El equidna suele llamarse oso hormiguero espinoso por su nariz en forma de aguja y sus púas parecidas a las del puercoespín, pero en realidad no es en absoluto un oso hormiguero. Y ésa es sólo una de las muchas maneras en que esta inusual criatura desafía la categorización. Los últimos miembros supervivientes del orden Monotremata, nativos de Australia y Nueva Guinea, son enigmáticos entre los mamíferos, con su peculiar puesta de huevos y sus bolsas andróginas. He aquí algunas cosas que quizá no sepas sobre estos anómalos animales con púas de Australia.
Tabla de contenidos
1. Los equidnas son uno de los únicos mamíferos que ponen huevos
Además de los equidnas, el único mamífero que pone huevos es el platypus, que resulta ser su pariente más cercano. Cada año, la hembra del equidna pone un solo huevo -del tamaño de una moneda de diez centavos- que enrolla en una bolsa parecida a la de un canguro que se desarrolla sólo para la ocasión. Unos 10 días después, su cría nacerá y permanecerá en la bolsa, lamiendo la leche segregada por su madre, hasta que tenga casi dos meses de edad.
2. También son una de las especies más antiguas de la Tierra
Los equidnas evolucionaron a partir del linaje de los monotremas hace entre 20 y 50 millones de años. Aunque los limitados registros fósiles impiden saber quién es su primer ancestro, se cree que fue un insectívoro terrestre similar al ornitorrinco. El grupo antaño diverso del que ambos proceden se ha reducido a lo largo de los siglos a sólo cuatro especies de equidna (tres de pico largo y una de pico corto) y una de ornitorrinco. A diferencia de sus parientes acuáticos, los equidnas se han adaptado a la vida en tierra firme.
3. Sus «picos» son en realidad narices
Y sobre esos supuestos picos: En realidad son sólo narices. Los hocicos extendidos y gomosos -que varían de cortos a largos, según la especie- son lo suficientemente fuertes como para abrir troncos huecos y excavar en busca de insectos bajo tierra. Un equidna también puede utilizar su nariz para percibir las vibraciones de sus presas. Esta longitud les permite penetrar en espacios pequeños en busca de hormigas y termitas, su principal fuente de alimento.
4. No tienen dientes
Para comer esas hormigas, termitas y larvas de escarabajo, el equidna sólo utiliza su larga y pegajosa lengua. Al igual que los osos hormigueros, no tienen dientes, pero con unas almohadillas duras en la base de su delgada lengua -que pueden extender hasta unos impresionantes 15 centímetros- y en el paladar, pueden triturar las larvas hasta convertirlas en una pasta más manejable.
5. Ambos sexos tienen bolsas
En otra desconcertante desviación de la norma de los mamíferos, ambos sexos de equidna tienen bolsas en el vientre. En el caso de los canguros, las zarigüeyas y los koalas, sólo las hembras tienen bolsas para guardar a sus crías. Según el zoo de San Diego, el hecho de que tanto los machos como las hembras tengan este rasgo hace que sea difícil distinguir los sexos.
6. Sus espinas dorsales les protegen de los depredadores
Según el zoo de San Diego, los equidinos se enfrentan a los depredadores de tres maneras. O bien corren con sus diminutas y rechonchas patas, se enroscan en sí mismos o -su mejor mecanismo de defensa- cavan agujeros para esconderse. Estos bichos son rápidos para cavar y pueden buscar seguridad en un agujero poco profundo en el que sólo se ocultan sus caras y pies, pero sus traseros siguen estando expuestos. Los depredadores (zorros, goannas, demonios de Tasmania, etc.) a menudo demuestran que no tienen tanta hambre como para agarrar una bola de pinchos.
7. Cada espina puede moverse de forma independiente
Hechas de queratina y que llegan a medir hasta 5 centímetros con los extremos afilados, sus púas sin barbas se parecen más al pelo que a las púas. Hay músculos en la base de cada espina que permiten al equidna moverlas independientemente. Esto resulta útil para encajarse en las grietas de las rocas para protegerse, o para enderezarse si alguna vez rueda sobre su espalda.
8. Tienen la temperatura corporal más baja de todos los mamíferos
El equidna mantiene una temperatura corporal de unos 89 grados F (32 grados C), que se cree que es la temperatura corporal más baja de cualquier mamífero del planeta. Es más, su temperatura corporal puede fluctuar drásticamente -entre 10 y 15 grados F- a lo largo del día. En comparación, la temperatura corporal de un ser humano sano fluctúa sólo unos 0,9 grados diarios.
9. Los bebés equidnas se llaman puggles
Los bebés equidnas se llaman puggles, un nombre que comparten con una raza de perro común. Salen de sus huevos tras 10 días de gestación, y salen de las bolsas de sus madres al cabo de unos dos meses, justo cuando empiezan a desarrollar sus características espinas. Los puggles permanecerán entonces en las madrigueras, siendo alimentados por sus madres cada cinco o siete días, hasta que tengan unos 7 meses de edad, momento en el que se van a vivir por su cuenta.
10. Los machos y las hembras tienen espolones en las patas por diferentes razones
Un estudio de 2013 publicado en PLOS ONE descubrió que, aunque tanto los machos como las hembras tienen espolones en las patas traseras, esos espolones tienen fines muy diferentes. Los machos utilizan sus espolones para liberar veneno, dirigido a otros machos durante la época de cría. En cambio, se cree que las hembras liberan una sustancia lechosa de sus espolones que atrae a sus parejas. Estas últimas pierden los suyos antes de la madurez.
11. Tienen una vida sorprendentemente larga
Es probable que su temperatura corporal constantemente baja y su lento metabolismo desempeñen un papel importante en la sorprendente longevidad de los equidnas. Estos animales pueden vivir entre 30 y 50 años tanto en la naturaleza como en cautividad, pero las investigaciones muestran que tienden a vivir más tiempo en cautividad. Eso es más del doble de lo que vive su pariente más cercano, el ornitorrinco, que es de unos 17 años, por término medio.
12. La mayoría de las especies de equidna están en peligro crítico de extinción
Debido a la destrucción del hábitat y a la caza, el equidna de pico largo oriental, el equidna de pico largo occidental y el equidna de pico largo de Sir David -llamado así por Sir David Attenborough- están en peligro crítico. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la población de toda la variedad de pico largo ha disminuido un 80% en los últimos 50 años. En Australia, muchos son atropellados por los coches. La cuarta especie más poblada, el equidna de pico corto, está catalogada como de Preocupación Menor y está protegida por la legislación australiana.
Salva al equidna de pico largo
- Apoya los esfuerzos de rescate del Servicio de Información, Rescate y Educación sobre la Vida Silvestre (WIRES) haciendo un donativo. Esta organización sin ánimo de lucro, con sede en Nueva Gales del Sur, ayuda a rehabilitar la fauna local y forma a cientos de nuevos voluntarios en el rescate de la vida salvaje cada año.
- El Laboratorio Grutzner de la Universidad de Adelaida y el Atlas de la Australia Viva han lanzado EchidnaCSI, una aplicación gratuita en la que los civiles comparten fotos de equidnas salvajes y recogen sus excrementos para ayudar a los investigadores.
- Si viajas por Australia, mantente muy atento cuando conduzcas por lugares donde los equidnas puedan cruzar la carretera.