¡Impactante! La brecha digital está dividiendo al mundo

¡Descubre cómo el cambio hacia el teletrabajo y el teleestudio durante la pandemia ha revelado una enorme brecha digital en España! En 2019, un sorprendente 13.6% de los hogares españoles no tenían acceso a internet. Esta desigualdad no solo se refiere a conectividad, sino también a competencias digitales necesarias para navegar por internet y utilizar software, destacando tres grandes brechas: de acceso, de uso y de calidad de uso.

El estudio de UGT destapa que el 37% de los españoles mayores de 15 años no utilizan el correo electrónico, superando la media europea por 10 puntos. Los datos del Instituto Nacional de Estadística, el Centro de Investigaciones Sociológicas y Eurobarómetro de la UE indican que, aunque parezca increíble, casi la mitad de la población adulta de España carece de competencias digitales básicas.

¿Sabías que la brecha digital también refleja desigualdades entre países y es un obstáculo mayor para las mujeres que para los hombres? Según la ONU, afecta al 52% de las mujeres frente al 42% de los hombres. Haz clic aquí para asombrarte con más datos y entender cómo casi 3.600 millones de personas en el mundo están desconectadas, relegando a la mitad de la población mundial a la oscuridad digital.

En contraste, en los hogares de los países de la OCDE con dos niños pueden haber hasta diez dispositivos conectados. Mientras las conexiones de alta velocidad son comunes en los países desarrollados, en las naciones en desarrollo apenas alcanzan el 7.1%. La brecha digital mundial se sitúa en un alarmante 22%.

Reducir esta brecha es crucial según los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, en especial el ODS9 que apunta hacia una industrialización inclusiva y sostenible mediante la innovación.

Hacer frente a la brecha digital: un paso hacia un futuro sostenible

La era post-COVID-19 sitúa a la digitalización y sostenibilidad en el centro del escenario para la recuperación de la economía europea. La integración de las TIC en sectores vitales, como la educación y la salud, no solo optimizará los servicios sino que también reducirá la intensidad en el consumo de recursos. Desde la automatización hasta la inteligencia artificial, estas tecnologías son clave para la eficiencia productiva.

Además, el despliegue de las TIC se torna esencial para ampliar nuestro conocimiento científico sobre desafíos medioambientales críticos, como el cambio climático. La Unión Internacional de Telecomunicaciones resalta cómo estas tecnologías son vitales para monitorear tormentas, cambios en la biodiversidad y movimientos migratorios, permitiendo así una gestión más efectiva de los recursos naturales.

Pero, mientras la brecha digital siga sin resolverse, las diferencias de capacidades entre países para lidiar con el cambio climático y sus impactos seguirán siendo significativas. La brecha digital no solo es un desafío tecnológico sino también un tema crucial de justicia climática.

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