La mitad del siglo XXI probablemente será recordada como el momento clave en que la humanidad hizo frente a simultáneas crisis propiciadas por los humanos mismos. Una de las más importantes es la de los recursos. Durante décadas los humanos hemos consumido recursos por encima de nuestras posibilidades y ahora el planeta no es capaz de reponer esos materiales a tiempo para satisfacer nuestra sed de crecimiento. Según los datos de la Unión Europea, la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), culpables del calentamiento global, y más del 90% de la pérdida de biodiversidad y el estrés hídrico se deben a la extracción y al tratamiento de los recursos.
Tabla de contenidos
El nuevo paradigma
Así que la economía circular es el único camino a seguir y, afortunadamente, la mayoría de empresas lo están entendiendo.
Porque el cambio hacia una economía verde y circular ya es irreversible, y cada vez va a más. La Unión Europea (UE) ha acordado objetivos ambiciosos en lo que respecta a la circularidad de los envases, metas que debemos cumplir no sólo para preservar el medio ambiente —esto es, en última instancia, conservar la calidad de vida que tenemos o incluso mejorarla para que puedan disfrutarla igual nuestros descendientes —, sino para ajustarnos a los requisitos legales del ordenamiento jurídico con el que convivimos. En 2025, la UE pide a los estados miembro que reciclen al menos el 65% de todos los envases que ponen en el mercado. En 2030, el objetivo es que se recupere el 70%.
Plan de acción para la economía circular
En marzo de este año, la Comisión Europea (CE) lanzó su Plan de acción para la economía circular, como uno de los elementos centrales del Pacto Verde Europeo. Este plan de acción recoge una serie de medidas con las que: “hacer que los productos sostenibles sean la norma en la UE”, “empoderar a los consumidores”, así como reducir el impacto ambiental de sectores con una elevada huella de recursos, como la electrónica y TIC, las baterías y vehículos, los envases y embalajes, los plásticos, los productos textiles, la construcción y la vivienda y los alimentos. Como meta final y ligada a todas las medidas también está la reducción en la generación de residuos, transformándolos en recursos secundarios de alta calidad “que se integren en un eficiente mercado de materias primas secundarias”.
La Comisión, señala en su web, estudiará la posibilidad de establecer un modelo armonizado a escala de la UE de recogida separada de residuos y su etiquetado. El Plan de acción también presenta una serie de medidas para reducir al mínimo las exportaciones de residuos de la UE y hacer frente a los traslados ilícitos.
Aprender y adaptarnos juntos
Y en este punto la formación es esencial. Para entender no ya la normativa que hemos de cumplir, sino el porqué de las nuevas directivas, además de cómo adaptar una empresa al nuevo paradigma y cómo beneficiarnos de este cambio. Porque sí, la economía circular es también una oportunidad.
Según la CE, la aplicación de las ambiciosas medidas de la economía circular en Europa podría aumentar el PIB de la UE en un 0,5 % adicional de aquí a 2030 y crear alrededor de 700.000 nuevos puestos de trabajo.
En España, las más de 12.500 empresas que conforman Ecoembes llevan tiempo esforzándose en transitar hacia la economía circular. La organización ambiental sin ánimo de lucro que coordina el reciclaje de envases en España las ha acompañado, a lo largo de más de dos décadas, poniendo a su disposición la formación necesaria para que puedan cumplir con su responsabilidad legal de prevenir y reducir el impacto ambiental de sus envases, facilitando al ciudadano con ello su posterior reciclaje. Así, Ecoembes ha colaborado con las empresas en materia de ecodiseño con el fin de que los envases sean más sostenibles, tratando de que sean fabricados con una menor cantidad de materia prima o que sean más fácilmente reciclables para fomentar su circularidad.
Además, Ecoembes en este tiempo ha impulsado programas de formación a las empresas para capacitar a sus empleados en materia de reciclaje. Y no solo ha apostado por formar a las compañías que forman parte de la organización, también, desde su centro de innovación de economía circular, TheCircularLab, ha asesorado a startups en el despegue de sus iniciativas.
Pero Ecoembes ha formado no solo a compañías, también se ha dirigido a otros colectivos con programas centrados en aspectos ambientales y de reciclaje. Así, ha capacitado a técnicos municipales, periodistas, alumnos de colegios, estudiantes universitarios y de formación profesional, etc. De hecho, a lo largo de 2019 han sido más de 75.000 personas las que se han formado en este ámbito a través de su participación en los diferentes programas que tiene en marcha Ecoembes, como Naturaliza, Aulas Libera, Libera Makers, Terceros en Edad, Primeros en Reciclar…
Ahora, Ecoembes dará un paso más para que las compañías que forman parte de la organización puedan estar aún más preparadas para la economía circular y asumir el desafío global al que nos enfrentamos, creando una nueva plataforma de formación con el fin de que estas 12.500 empresas amplíen sus conocimientos, compartan experiencias y aborden con más garantías las transformaciones que están por venir.