¿Puede alguien, desde el mismo sillón de su casa, contribuir a cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de Naciones Unidas? Al parecer sí.
La ONU considera que cualquiera, incluso el más vago, puede participar del esfuerzo global por conseguir acabar con la pobreza extrema, asegurar el acceso universal a una salud y una educación de calidad, así como a agua y energía limpia, paliar la desigualdad —incluida la de género, proteger los derechos de la mujer—, combatir los efectos del cambio climático, preservar los ecosistemas y el resto de objetivos planteados por esta organización para alcanzar el desarrollo sostenible en el mundo.
Por ello, para que “los más perezosos” pongan de su parte en esta lucha común por lograr las 169 metas de los ODS, la ONU ha creado “La Guía de los vagos para salvar el mundo”, que recoge toda una serie de medidas que todos sabemos pero que necesitas recordar y se pueden adoptar en el trabajo, en el barrio, en casa o sin siquiera moverse del sofá. En este último se pueden tomar medidas tan simples como enchufar todos los electrodomésticos posibles en una regleta y desconectarlos por completo cuando ya no se utilicen. De esta forma se ahorra energía y no requiere casi esfuerzo. Otro gesto sencillo es compartir en las redes sociales los artículos que resulten interesantes sobre, por ejemplo, el cambio climático o los derechos de las mujeres, en lugar de conformarse con darle a “me gusta”. Por otro lado, decidir no utilizar los estados de cuenta bancarios en papel y realizar estas gestiones por vía telemática también añade puntos para convertirse en “estrella de sofá”.
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Cuidar del planeta desde el sofá
Para llegar al siguiente nivel, el “héroe del hogar”, uno puede tomar decisiones como:
- Secar la ropa al aire en lugar de en la secadora, o poner lavadoras únicamente cuando la carga esté completa.
- Acortar las duchas a entre cinco y diez minutos es otro gesto individual que ahorra una cantidad significativa de agua.
En lo que respecta a la cocina, una de las medidas más populares en estos momentos para frenar el calentamiento global es:
- Comer menos carne y pescado, mientras que congelar productos frescos, incluso frutas y verduras, si no se van a comer en el momento, y hacer lo mismo con la comida sobrante de los restaurantes, contribuye a evitar el desperdicio alimentario. Aumentar en lo posible el consumo de alimentos de producción sostenible.
- Tener electrodomésticos de alta eficiencia energética, e incluso se podría dar un paso más allá además de ahorrar dinero.
- Instalar paneles solares en el tejado de casa. Este paso no sólo recortará la factura eléctrica del hogar sino que además contribuirá a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la generación de energía a partir de combustibles fósiles.
Cuidar el medio ambiente fuera de casa
Fuera de casa también hay medidas que pueden acercarnos a cumplir con la Agenda 2030 de la ONU. Entre otras muchas:
- Comprar productos locales, de cercanía y de producción ecológica
- Planificar las comidas, hacer listas de la compra y evitar las compras compulsivas; adquirir fruta de aspecto raro, pues muchas piezas de fruta no se comercializan por no tener el tamaño y forma “adecuados”, por lo que se desperdician pese a estar en perfecto estado.
- Utilizar una sola botella de agua rellenable en lugar de usar muchas desechables
- Pedir el café en taza en lugar de en vaso “para llevar”.
- Llevar la misma bolsa a la compra o utilizar bolsas reutilizables en todos los comercios y mercados.
Cuidar el medio ambiente en el trabajo
Y ya llegamos al nivel más alto: el de cómo ser “excepcional en el trabajo” y llevar la sostenibilidad al entorno laboral. Esta categoría incluye acciones como:
Luchar contra la desigualdad en la empresa e informarse de los derechos que asisten a cada cual en su trabajo. También se invita a las personas a expresar su respaldo al principio de igual salario por igual trabajo.
Otra manera de generar un entorno laboral sostenible y saludable, en línea con las metas de los ODS, es:
- Reciclar
- Asegurarse de que la calefacción no supera la temperatura recomendada
- Utilizar transporte público o acudir al trabajo en bicicleta.
Estas son sólo algunas de las múltiples formas con que uno puede sumarse a la causa de construir un futuro sostenible y mejor para el conjunto de la población. El cambio empieza con gestos de la vida cotidiana. ¿El resto? activismo, acción política (voto), educación ambiental, etcétera.