Caminas por la calle y ves que a la persona de delante se le cae un papel al suelo. Al principio piensas que es algo importante y que deberías devolvérselo, pero te fijas mejor y compruebas que no es más que un ticket de la compra arrugado, hecho una bola. Lo ha tirado a propósito.
Afortunadamente, ésta es una actitud cada vez menos habitual, gracias en parte a las campañas de concienciación sobre la importancia de no tirar basura al suelo y mantener las ciudades limpias. Sin embargo, a juzgar por el aspecto de algunas urbes, cuyos suelos están en muchos casos repletos de colillas, vemos que todavía queda mucho por hacer.
Los restos de cigarrillos constituyen la primera fuente de basura mundial, por delante de los envases de alimentos, botellas y bolsas de plástico, según determinó un especialista de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). Del total de residuos que se recogen a nivel mundial, las colillas representan el 30 %, aduce esta organización. Además las colillas pueden tardar en descomponerse entre ocho y doce años, según el SEPAR, perdiendo un 37,8 % de su masa inicial tras dos años de degradación, precisan.
Este residuo se impone al resto como el más frecuente entre los vertidos al medio ambiente tanto en entornos naturales como urbanos. Tirar basura Tirar basura (restos de colillas, plásticos, papeles, etc.) al medio natural terrestre repercute además sobre los ecosistemas marinos. De hecho, el 80 % de las basuras marinas lo constituyen los residuos abandonados en tierra.
Residuos terrestres en el mar
Los motivos son varios. El proceso natural de sedimentación, por una parte, arrastra la basura abandonada en montes a los ríos, de forma que ésta llega al mar. Otra vía es la contaminación de acuíferos, que se filtra a los acantilados y luego al océano.
La basura en la naturaleza presenta riesgos para la supervivencia de las especies. La ingesta de residuos accidental ha provocado la muerte de animales que, al sentirse saciados, dejan de buscar alimentos orgánicos conformándose con los plásticos que tienen en su interior, que además son tóxicos para sus organismos. Un caso reciente muy conocido fue el de un cachalote en Cabo de Palos (Murcia) que apareció varado en la costa en febrero de este año. La necropsia, denuncia Greenpeace, indicó que el animal había muerto a causa de los 29 kilogramos de plásticos que tenía en su estómago. “Se sabe que entre el 40-60% de las tortugas ingieren plásticos y que en algunas especies de aves este porcentaje se eleva incluso hasta el 93%”, aseguran los ecologistas.
¿Qué hacer para evitar abandonar basura?
¿Todavía no sabes cómo evitar que estos elementos intrusos acaben con más vidas en el planeta? Un simple gesto puede ayudar a hacerlo: el reciclaje. Separar de forma adecuada en casa los envases domésticos (contendor amarillo) del papel y del cartón (contenedor azul) de la materia orgánica (el marrón) y del vidrio (el verde) facilita su reciclaje y que así se aprovechen los materiales de nuestros residuos para crear nuevos objetos y productos. De esta forma, no sólo ayudamos a dejar la superficie libre de basura -de forma que está más limpia y es más cómodo y seguro para todos-, sino que también evitamos la extracción de recursos para crear nuevos materiales, con el impacto ambiental que ésta acarrea.
Por otra parte, cuando estamos fuera, ya sea en el campo o en la ciudad, es importante tener en cuenta las consecuencias de tirar algo al suelo. Una vez que hemos entendido que arrojar por ejemplo una botella -además de contaminar- puede ocasionar la muerte de especies terrestres o marinas, corregir ese hábito en nosotros y en las personas que nos rodean es un compromiso con el medio ambiente.
Ecoembes, la organización medioambiental sin ánimo de lucro que promueve la sostenibilidad a través del reciclaje de envases en España, realizó en 2016 la campaña “Se te ha caído”, con la que la entidad grabó las reacciones de los ciudadanos de Madrid cuando veían que a alguien se le había caído un objeto considerado “de valor” (unos auriculares, una gorra…), tras lo cual avisaban a la persona, pero sin embargo muchos no le decían nada cuando lo que se le caía era basura. Se limitaban a mirarlo con desaprobación.
“Cuando vamos paseando por la calle, por un parque o un entorno natural y nos encontramos con residuos abandonados todos somos conscientes de que no deberían estar ahí. En Ecoembes queremos ser parte de la solución y por ello ponemos al alcance de los ciudadanos las herramientas necesarias para mostrar que sus gestos son muy importantes para el cuidado del medio ambiente”, declaró sobre esta campaña Nieves Rey, directora de Comunicación Corporativa y Marketing de Ecoembes.