejemplo, que desde el ministerio de Educación, se promocione la EA y se faciliten ayudas para que los centros educativos participen en programas y trabajos complementarios en el aula para llegar a los ciento de escolares y docentes que hay en el país.

Algunos proyectos que han emergido directamente desde el ciudadano, son, por ejemplo, el de “Ciudades en Transición”. Esta nació con el fin de hacer de los entornos urbanos espacios más resistentes a los retos del pico del petróleo y del cambio climático. Así como la iniciativa “Red de Huertos Urbanos Comunitarios de Madrid”, que favorece la agricultura ecológica y el consumo local al tiempo que fortalece los lazos vecinales en la ciudad.

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