Comprender la catástrofe de Seveso: Ciencia, impactos y política

La catástrofe de Seveso de 1976 fue un accidente industrial en el que una fábrica de productos químicos del norte de Italia se sobrecalentó, liberando gases tóxicos en una comunidad residencial. Se une a las filas de Fukushima, Bhopal, Chernóbil y Three Mile Island como uno de los peores accidentes industriales del siglo pasado en cuanto a sus efectos sobre los trabajadores y los residentes.

Los impactos medioambientales resultantes llevaron a la creación de normativas medioambientales y protecciones sanitarias más estrictas y uniformes en toda Europa.

Tabla de contenidos

Seveso: antes y durante la catástrofe

Seveso, una pequeña ciudad suburbana situada a unos 16 kilómetros al norte de Milán (Italia), tenía una población de unos 17.000 habitantes en la década de 1970 y era una de las varias ciudades de la zona que formaban una mezcla de zonas urbanas, residenciales y pequeñas explotaciones agrícolas. Una planta química cercana era propiedad de ICMESA, filial del gigante farmacéutico Hoffman-La Roche, y estaba dirigida por la corporación Givaudan. La planta fabricaba 2,4,5-triclorofenol, utilizado en la producción de cosméticos y productos farmacéuticos.

En la tarde del sábado 10 de julio de 1976, mientras los habitantes de Seveso y sus alrededores cuidaban sus jardines, hacían recados o veían jugar a sus hijos, uno de los edificios de la planta química se calentó peligrosamente, provocando un aumento de la temperatura y la presión en el interior de uno de los depósitos de la planta.

Cuando la temperatura alcanzó un nivel crítico, una válvula de descarga de presión estalló, emitiendo una nube de gas tóxico que contenía hidróxido de sodio, etilenglicol y triclorofenato de sodio. La nube de gas que se extendió por la zona de Seveso también contenía unos 15 a 30 kilogramos de TCDD, conocido técnicamente como 2,3,7,8-tetraclorodibenzodioxina.

La ciencia detrás del desastre

La TCDD es un tipo de dioxina, una familia de compuestos químicos que son un subproducto de actividades industriales como el blanqueo de la pasta de madera, la incineración de la basura y la producción de productos químicos. La dioxina también está presente en pequeñas cantidades en el herbicida Agente Naranja, que se utilizó durante la Guerra de Vietnam.

Las dioxinas se denominan contaminantes orgánicos persistentes porque tardan mucho tiempo en descomponerse en el medio ambiente. Están universalmente reconocidas como carcinógenas y pueden causar efectos reproductivos, inmunitarios y de desarrollo en los mamíferos. El cloracné, una grave afección cutánea consistente en lesiones, también puede ser consecuencia de una elevada exposición a la dioxina.

Las consecuencias

En pocas horas después del escape de gas de ICMESA, más de 37.000 personas de la zona de Seveso se vieron expuestas a niveles de dioxina sin precedentes. Sin embargo, los primeros en sufrirlo fueron los animales de la zona. 

Los animales muertos, sobre todo los pollos y conejos que se guardaban como alimento, empezaron a inundar la ciudad. Muchos fueron sacrificados de urgencia para evitar que la gente se los comiera. (La dioxina se acumula en el tejido graso, y la gran mayoría de las exposiciones humanas proceden de la ingestión de grasas animales expuestas). Se calcula que en 1978 se habían sacrificado unos 80.000 animales para evitar el consumo humano.

A pesar de la exposición a altos niveles de dioxina, pasaron algunos días antes de que la gente empezara a sentir los efectos iniciales. Como consecuencia de la lenta aparición de los síntomas, las autoridades no evacuaron inmediatamente la zona.

La respuesta al accidente de Seveso fue ampliamente criticada como lenta y chapucera. Pasaron varios días antes de que las autoridades anunciaran que la instalación había liberado dioxina; la evacuación de las zonas más afectadas tardó varios días más.

El legado de Seveso

En 1983, un tribunal condenó a cinco funcionarios de la empresa química por su papel en el desastre. Sin embargo, tras varias apelaciones, sólo dos fueron declarados culpables de negligencia criminal. Finalmente, Roche pagó unos 168 millones de dólares en concepto de daños y perjuicios para cubrir la descontaminación, el vertido de residuos y las nuevas viviendas para los residentes afectados. Sin embargo, una posterior demanda civil en nombre de las víctimas no tuvo éxito. 

A pesar de la percepción de falta de justicia para las víctimas, la catástrofe de Seveso se convirtió en un símbolo de la necesidad de una normativa de seguridad industrial más estricta en Europa y en todo el mundo. En 1982, la Comunidad Europea promulgó la Directiva Seveso para prevenir este tipo de accidentes, mejorar la respuesta a las catástrofes industriales y aplicar un marco normativo de seguridad en toda la CE.

Seveso se asocia ahora con normas estrictas que exigen que cualquier instalación que almacene, fabrique o manipule materiales peligrosos informe a las autoridades locales y a las comunidades y cree y publique medidas para prevenir y responder a los accidentes.

El otro legado importante de la catástrofe de Seveso es la ampliación de los conocimientos sobre cómo afecta la dioxina a la salud humana. Los científicos siguen estudiando a los supervivientes de Seveso, y continúa la investigación sobre los efectos a largo plazo de la catástrofe sobre la salud.

¿Qué pasó con la fábrica?

La fábrica de ICMESA está ahora completamente cerrada, y el parque del Bosque de Roble de Seveso se creó sobre las instalaciones enterradas. Bajo el parque arbolado se encuentran dos depósitos que contienen los restos de miles de animales sacrificados, la planta química destruida y la tierra más contaminada.

Es un silencioso pero potente recordatorio de los riesgos para la salud que suponen las toxinas industriales y de la importancia de una sólida normativa de seguridad y de su cumplimiento».

Deja un comentario

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Al hacer clic en el botón Aceptar, aceptas el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datas para estos propósitos.    Configurar y más información
Privacidad