El etanol es un combustible alternativo de coste relativamente bajo que presume de ser menos contaminante y estar más disponible que la gasolina sin mezclar. Pero aunque el uso del etanol como combustible tiene muchas ventajas, también tiene algunos inconvenientes.
Tabla de contenidos
Ventajas del uso del etanol como combustible
Mejor para el medio ambiente
En general, se considera que el etanol es mejor para el medio ambiente que la gasolina tradicional. Por ejemplo, los vehículos alimentados con etanol producen menos emisiones de dióxido de carbono.
El E85, mezcla de etanol y gasolina que contiene entre un 51% y un 83% de etanol, también tiene menos componentes volátiles que la gasolina, lo que significa menos emisiones de gases por evaporación. Añadir etanol a la gasolina, incluso en porcentajes bajos, como el 10% de etanol y el 90% de gasolina (E10), reduce las emisiones de monóxido de carbono de la gasolina y mejora el octanaje del combustible.
Debido a que es un producto mayoritariamente de maíz procesado, el etanol también reduce la presión para perforar en lugares ambientalmente sensibles, como la vertiente norte de Alaska, el Océano Ártico y el Golfo de México. Puede sustituir la necesidad de petróleo de esquisto, sensible para el medio ambiente, como el procedente de Bakken Shale, y reduce la necesidad de construir nuevos oleoductos como el Dakota Access Pipeline.
Crea empleos nacionales
La producción de etanol también apoya a los agricultores y crea puestos de trabajo nacionales. Y como el etanol se produce en el país -a partir de cultivos nacionales-, reduce la dependencia de Estados Unidos del petróleo extranjero y aumenta la independencia energética de la nación.
Los inconvenientes del combustible de etanol
Distinto impacto medioambiental
Aunque el etanol y otros biocombustibles se promueven a menudo como alternativas limpias y de bajo coste a la gasolina, el cultivo industrial de maíz y soja sigue teniendo un impacto nocivo en el medio ambiente, sólo que de forma diferente. Esto es especialmente cierto para los agricultores industriales de maíz. El cultivo de maíz para etanol implica grandes cantidades de fertilizantes y herbicidas sintéticos. En general, la producción de maíz es una fuente frecuente de contaminación por nutrientes y contaminación por sedimentos.
Además, una investigación que aborda la energía necesaria para cultivar y convertir los cultivos en biocombustibles concluyó que producir etanol a partir del maíz requiere un 29% más de energía de la que el etanol es capaz de generar.
Necesidad de tierra
Otro debate sobre los biocombustibles basados en el maíz y la soja tiene que ver con la cantidad de tierra que quita a la producción de alimentos. El reto de cultivar suficientes cosechas para satisfacer la demanda de producción de etanol y biodiésel es importante y, según algunos, insuperable. Según algunas autoridades, producir suficientes biocombustibles para permitir su adopción generalizada podría significar convertir la mayor parte de los bosques y espacios abiertos que quedan en el mundo en tierras de cultivo, un sacrificio que pocas personas estarían dispuestas a hacer.
«Sustituir sólo el 5% del consumo nacional de diésel por biodiésel requeriría desviar aproximadamente el 60% de los cultivos de soja actuales a la producción de biodiésel», afirma Matthew Brown en un documento presentado en la Conferencia sobre Aviación y Combustibles Internacionales. Brown es consultor de energía y antiguo director del programa de energía de la Conferencia Nacional de Legislaturas Estatales.
Implementación
Además, al considerar la implantación del etanol, hay que tener en cuenta que los biocombustibles no están pensados para todos los vehículos, especialmente los más antiguos.
Una solución a esto ha sido la introducción de vehículos de combustible flexible. Éstos tienen la ventaja de poder utilizar E85, gasolina o una combinación de ambos y dan a los conductores la flexibilidad de elegir el combustible más disponible o que mejor se adapte a sus necesidades.
Aún así, existe cierta resistencia por parte de la industria automovilística a la hora de añadir biocombustibles como el etanol al mercado.