Preocupación medioambiental por los pesticidas neonicotinoides

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¿Qué son los neonicotinoides?

Los neonicotinoides, o neónicos, son una clase de plaguicidas sintéticos que se utilizan para prevenir los daños causados por los insectos en diversos cultivos. Su nombre proviene de la similitud de su estructura química con la de la nicotina. Los neónicos se comercializaron por primera vez en la década de 1990, y ahora se utilizan ampliamente en las explotaciones agrícolas y en la jardinería doméstica. Estos insecticidas se venden bajo una variedad de marcas comerciales, pero generalmente son uno de los siguientes productos químicos: imidacloprid (el más común), dinotefuran, clotianidina, tiametoxam y acetamiprid.

¿Cómo funcionan los neonicotinoides?

Los neonicotinoides son neuroactivos, ya que se unen a receptores específicos en las neuronas de los insectos, impidiendo los impulsos nerviosos y provocando la parálisis y luego la muerte. Los pesticidas se rocían en los cultivos, el césped y los árboles frutales. También se utilizan para recubrir las semillas antes de plantarlas. Cuando las semillas brotan, la planta lleva el producto químico en sus hojas, tallos y raíces, protegiéndolas de los insectos plaga. Los neónicos son relativamente estables y persisten en el medio ambiente durante mucho tiempo, y la luz solar los degrada con relativa lentitud.

El atractivo inicial de los plaguicidas neonicotinoides era su eficacia y su supuesta selectividad. Se dirigen a los insectos, con lo que se pensaba que apenas dañaban directamente a los mamíferos o a las aves, un rasgo deseable en un plaguicida y una mejora significativa respecto a los antiguos plaguicidas, que eran peligrosos para la fauna y las personas. En el campo, la realidad resultó ser más compleja.

¿Cuáles son algunos de los efectos medioambientales de los neonicotinoides?

  • Los neonicotinoides se dispersan fácilmente en el medio ambiente. Las aplicaciones líquidas pueden dar lugar a escorrentías, y la siembra de semillas tratadas hace que los productos químicos pasen al aire. Su persistencia y estabilidad, una ventaja en la lucha contra las plagas, hace que los neónicos duren mucho tiempo en el suelo y el agua.
  • Los polinizadores, como las abejas y los abejorros, entran en contacto con los pesticidas cuando consumen néctar y recogen polen de las plantas tratadas. A veces se encuentran residuos de neones dentro de las colmenas, arrastrados inadvertidamente por las abejas. Los efectos indiscriminados de los plaguicidas sobre los insectos convierten a los polinizadores en víctimas colaterales.
  • Los neones pueden afectar a la eficacia de los polinizadores. Un estudio de 2016 reveló que los abejorros expuestos al tiametoxam eran menos eficaces en la polinización de ciertas plantas, en comparación con los abejorros de control.
  • Las abejas melíferas domésticas ya están muy estresadas por los parásitos y las enfermedades, y su reciente y repentino declive ha sido un gran motivo de preocupación. Los neonicotinoides no son probablemente los responsables directos del Trastorno del Colapso de las Colonias, pero cada vez hay más pruebas de que desempeñan un papel como factor de estrés adicional y tóxico para las colonias de abejas.
  • Las abejas y abejorros silvestres llevan mucho tiempo en declive debido a la pérdida de hábitat. Los neónicos son tóxicos para ellas, y existe una preocupación real de que las poblaciones silvestres sufran la exposición a este pesticida. Gran parte de la investigación sobre los efectos de los neónicos en las abejas se ha realizado en las abejas domésticas, y es necesario trabajar más en las abejas y abejorros silvestres, que desempeñan un papel crucial en la polinización de las plantas tanto silvestres como domésticas.
  • Los neónicos son quizás los más tóxicos del mundo.
  • Los neónicos son quizás menos tóxicos para las aves que la antigua generación de pesticidas a los que sustituyen. Sin embargo, parece que se ha subestimado la toxicidad de los nuevos productos químicos para las aves. Para muchas especies de aves, la exposición crónica a los neonicotóxicos provoca impactos reproductivos. La situación es peor para las aves que se alimentan directamente de semillas recubiertas: la ingestión de un solo grano de maíz recubierto puede matar a un ave. La ingestión infrecuente puede provocar un fracaso reproductivo.
  • Las aves que no se alimentan de semillas también se ven afectadas. Hay pruebas de que las poblaciones de aves insectívoras están experimentando un descenso significativo debido a la eficacia de los pesticidas neonicotinoides sobre una amplia gama de invertebrados. Al reducirse así sus fuentes de alimento, la supervivencia y la reproducción de las aves insectívoras se ven afectadas. El mismo patrón se observa en los medios acuáticos, donde los residuos de plaguicidas se acumulan, los invertebrados mueren y las poblaciones de aves acuáticas disminuyen.

Se trata de un problema de salud pública.

Los pesticidas neonicotinoides han sido aprobados por la EPA para muchos usos agrícolas y residenciales, a pesar de las serias preocupaciones de sus propios científicos. Una de las posibles razones fue el fuerte deseo de encontrar sustitutos para los peligrosos pesticidas organofosforados que se utilizaban entonces. En 2013, la Unión Europea prohibió el uso de muchos neónicos para una lista específica de aplicaciones.  

Fuentes

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