La comunidad PorElClima en la que participa Ecoembes, ha recogido en un reciente informe. Esta alianza multiactor, que aúna a “más de 1.300 empresas, más de 200 administraciones públicas, más de 200 entidades sociales y más de 13.000 personas”, tiene como fin desarrollar un “tsunami contagioso” con el que impulsar al conjunto de la sociedad en la ejecución de acciones para frenar el cambio climático, a partir del ejemplo de las iniciativas innovadoras que ya están contribuyendo a crear una economía “amiga del clima”.
Frente a los desafíos climáticos que se avecinan el aumento del nivel del mar, la degradación de los ecosistemas, la sequía y desertificación, la falta de seguridad alimentaria, los huracanes y otros desastres naturales severos, etc.) urgen medidas inmediatas y radicales que, de acuerdo con los especialistas del ámbito internacional, deberán venir de parte de todos los actores de la sociedad.
En España ya se está produciendo, lentamente, el cambio cultural necesario para que la ciudadanía modifique sus hábitos de consumo y comience a demandar una nueva forma de producir los bienes y de concebir los servicios. Las autoridades locales están tratando de impulsar, mediante la regulación y la coordinación de acciones, una transición ecológica con la que frenar el calentamiento global, suavizar los impactos del mismo, y con la que generar un bienestar social que sea respetuoso con los límites planetarios. Y, por su parte, el sector empresarial aborda esta cuestión reinventando los mercados y aprovechando las nuevas oportunidades de negocio que ofrece la economía circular y baja en carbono.
Así, en “Historias #PorElClima se muestran algunos de los proyectos que las empresas españolas han desarrollado con el objetivo común de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), culpables del calentamiento global, y de alcanzar de este modo, lo antes posible, los objetivos contemplados en el Acuerdo de París de la COP21 en 2015.
Ecoembes #PorElClima
Una de las compañías seleccionadas en este informe es Ecoembes, incluida en el documento por la creación, en el centro de innovación para la economía circular TheCircularLab, de un nuevo material plástico fabricado a partir de residuos vegetales y susceptible de ser empleado en la producción de envases compostables, reciclables y biodegradables en el mar.
Con la ayuda del centro tecnológico AINIA, Ecoembes consiguió dar con un plástico sostenible que proviene de materia 100% orgánica (mondas de patata o cualquier otro desperdicio vegetal) en descomposición, lo que permite abordar, al mismo tiempo, dos problemas ambientales cruciales: por un lado, la falta de aprovechamiento de los bioresiduos en la actualidad (y su vertido o incineración, con los consecuentes efectos sobre el medio ambiente) y, por otro, el desecho inadecuado de los residuos plásticos en el entorno natural, con especial incidencia sobre los ecosistemas marinos.
El problema de los residuos
A nivel global, estas son las cifras del reciclaje publicadas por Ecoembes en 2017, el reciclaje de materiales consigue una reducción estimada de las emisiones de CO2 anuales de 700 millones de toneladas, lo que equivale a 100 kilos de CO2 por persona cada año, según los datos que maneja el Bureau of International Recycling (BIR), gracias al ahorro de energía que logra esta práctica. Por otra parte, reduce el volumen de residuos sólidos, que, en sí, son culpables de en torno a un 3% de las emisiones globales de GEI.
La iniciativa de generar un plástico sostenible no es otra cosa sino el reflejo de la apuesta de Ecoembes por prevenir la generación de residuos y reducir el impacto de nuestro consumo en la naturaleza. Una apuesta que se ha traducido en apenas año y medio desde que existe TheCircularLab en más de 100 proyectos de innovación en economía circular.