Si has oído la palabra «torrefacción», probablemente la hayas escuchado en relación con tu taza de café, especialmente desde que el tostador de café La Colombe Torrefaction se asoció con famosos para difundir su nombre.
La Torrefacción se refiere técnicamente a un proceso de tostado en el que la biomasa se calienta, o se piroliza, en un entorno sin oxígeno. El proceso aumenta la densidad energética de la biomasa eliminando los volátiles y descomponiendo las moléculas complejas en otras más simples en las que la energía del carbono se aprovecha más fácilmente.
La torrefacción es el nuevo chico del bloque energético. Hace sólo media década que los científicos propusieron por primera vez que el tueste de biocombustibles como los granos de café podría aumentar el rendimiento energético. Pero ahora la torrefacción está a punto de irrumpir en la escena de la energía renovable.
La torrefacción ofrece importantes ventajas en relación con el uso de biomasa que no ha sido tostada lentamente. Los pellets extremadamente secos reducen los costes (y la huella medioambiental) del transporte de combustibles de biomasa. La mayor densidad energética permite coalimentar la biomasa en plantas diseñadas para el mayor contenido energético del carbón. Y quizás lo más importante es que el proceso hace que la biomasa sea resistente a la absorción de agua de lluvia, lo que significa que los operadores de las centrales eléctricas pueden almacenar el material en el exterior sin arruinar la materia prima ni apestar el barrio.
La planta de torrefacción más grande del mundo, gestionada por Topell Energy en los Países Bajos, ha anunciado recientemente pruebas de concepto exitosas para la alimentación conjunta de biopellets generados mediante el proceso de torrefacción.
Las investigaciones recientes, centradas en la huella del ciclo de vida de la torrefacción y en la disponibilidad de biomasa que no compite con los alimentos, también han abierto las puertas a las jóvenes empresas que intentan expandirse en este campo, ya que los resultados sugieren que, con unas decisiones de ubicación y un diseño de planta adecuados, el aporte de energía térmica necesario para tostar la biomasa tiene sentido.
Así que la próxima vez que estés sorbiendo tu taza de café en el cibercafé, prueba a buscar en Google «torrefacción». Al nuevo chico del barrio le gustaría conocerte.