La próxima vez que el dependiente de tu tienda de comestibles favorita te pregunte si prefieres «papel o plástico» para tus compras, considera dar la respuesta verdaderamente ecológica y decir: «ninguna de las dos cosas».
Las bolsas de plástico acaban siendo basura que ensucia el paisaje y mata a miles de animales marinos cada año que confunden las bolsas flotantes con comida. Las bolsas de plástico que se entierran en los vertederos pueden tardar hasta 1.000 años en descomponerse, y en el proceso se separan en partículas tóxicas cada vez más pequeñas que contaminan el suelo y el agua. Además, la producción de bolsas de plástico consume millones de galones de petróleo que podrían utilizarse para combustible y calefacción.
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¿Es mejor el papel que el plástico?
Las bolsas de papel, que mucha gente considera una alternativa mejor que las de plástico, conllevan su propia serie de problemas medioambientales. Por ejemplo, según la Asociación Americana de Bosques y Papel, en 1999 sólo en EE.UU. se utilizaron 10.000 millones de bolsas de papel para la compra, lo que supone muchos árboles, además de mucha agua y productos químicos para procesar el papel.
Las bolsas reutilizables son una mejor opción
Pero si rechazas tanto las bolsas de papel como las de plástico, ¿cómo llevas la compra a casa? La respuesta, según muchos ecologistas, son las bolsas de la compra reutilizables de alta calidad, fabricadas con materiales que no dañan el medio ambiente durante su producción y que no hay que desechar después de cada uso. Puedes encontrar una buena selección de bolsas reutilizables de alta calidad en Internet, o en la mayoría de las tiendas de comestibles, grandes almacenes y cooperativas de alimentación.
Los expertos estiman que cada año se consumen y desechan entre 500.000 y 1 billón de bolsas de plástico en todo el mundo, es decir, más de un millón por minuto.
Aquí tienes algunos datos sobre las bolsas de plástico que ayudan a demostrar el valor de las bolsas reutilizables para los consumidores y el medio ambiente:
- Las bolsas de plástico no son biodegradables. En realidad, pasan por un proceso llamado fotodegradación: se descomponen en partículas tóxicas cada vez más pequeñas que contaminan tanto el suelo como el agua y acaban entrando en la cadena alimentaria cuando los animales las ingieren accidentalmente.
Los impuestos estratégicos pueden reducir el uso de las bolsas de plástico
En 2001, por ejemplo, Irlanda utilizaba 1.200 millones de bolsas de plástico al año, unas 316 por persona. En 2002, el gobierno irlandés impuso un impuesto al consumo de bolsas de plástico (llamado PlasTax), que ha reducido el consumo en un 90%. El impuesto, de 0,15 $ por bolsa, lo pagan los consumidores al pasar por caja en la tienda. Además de reducir la basura, el impuesto de Irlanda ha ahorrado aproximadamente 18 millones de litros de petróleo. Otros gobiernos de todo el mundo se están planteando aplicar un impuesto similar a las bolsas de plástico. Japón aprobó una ley que faculta al gobierno para emitir advertencias a los comerciantes que utilicen en exceso las bolsas de plástico y no hagan lo suficiente para «reducir, reutilizar o reciclar». En la cultura japonesa, es habitual que las tiendas envuelvan cada artículo en su propia bolsa, lo que los japoneses consideran tanto una cuestión de buena higiene como de respeto o cortesía. Mientras tanto, algunas empresas ecológicas -como la Mountain Equipment Co-op de Toronto- están explorando voluntariamente alternativas éticas a las bolsas de plástico, recurriendo a bolsas biodegradables hechas de maíz. Las bolsas de maíz cuestan varias veces más que las de plástico, pero se producen utilizando mucha menos energía y se descomponen en vertederos o compostadores en un plazo de cuatro a 12 semanas. Editado por Frédéric Beaudry Los gobiernos utilizan la ley para limitar las bolsas de plástico
Las empresas toman decisiones difíciles
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