Seguir estas pautas puede ayudarte a construir un armario de mayor calidad y más duradero.
La moda puede ser divertida, pero es dura para el planeta. Los datos más recientes de la Agencia de Protección Medioambiental son de 2015, y muestran que los estadounidenses generan una media de 75 libras de residuos textiles por persona y año. Como escribe Kendra Pierre-Louis para el New York Times, «Eso supone un aumento de más del 750 por ciento desde 1960 y es casi 10 veces el aumento de la población del país en el mismo periodo de tiempo.»
Sin embargo, la gente se está dando cuenta de la mala calidad de la moda rápida y empieza a optar por prendas más duraderas. Los minoristas, posiblemente asustados por la declaración de quiebra del antiguo gigante de la moda rápida Forever 21, están respondiendo prometiendo una mejor calidad, aunque sus afirmaciones son sospechosas. Elaine Ritch, profesora de marketing de la Universidad Caledonian de Glasgow, dijo a Pierre-Louis que «la ropa que fabrican sigue sin tener mayor longevidad».
No es de extrañar que los compradores deban aprender a identificar la ropa que durará, y cuanto más críticos seamos, mejor nos irá. Nuestro dinero se gastará de forma más inteligente, nos sentiremos más satisfechos con los conjuntos de nuestro armario y enviaremos un mensaje claro a los minoristas de que no queremos basura casi desechable.
Pero si uno no es sastre, ¿cómo sabe reconocer la ropa de calidad? Esta es la esencia del excelente artículo de Pierre-Louis, y enumera las preguntas que todo el mundo debería hacerse al evaluar una posible compra. Entre ellas están:
1) ¿Lo volveré a usar?
2) ¿Es transparente?
3) ¿Requiere muchos cuidados?
4) ¿Se siente bien al tacto?
5) ¿Qué ocurre cuando se tira de las costuras?
Estas preguntas, cada una de las cuales Pierre-Louis explora con más detalle, me hicieron recordar otro post que vi recientemente en Instagram de El armario minimalista. En él se pedía a los lectores que compartieran las normas o límites de compra que siguen en un esfuerzo por construir un armario sostenible. Las sugerencias eran buenas:
1) ¿Puedo crear tres conjuntos con esta nueva prenda?
2) ¿Puedo ponérmelo tanto en el trabajo como en la vida cotidiana, es decir, en los lugares a los que voy?
3) ¿Lo lleva mi «mejor yo»?
4) Compra siempre fuera de temporada y nunca guardes las tallas antiguas.
5) Deshazte de 3 prendas por cada una nueva que traigas.
6) Piénsalo durante 2 semanas antes de comprar, y busca primero la versión de segunda mano.
7) ¿Tengo algo similar y es necesario sustituirlo?
8) Nada que sea de limpieza en seco.
9) Mi reacción tiene que ser un seguro y rotundo «sí», nada menos.
10) Compra sólo cosas que parezcan que pueden resistir más de 30 lavados como mínimo.
Todas estas consideraciones son importantes. Ahora reflexiona sobre tus propias preguntas, sobre los aspectos de la ropa que más te importan, y aplícalos cada vez que vayas a una tienda de ropa. Ésta es una de esas raras veces en las que ser crítico y crítico vale la pena.
Alejémonos de las compras rápidas, baratas e impulsivas que alimentan la destrucción del medio ambiente y las normas laborales inhumanas y empecemos a centrarnos más en la creación de armarios de calidad, llenos de piezas construidas para durar décadas en estilos que no se salgan de la tendencia. Estas preguntas son un buen punto de partida.