Una de las partes más extrañas de ser un humano en los tiempos modernos es que sabemos más que nunca sobre nuestro planeta y el universo, lo que también deja muy claro cuánto queda por saber. Pero incluso ante una extinción masiva de especies, probablemente sólo hemos identificado el 15 por ciento o menos de toda la vida de la Tierra.
Incluso los propios animales con los que compartimos nuestros hogares -perros y gatos- son, en muchos sentidos, un misterio. Acabamos de enterarnos de que los perros realmente pueden leer nuestras emociones.
Cuando se trata de insectos, sabemos aún menos. Según el Smithsonian: «La mayoría de las autoridades coinciden en que hay más especies de insectos que no han sido descritas (nombradas por la ciencia) que especies de insectos que han sido nombradas previamente. Los cálculos conservadores sugieren que esta cifra es de 2 millones, pero las estimaciones se extienden hasta 30 millones».
El coro de grillos de Dios
Por eso es creíble que los grillos, esos omnipresentes gorjeadores nocturnos que también proporcionan una buena servicio de proteínas cuando se comen, puedan cantar como ángeles. O, como los llamó el cantante y músico Tom Waits en NPR «los Niños Cantores de Viena». Waits se refería a una grabación de 1992 de la canción del grillo que estaba radicalmente ralentizada; la calificó como una de las grabaciones más extrañas que poseía. Comprueba tú mismo «God’s Cricket Chorus» en el siguiente vídeo:
Es un sonido realmente inquietante y hermoso, y además relajante. Mucha gente ha tachado la grabación de falsa, pero al indagar en la historia, como hicieron los detectives de Internet en Snopes, se revela que, aunque los detalles de la grabación son misteriosos, no se trata de una broma ni es falsa. (Puedes consultar la larga historia de Snopes para saber más sobre los orígenes de la grabación.)
Pero volvamos a la grabación. Lo que estás oyendo es la canción del grillo, radicalmente ralentizada, y posiblemente manipulada de otras maneras con el equipo de audio.
Solo de grillo
Muchos otros han intentado el experimento: Uno de mis ejemplos favoritos es el vídeo de abajo, que toma un solo canto de grillo y lo ralentiza en incrementos, lo cual no es muy emocionante hasta que llegas a la versión 800 veces más lenta. Entonces se produce ese sonido que te golpea justo en la barriga, y se trata de un solo grillo, por lo que unos cuantos cantando juntos podrían acercarse al coro original de los grillos.
Después del escepticismo y más allá del factor «wow», estas grabaciones me hacen pensar en la naturaleza del tiempo. Sabemos que los insectos viven vidas profundamente más cortas que nosotros, pero ¿y si los grillos simplemente perciben el tiempo de forma diferente a nosotros? ¿Y si la vida de los grillos, que a nosotros nos parece de 3 meses, a ellos les parece de 80 años? Si lo piensas así, cada «chirrido» podría ser una canción completa.
Tal vez estén cantando hermosos estribillos para encontrar la pareja adecuada con la que aparearse. Tal vez sus vidas giren en torno a la música, sólo que hacen esa música con sus cuerpos. No es una idea descabellada, sólo una idea no probada.
La comprensión de la comunicación animal aún está en pañales. Durante años, los cantos de las ballenas no se entendían, y ahora los científicos están empezando a descifrarlos. La comunicación entre especies está empezando a examinarse, y ahora los científicos se comunican con los delfines a través de teclados. Mi artículo favorito de 2015 fue éste del New York Times sobre cómo se comunican los pájaros en el bosque y cómo otros animales también escuchan.
Puede que haya conversaciones enteras en todo el mundo natural. Sólo porque no podamos oírlas, no significa que no sean reales.