Estás sentado al lado de un gato que ruge cuando se da la vuelta con la barriga hacia arriba. Te acercas para frotarle la barriga, pero en lugar de apreciarla, te ataca la mano. ¿Qué acaba de pasar?
A algunos gatos no les gusta las caricias en la barriga. ¿Por qué? Principalmente porque la zona del estómago es una parte muy sensible del cuerpo del gato. Esta suave barriga protege algunos de sus órganos más vitales, según el Hospital de Animales del Sur de Boston.
Además, los folículos pilosos del estómago y de la cola de los gatos son «hipersensibles al tacto, por lo que acariciarlos puede resultar demasiado estimulante», dijo a National Geographic Lena Provoost, especialista en comportamiento animal de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Pensilvania, .
Si un gato te muestra su barriga y parece querer afecto, prueba a rascarle bajo la barbilla o alrededor de las mejillas. Si no estás seguro de si el gato quiere que le frotes la barriga, acerca lentamente tu mano a la barriga y evalúa la reacción del gato. Si el gato reacciona con enfado e intenta agarrarte o arañar tu mano, no lo vuelvas a intentar. Se trata de una reacción instintiva: intenta no tomártelo como algo personal.
Si no reaccionan, es probable que tengas vía libre para seguir adelante.
Por qué los gatos te enseñan la barriga
Cuando un perro se da la vuelta y te enseña la barriga, a menudo es porque quiere atención. Es muy probable que te pida que le frotes o le rasques la barriga. Así que, naturalmente, cuando un gato hace este mismo comportamiento, la gente asume que es por la misma razón.
Pero eso no es cierto. Cuando un gato muestra su barriga, es una forma de comunicar una de estas cuatro cosas. Es probable que sepas qué estado de ánimo está expresando tu gato leyendo otras señales de comportamiento.
1. Está relajada y confía mucho en ti. Si está relajada, puede ronronear o frotarse contra ti. Puede estar durmiendo y mostrarte su barriga mientras se estira o cambia de posición.
2. Está jugando. Relajado también puede significar juguetón. Por ejemplo, puede ponerse panza arriba para tener todas las patas libres y golpear su juguete favorito.
3. Se siente a la defensiva. Si se pone de espaldas, sus mejores armas saldrán al frente: los dientes y todas las garras. Podrás saber si tu gato está enfadado: puede aplanar las orejas o hacer gruñidos o siseos.
4. Está en celo. Si tienes una gata que no ha sido esterilizada, esto puede ser un comportamiento de apareamiento. Es una señal de afecto hacia una posible pareja. Probablemente sea mejor dejarla en paz hasta que se le pase.