Cuando mis hijos tiran su botín de truco o trato al final de la noche de Halloween, la visión de tanto plástico me desmoraliza más que todo el azúcar. Sé que el subidón de azúcar vendrá y se irá, pero el plástico se quedará para siempre, si no en nuestra casa, en algún lugar de nuestro planeta, ¿y no es todo lo mismo?
No quiero ser una total depredadora del medio ambiente en lo que respecta a las golosinas de Halloween, así que no voy a prohibir a mis hijos que participen en la gloriosa extravagancia de caramelos, pero he investigado un poco y he descubierto que hay una serie de buenas opciones de caramelos sin plástico. Te animo a que consideres la posibilidad de abastecerte de algunos de ellos en lugar de recurrir a los habituales envueltos en plástico.
Tabla de contenidos
1. Bombones envueltos en papel de aluminio
Fui a Bulk Barn (una cadena canadiense que admite bolsas y recipientes reutilizables) y me encantó descubrir pequeños vasos de mantequilla de cacahuete de Reese’s envueltos individualmente en papel de aluminio. ¡Problema resuelto al instante! Compré una bolsa grande de esas y es lo que voy a repartir a los que piden dulces. El papel de aluminio es reciclable y en su interior (tuve que comprobarlo, por supuesto) hay un forro de papel encerado. También hay otros tipos de bombones envueltos en papel de aluminio, como esos globos oculares anaranjados con temática de Halloween y los besos de Hershey.
2. Caramelos en caja
Un número sorprendente de caramelos vienen en cajas de papel, por ejemplo, Smarties, M&Ms;, Nerds, Dots, Milk Duds, pasas o cacahuetes cubiertos de chocolate Glossette, Junior Mints, palitos de caramelo Popeye, Chewy Lemonhead, Whoppers, y más.
3. Caramelos envueltos en papel
Los palitos de chocolate y los caramelos envueltos en papel encerado, como Bits-O-Honey, son buenas opciones. Algunas mini barras de chocolate vienen envueltas en papel, como estas de Equal Exchange. Quizá puedas encontrar chicles Glee u otra variedad sin envoltorio de plástico. Otra idea es repartir bolsitas de papel con mezcla de chocolate caliente, muchas de las cuales vienen con sabor a barra de chocolate.
4. Golosinas sueltas
Esta no es una opción ideal para repartir a desconocidos, pero quizá vivas en un pueblo pequeño o rural donde conoces a casi todo el mundo y te sentirías cómodo repartiéndolos. Compra caramelos sueltos comprados a granel que hayas reenvasado en pequeñas bolsas de papel. Los gusanos de goma, las llaves amargas, el maíz de caramelo y los niños de parche amargo funcionarían bien para esto. Si eres ambicioso, haz una tanda de maíz caramelizado casero, un favorito de Halloween en mi familia.
5. Chocolates de fantasía
Si estás dispuesto a desembolsar dinero de verdad por un chocolate de alta gama (y hay buenas razones para hacerlo, pero no es el momento de salirme por la tangente sobre la importancia del comercio justo y el problema del aceite de palma), hay algunos productores que venden sus tabletas y trufas en envases compostables. Alter Eco es un ejemplo, pero entra en cualquier tienda de dulces y podrás encontrar muchos.
6. Kits de pulseras de la amistad
Esta idea es de la moderadora de los comentarios de EconomiaCircularVerde, que dijo que sus hijos las recibieron un año y fueron un éxito. Envuelve el papel con hilo de bordar e incluye las instrucciones.
7. Bebidas
A los niños les encantan las bebidas azucaradas, por lo que Kathryn Kellogg, de Going Zero Waste sugirió latas de refresco, hechas de aluminio reciclable. (Si te preocupa el BPA, aléjate). Las botellas de vidrio de limonada o té helado son otra opción y dudo que el riesgo de rotura sea tan alto como algunos podrían suponer; mis hijos tratan sus bolsas de caramelos como a un recién nacido.
8. Fruta
He leído sobre una persona que pone un cuenco de «manzanas envenenadas» y los niños van a por ellas a primera hora, encantados con la morbosa descripción. Si eres mañoso, haz brujitas de naranja pegando con pegamento caliente un gorro de cartulina negra en una naranja y haciendo una cara con clavos, trozos de chocolate, trozos de papel o rotulador.
9. Pajitas de bambú
Esta idea procede de La vida sin plástico, y aunque puede que no proporcione un gran entretenimiento en el momento, seguro que al final se utiliza. Los niños nunca se cansan de las pajitas y tener una propia y especial puede ser divertido.
Esta lista no es exhaustiva, pero se trata de mostrar que es posible repartir golosinas sin plástico. Puede que te sientas como un pequeño pez en un mar gigantesco, pero vale la pena empezar por algún sitio.