Sí, hay mucho más plástico en tu comida de lo que crees.
Con todo el plástico que contamina el medio ambiente, es lógico que el plástico también llegue a nuestra comida. Varios estudios recientes han intentado cuantificar la cantidad de plástico que ingerimos y los resultados son alarmantes.
Un estudio canadiense publicado en junio de 2019 descubrió que los seres humanos ingieren al menos 50.000 partículas de plástico al año, y probablemente sea una subestimación; la investigación sólo examinó el 15% de los alimentos de una dieta típica. Un estudio australiano ofrece otra perspectiva inquietante, al afirmar que el ser humano medio ingiere 5 g de plástico a la semana, o el equivalente a una tarjeta de crédito.
Esto nos lleva a la pregunta obvia: «¿Cómo puedo comer menos plástico? Aunque es imposible eliminar por completo el plástico de nuestra dieta -¡bienvenidos al mundo moderno! – hay medidas que se pueden tomar para reducir su ingesta. Consumer Reports ha elaborado una lista de seis pequeños pasos, algunos de los cuales me gustaría compartir a continuación, junto con mis propias sugerencias.
Tabla de contenidos
1. Bebe agua del grifo.
El estudio canadiense mencionado anteriormente descubrió que los bebedores de agua embotellada ingerían 90.000 partículas microplásticas más al año, en comparación con los bebedores de agua del grifo, que sólo ingerían 4.000 partículas más. Así que esto es una obviedad: evita las bebidas embotelladas de plástico de todo tipo: agua, refrescos, zumos, kombucha, lo que sea.
2. Evita los envases de plástico.
Esta es una tarea difícil, casi imposible de llevar a cabo el 100% de las veces, pero merece la pena esforzarse. Si puedes comprar productos a granel en lugar de bandejas de poliestireno y envoltorios de plástico, hazlo. Si puedes llevar tus tarros y recipientes a una tienda de productos a granel para rellenarlos sin plástico, hazlo. Si puedes elegir un tarro de cristal de miel o mantequilla de cacahuete en lugar de uno de plástico, hazlo.
Consumer Reports sugiere evitar determinados tipos de envases de plástico. Los que tienen los números 3, 6 o 7 en la parte inferior «indican, respectivamente, la presencia de ftalatos, estireno y bisfenoles, por lo que es posible que quieras evitar su uso».
3. No calientes los alimentos en plástico.
El plástico y el calor no deben mezclarse, ya que puede hacer que el plástico filtre sustancias químicas (y micropartículas) a los alimentos. Si guardas los alimentos en plástico, pásalos a vidrio o cerámica antes de meterlos en el microondas o caliéntalos en la estufa. Consumer Reports señala que la Academia Americana de Pediatría «también recomienda no meter el plástico en el lavavajillas», una sugerencia que seguramente causará horror a muchos padres, pero que tiene sentido.
4. Haz más limpieza en casa.
El polvo de nuestras casas está lleno de sustancias químicas tóxicas y trozos de microplástico. Los investigadores dicen que proviene de los muebles y tejidos sintéticos que se descomponen con el tiempo y se unen al polvo doméstico, que luego llueve sobre nuestros alimentos. Procura pasar la aspiradora con regularidad y elige tejidos y muebles naturales siempre que sea posible.
Esta lista no es ni mucho menos exhaustiva, por supuesto, pero es un buen punto de partida para reflexionar sobre este tema.