8 hábitos de belleza aprobados por la abuela que debes adoptar ahora

Mantengan el coraje, la sencillez y la sostenibilidad de la sabiduría de la abuela.

En el libro «Food Rules» (Reglas de la alimentación), Michael Pollan escribe: «No comas nada que tu bisabuela no reconozca como comida», y sinceramente, es un consejo muy adecuado para cualquiera de nuestros hábitos modernos. Cuida de ti mismo. En las últimas generaciones hemos asistido a un diluvio de ingredientes sintéticos en nuestros productos de belleza, que causan estragos en nuestra salud y en la del planeta. Por no hablar de todos los envases, residuos, necesidades de transporte y otros daños colaterales que acompañan a los productos modernos. Así que, ¿por qué no retroceder los relojes a épocas más sencillas y hacer caso a los consejos de las mujeres que allanaron el camino antes que nosotras? Es hora de remangarse y abrazar a tu abuelita interior.

Tabla de contenidos

1. Cómete lo que quieras

Una anciana sostiene un manojo de zanahorias con una sonrisa

Esta es una de esas cosas que suenan demasiado bien para ser verdad… pero la mayoría de los expertos en el cuidado de la piel parecen estar de acuerdo con la directriz de las abuelas de comer para la belleza: lo que comes es crucial para el aspecto de tu piel. «Les digo a mis pacientes que lo que se llevan a la boca es tan importante como los productos que se aplican en la piel», dice a Forbes la Dra. Jessica Wu, dermatóloga y autora de Alimenta tu rostro. «Los alimentos se digieren y descomponen en vitaminas, minerales y aminoácidos que tu cuerpo puede utilizar para construir una piel sana. Si haces una dieta de choque o comes alimentos muy procesados, tu piel no será tan fuerte y flexible como podría ser. Por ejemplo, si no comes suficientes proteínas, estás privando a tu piel de los aminoácidos que se utilizan para fabricar colágeno (que fortalece la piel) y tejido elástico (que la hace flexible)»Los que se apuntan al carro de «comer para la piel» sugieren que comas frutas y verduras de varios colores, mucho Ácidos grasos Omega-3 (sardinas, semillas de chía, linaza, nueces), vitamina C (pimientos, fresas, cítricos, col rizada y brócoli) y vitaminas A y E (mantequilla de almendras, acelgas, germen de trigo, calabaza, boniatos, zanahorias y melón).

2. Ponte un sombrero

Una anciana asiática cultiva un huerto con un sombrero de cesta en la cabeza

¿Cómo de sencillo es esto? Ponte un sombrero. Protege tu pelo y tu cara del sol y del viento sin tener que echarte un montón de crema solar extra (aunque también deberías usar siempre crema solar, dice la abuela).

3. Échale una mano a tus manos

Una mujer mayor se frota crema en las manos

En el siglo XX hubo muchas mujeres que usaron guantes: desde los omnipresentes guantes de cocina que usaron décadas de amas de casa hasta los guantes de jardinería y los guantes de glamour. Y qué ventaja para las manos fue eso; nuestras manos son herramientas y a veces es fácil descuidarlas, pero poner un poco de esfuerzo en protegerlas valdrá la pena para que tengan un aspecto más joven a medida que envejecemos. Así que, adopta los guantes. Otro consejo inteligente para las manos es el que me enseñó mi abuela: Trata tus manos como tu cara. Cuando te apliques crema hidratante en la cara, hazlo también en las manos; lo mismo ocurre con el protector solar.

4. Trata tu cara con comida

Una mujer mayor con camisa de rayas se aplica una mascarilla facial en el espejo

La leyenda dice que Cleopatra debía al menos parte de su belleza a bañar en leche y miel. Y aunque ahora esta práctica parecería un despilfarro escandaloso, la idea de utilizar pequeñas gotas de productos alimenticios para la limpieza y el tratamiento no es una mala idea. Aunque algunos puedan lamentar la idea de utilizar los alimentos de otra forma que no sea la de alimentar a la gente que tiene hambre, los beneficios de evitar los efectos nocivos de los productos modernos pueden servir para equilibrar las cosas a grandes rasgos.

5. Rízate el pelo con trapos

Una mujer mayor se toca el pelo rizado y mira en un teléfono

En un mundo de peinados y permanentes y todo tipo de artilugios para manipular nuestro cabello, es difícil imaginar lo que hacían las generaciones de mujeres antes de los aparatos electrónicos para peinar sus mechones. Pues bien, bienvenidos al mundo de los rizos de trapo. Este ingenioso método para crear rizos largos y anillados no requiere calor y los rizos tienen una fuerza duradera. Mira el tutorial a continuación.

6. Calma tus ojos con cosas de la cocina

Una mujer mayor se pone pepinos en los ojos

Tu abuela no se gastó 100 dólares en un pequeño frasco de poción milagrosa para aliviar sus ojos de las ojeras y la hinchazón. Más bien, es probable que fuera a la cocina y probara uno de los remedios populares de la vieja escuela que las mujeres llevan utilizando desde siempre. Prueba a rallar patata cruda y utilizarla, exprimida y fría, como cataplasma bajo los ojos. Prueba también con rodajas de pepino frío o bolsas de té húmedas y frías, aloe vera e incluso cucharas frías -sin comida- pueden funcionar.

7. No te golpees las cejas

Una anciana japonesa se recorta las cejas

Muchas abuelas recomiendan un toque ligero cuando se trata de afinar las cejas, y con razón. Si te depilas lo suficiente, tus cejas pueden dejar de crecer porque se dañan los folículos. Aunque esto no parezca el fin del mundo en tu juventud, las cejas se adelgazan de forma natural a medida que envejecemos y puede ser prudente conservar lo que tienes mientras puedas.

8. Practica la flor de poder

Una mujer negra de edad avanzada entre un rosal

La gente lleva empleando flores en fórmulas de belleza desde hace miles de años, y aunque no todas las abuelas han buscado necesariamente en su jardín remedios con pétalos, no obstante, parece un sólido hábito de abuela que hay que adoptar. Hay algo innegablemente encantador en arrancar ramilletes al aire libre y crear brebajes que se basan en las propiedades de las flores y no en una mezcla de productos químicos mezclados en un laboratorio.

Un buen punto de partida podría ser un Exfoliante facial de rosa y manzanilla y un desodorante de lavanda. Muy de abuelita!

Y las bonificaciones, porque ningún buen consejo de abuela estaría completo sin unas cuantas pepitas extra: Bebe mucha agua, toma mucho aire fresco, da un paseo y no olvides sonreír.

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