4 enemigos de la frugalidad

Cuidado con estas cosas si quieres ahorrar dinero y consumir menos.

La economía es una forma de ambientalismo. Cuando eliges no gastar tu dinero en cosas superfluas, juegas un papel minúsculo en la disminución de la demanda de un producto, lo que a su vez reduce la producción y la correspondiente extracción de recursos. Por supuesto, esto no es lo que los minoristas y los fabricantes quieren oír, pero para la supervivencia futura de nuestro planeta, es crucial frenar el consumo.

Ser frugal, sin embargo, es más fácil de decir que de hacer. Es difícil mantener el dinero en el bolsillo, sobre todo con el aluvión de cosas extremadamente atractivas al que la mayoría de nosotros nos enfrentamos a diario. El mejor enfoque es identificar lo que Trent Hamm llama «los enemigos de los buenos hábitos de gasto» y averiguar cómo manejarlos. Hamm ofrece una lista de 12 «enemigos», pero me gustaría compartir cuatro a continuación, ya que son con los que más lucho.

Tabla de contenidos

1. Pasar el rato en las tiendas

Suena muy sencillo, pero ir a las tiendas -tanto online como en persona- a menudo hace que se realicen compras innecesarias. En lugar de enfrentarme a esa inevitable batalla entre la lógica y el deseo, ahora evito entrar a menos que haya un artículo que realmente necesite. Este es un consejo que Hamm hace realidad:

«No vayas a las tiendas sin un propósito concreto. A menos que tengas la intención de comprar al menos un artículo concreto, no vayas a las tiendas, ni online ni fuera de ellas. No son más que lugares para convencerte de que compres, y utilizan casi todos los trucos que pueden para incitarte a hacerlo».

2. Ventas

Si hay un artículo que realmente necesitas y resulta que está en oferta, ¡fantástico! Pero comprar un artículo que no necesitas porque está de rebajas sigue siendo una pérdida de dinero. Probablemente estés más adelantado comprando sólo lo necesario y pagando el precio completo que cayendo en la trampa de las rebajas de forma regular.

En palabras de Hamm, «Si no tienes un uso genuino para ese artículo, es mejor que el dinero esté en tu cuenta bancaria en lugar de en los bolsillos de ese minorista».

3. Redes sociales

Durante un tiempo seguí con entusiasmo a los minoristas de moda sostenible que me gustaban en Instagram, pero luego me di cuenta de que todas esas hermosas fotos y la astuta colocación de productos sólo me hacían sentir peor. Me sentía totalmente convencida de que necesitaba esas sandalias, esa falda, otra mochila, sólo para que se me pasara el impulso en unos días cuando aparecía otra cosa.

¿Lección aprendida? Instagram no es un lugar para seguir a los vendedores si quieres mantener el dinero en tu bolsillo. Guarda la plataforma para los amigos.

4. Amigos

Después de salir hace poco con un grupo de mujeres bien vestidas, corrí a casa y llené un carrito de la compra online con ropa similar a la que había admirado en ellas. Unas horas más tarde lo vacié porque me di cuenta de que no eran cosas que necesitaba. Fue decepcionante, pero ahora apenas recuerdo lo que había allí.

Los amigos tienen una poderosa influencia sobre lo que compramos, y es importante rodearse de gente con ideas afines, o de personas que no te hagan sentir presionada para gastar dinero de forma que te resulte incómoda. (Lee: El gasto FOMO es un problema real para los jóvenes)

También creo que es importante encontrar aquello que te sirva de base, como un pequeño truco personal que ajuste inmediatamente tu perspectiva y te mantenga centrado en el panorama general. Para mí, eso es pensar en los lugares que quiero visitar e imaginar que las compras de ropa son un porcentaje de los futuros billetes de avión, tren o barco a destinos lejanos. Al instante pierdo el impulso de seguir comprando sin sentido.

No hay una solución mágica para el ahorro. Puede ser un trabajo duro, pero se puede hacer más fácil minimizando la tentación de las formas descritas anteriormente.

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