Las cataratas de cola de caballo en el valle de Yosemite se hicieron famosas gracias al fotógrafo Galen Rowell, que tuvo la suerte de fotografiar un extraño fenómeno que sólo ocurre cuando se juntan todos los elementos adecuados. Durante una ventana de dos semanas en primavera, el sol se pone en el ángulo justo que hace que la cascada se ilumine de un naranja vibrante. Parece un flujo de lava que desciende por el pico de granito. La fotografía de Rowell de la cascada brillante en el momento en que se ilumina convirtió este acontecimiento, programado con precisión, en una atracción imprescindible para miles de personas cada año.
Tres cosas entran en juego para que la cascada de cola de caballo brille. El invierno tiene que ser lo suficientemente húmedo como para que el agua fluya sobre la cascada, lo que no siempre ocurre. El sol tiene que ponerse en el ángulo correcto, lo que sólo ocurre dos semanas al año. Y el tiempo tiene que cooperar, con pocas nubes y sin niebla que oscurezca la luz cuando golpea la ladera del pico.
Si todas estas cosas se alinean, es mágico.
Sin embargo, no ocurre todos los años. Algunas personas llevan una década o más visitando las cataratas durante la ventana de febrero y sólo lo han presenciado un par de veces. Es extremadamente raro, pero merece la pena esperar.
Este magnífico vídeo detalla cómo brilla la cascada, los fotógrafos que la han hecho famosa y el efecto que tiene en las personas que presencian el fenómeno, raro y sumamente especial.