No, la silicona no es biodegradable ni compostable -al menos no en el lapso de una vida humana normal-, pero a menudo se promociona como una opción más saludable y ecológica, lo cual es parcialmente cierto.
La silicona es menos derrochadora y filtra menos sustancias químicas potencialmente tóxicas en los alimentos y las bebidas, por lo que se utiliza para almacenar alimentos y cocinar, y puede reutilizarse muchas más veces que el típico plástico.
En general, la silicona puede ser una opción más respetuosa con el medio ambiente si se utiliza en lugar de un artículo de plástico desechable. Sin embargo, debido a su bajo nivel de reciclabilidad, su no biodegradabilidad y sus posibles efectos sobre la salud, no es una opción tan «verde» como el vidrio, la tela o las bolsas o envoltorios de tela encerada, o el acero inoxidable, que son fácilmente reciclables (el metal y el vidrio), o biodegradables (la tela).
La principal diferencia entre los plásticos y la silicona es de qué están hechos. Como su nombre indica, la silicona tiene una base de sílice (pero también contiene compuestos petroquímicos), mientras que los plásticos están hechos totalmente de materiales derivados de los combustibles fósiles.
Tabla de contenidos
¿Qué es la silicona?
A menudo se llama a la silicona un caucho, pero no lo es, aunque es parecido al caucho. Es técnicamente un elastómero. La silicona está hecha de silicio y oxígeno reordenados (como la arena), pero a diferencia de la arena, también tiene la adición de hidrocarburos, que es exactamente lo que le da todas esas cualidades útiles de un plástico. Algunos dicen que, al estar basada en el sílice, la silicona es tan segura como la arena, pero a otros les preocupa que todavía haya sustancias que lleguen a los alimentos procedentes de la silicona, sobre todo cuando se utiliza en los utensilios de cocina, cuando se calienta a altas temperaturas.
Las siliconas son diferentes del sílice, que también es diferente del silicio. Es importante conocer la diferencia entre ellas.
Científicamente hablando, la silicona es el nombre de un gran grupo de compuestos similares, por lo que hay muchos tipos diferentes de siliconas. Todas comparten una cadena principal de átomos de silicio y oxígeno alternados.
Las siliconas son diferentes de la sílice, que es una de las sustancias más comunes de la Tierra, que se encuentra en todo tipo de rocas. El sílice es de lo que están hechos el cuarzo y la mayor parte de la arena de la playa. En cambio, el silicio es un elemento que se encuentra en la tabla periódica. No se encuentra por sí mismo en el mundo natural, sino que hay que crearlo en el laboratorio. Es conocido por ser el semiconductor de los chips de los ordenadores.
Para fabricar, por ejemplo, el papel de silicona para hornear que tienes en el armario de tu cocina, el sílice (SiO2) se calienta a temperaturas muy altas, lo que separa los átomos de silicio elemental del oxígeno al que estaba unido. Lo que queda es silicio (sólo Si). A continuación se mezcla con hidrocarburos, normalmente derivados de combustibles fósiles, para crear un monómero, que luego se une en un polímero. Dependiendo de la pureza de ese proceso, así es la calidad de la silicona que se obtiene al final.
¿Es la silicona una opción saludable?
Como hemos cubierto en Treehugger, «la silicona está ampliamente aceptada como segura por organizaciones como Health Canada y la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU.». El Ministerio de Sanidad de Canadá ha informado de que no se conoce ningún peligro para la salud asociado a los utensilios de cocina de silicona y que «el caucho de silicona no reacciona con los alimentos ni con las bebidas, ni produce humos peligrosos».
Sin embargo, no se han realizado muchos estudios sobre la silicona. Un estudio sobre aditivos alimentarios y contaminantes mostró que los siloxanos pueden filtrarse en los alimentos, especialmente en los más grasos y sobre todo a temperaturas más altas, por encima de los 300 grados F. Otras investigaciones han apoyado este hallazgo, demostrando que ciertos tipos de silicona filtran siloxanos en los alimentos grasos. Todavía se está debatiendo si esos siloxanos tienen efectos sobre la salud, y depende de la calidad de la silicona, por lo que también es difícil hacer una afirmación general que se aplique a todos los tipos de silicona (ya que algunas se fabrican con más pureza que otras).
Los panaderos y cocineros caseros más precavidos podrían considerar otros tipos de utensilios para hornear. Es menos preocupante utilizar la silicona a temperaturas más bajas y durante menos tiempo, como una espátula, las tetinas de un biberón, los sellos para los biberones o en cualquier aplicación en la que no entren en contacto con alimentos grasos o muy calientes durante largos periodos de tiempo.
Principales cualidades de la silicona
La silicona tiene las ventajas de sus primos, los plásticos, en el sentido de que se le puede dar forma en una gran variedad de moldes de diversos tamaños. Puede ser blanda o dura, y suele tener un rebote y un tacto característicos. Es flexible, maleable, puede ser translúcido o adoptar colores claros u oscuros, no le afectan los rayos UV y es casi impermeable. El hecho de que sea permeable a los gases hace que sea especialmente útil en equipos médicos.
El hecho de que no sea reactiva es la razón por la que la silicona se utiliza para implantes mamarios, tubos médicos y copas menstruales. También se utiliza en productos de cuidado personal y en selladores para la construcción, como la lechada de los azulejos del baño.
Su particularidad es que es mucho más resistente al calor que la mayoría de los plásticos. Esta propiedad, junto con el hecho de ser antiadherente y fácil de limpiar, hace que sea muy popular para los equipos de cocina, además de los usos mencionados anteriormente.
¿Es la silicona una opción más ecológica?
Depende. Si utilizas la silicona en lugar de un plástico fino y desechable (como una bolsa para sándwiches) que no se puede reciclar fácilmente, es una mejor opción, ya que se puede reutilizar muchas más veces. Además, los plásticos se descomponen en microplásticos, que acaban en nuestro suelo y en el suministro de agua, llegando al océano y a los cuerpos de los animales que comemos (así como a los cuerpos humanos). Las siliconas no se descomponen de este modo y no desprenden microplásticos.
Aún así, un recipiente de vidrio que pueda reciclarse fácilmente al final de su vida útil, o una bolsa de papel biodegradable, o de tela o de tejido encerado (que pueden biodegradarse), son mejores opciones.
Cuando se trata de un recipiente de plástico más duro para almacenar alimentos, probablemente sea mejor utilizar vidrio (especialmente para cualquier cosa caliente), o un recipiente de plástico 1 (PET) o 2 (HDPE) (para cosas a temperatura ambiente o más frías), los cuales son más fáciles de reciclar que la silicona.
En cuanto a los utensilios para hornear, utiliza cristal, cerámica, acero inoxidable o hierro, tanto por razones de sostenibilidad medioambiental como de salud. Tanto el vidrio como el acero inoxidable son reciclables (el acero no se acepta en la mayoría de los programas de recogida de basura, pero sí a través de la recogida de chatarra) y la cerámica se biodegrada, al igual que el hierro, aunque tardará mucho tiempo.
Compuestos biodegradables
La silicona, al igual que otros compuestos creados por el hombre, no se biodegrada porque es un material nuevo. No han existido el tiempo suficiente para que los procesos naturales que descomponen otros materiales, como las levaduras, las bacterias, los hongos y las enzimas, hayan evolucionado para degradarlos. Así que, al igual que los plásticos, las siliconas se quedarán en un vertedero, rompiéndose en pedazos con el paso del tiempo, pero sin degradarse completamente en partes constituyentes que puedan ser utilizadas de nuevo por un organismo en crecimiento.
Algunas investigaciones apuntan a un poliuretano con silicona fabricado con materiales de base biológica. Estos materiales podrían permitir que las bacterias ya existentes fueran capaces de digerirlo. Así que, aunque en este momento la silicona no es un material biodegradable, si se hiciera con materiales constitutivos diferentes, existe la posibilidad de que lo sea.
¿Se puede reciclar la silicona?
La silicona no se puede reciclar en la recogida en la acera en ningún programa de Estados Unidos. Pero la silicona puede ser reciclada por recicladores especializados, así que puedes reunirte con tus amigos y enviar los utensilios de silicona para hornear u otros artículos a la Caja de Residuos Cero de Cocina de TerraCycle. También puedes preguntar si en tu ciudad hay días especiales de reciclaje en los que se aceptan materiales que no se reciclan en la acera; a veces estos programas aceptan utensilios de silicona para hornear usados o materiales de construcción.
Cómo reutilizar la silicona
Aunque la silicona no es fácilmente reciclable, hay algunas formas de reutilizarla.
La silicona vieja puede reutilizarse en casa siguiendo unos pocos pasos. Primero cortas o mueles la silicona y luego añades más silicona nueva, que puede comprarse en forma de polvo o líquido. Saber la cantidad de silicona nueva que hay que mezclar depende del tipo de silicona que quieras reciclar. A continuación, hay que colocar la silicona en un molde y curarla. La silicona vieja es básicamente una especie de relleno para dar volumen al nuevo artículo.
La silicona también se puede utilizar como mantillo para parques infantiles, rallándola y extendiéndola en el suelo debajo de los equipos de juego. Otra forma de reutilizarla es simplemente cortarla: un viejo tapete de silicona para hornear puede cortarse en trozos que sirvan para cubrir las manos con guantes de cocina, o como trébedes para mantener los platos calientes fuera de las encimeras.
Los tapetes de silicona podrían ser útiles alrededor de una chimenea para evitar que las chispas golpeen el suelo, o podrían utilizarse para guardar objetos sucios, como equipos de jardinería, ya que la silicona se aclara fácilmente.
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