Etiquetas ecológicas en móviles, tablets y ordenadores

La UE viene trabajando desde hace años en un cambio en el proceso de fabricación y de consumo, una transición que parte del modelo convencional, lineal, y se encamina hacia uno de economía circular. Apuesta por alargar la vida de los productos y, cuando ya no den más de sí, concederles una segunda oportunidad a través del reciclaje, introduciéndolos en el ciclo productivo como materia prima de segunda generación.

En ese contexto, uno de los conceptos más sonados últimamente es el “derecho a reparar”. Se ha convertido en la idea central del nuevo plan de la UE para combatir la obsolescencia programada, que tiene entre sus prioridades prolongar la vida útil de móviles, tablets y ordenadores para reducir impactos ambientales negativos.

Estos aparatos, cada vez más extendidos entre la población, cuentan en muchos casos con una “fecha de caducidad” de alguna manera integrada en su configuración. Pero modificando el engranaje se puede extender el tiempo de uso de estos dispositivos, disminuyendo así el impacto que su desecho y nueva fabricación provocan en el medio ambiente.

Tabla de contenidos

Problemas ambientales asociados a los dispositivos móviles

¿Cuáles son los mayores problemas ambientales asociados a estos aparatos? Sobre todo, el consumo energético y los materiales que se emplean para su fabricación. Los minerales que los componen se obtienen gracias a la explotación de la naturaleza, a menudo en condiciones de trabajo injustas y provocando conflictos territoriales entre la población local. Por otro lado, muchos aparatos siguen sin ser diseñados para su reusabilidad y reciclaje.

Etiqueta Ecológica Europea (EEE) en los ordenadores, tablets y móviles

En 2016 la Unión Europea actualizó los criterios para conceder una etiqueta ecológica para aparatos tecnológicos de la comunicación y la información (las conocidas como TIC). El nuevo texto tiene en cuenta los siguientes aspectos:

1.     Consumo de energía.

Para hacerse con la ecoetiqueta tipo ecológica, una tablet, ordenador o teléfono móvil deberá tener configuradas por defecto las funciones de gestión del consumo eléctrico. Por ejemplo, se especifica que “siempre que el usuario o un programa informático intente desactivar las funciones de gestión del consumo eléctrico por defecto, aparecerá un mensaje de advertencia que indicará al usuario que va a inhabilitarse una función de ahorro de energía y le dará la opción de mantener la función por defecto”.

2.     Sustancias y mezclas peligrosas presentes en el producto, los subconjuntos y los componentes

  1. a) Restricciones aplicables a las sustancias extremadamente preocupantes (SEP)
  2. b) Restricciones a la presencia de sustancias peligrosas específicas
  3. c) Restricciones basadas en clasificaciones de peligro del Reglamento CLP

3.     Prolongación de la vida útil

  1. a) Ensayo de durabilidad de los ordenadores portátiles
  2. b) Calidad y vida útil de la batería recargable
  3. c) Fiabilidad y protección de la unidad de almacenamiento de datos
  4. d) Posibilidad de actualización y reparación

4.     Diseño, selección de materiales y gestión al final de la vida útil

  1. a) Selección de materiales y compatibilidad con el reciclado
  2. b) Diseño para el desmontaje y el reciclado

5.     Responsabilidad social de la empresa

  1. a) Abastecimiento responsable de minerales
  2. b) Condiciones laborales y derechos humanos durante la fabricación

6.     Información al usuario

  1. a) Instrucciones de uso
  2. b) Información que deberá figurar en la etiqueta ecológica de la UE

Requisitos para obtener las ecoetiquetas

Según estos nuevos requisitos europeos para adquirir la etiqueta, una tablet ecológica será aquella cuyos materiales —estaño, tantalio, wolframio y oro— no procedan de zonas de conflicto y de alto riesgo. Deberá contener al menos un 10% de plástico reciclado postconsumo.

También habrá de adaptarse a las exigencias fijadas en materia de eficiencia energética. Para empezar, contará con funciones de gestión de consumo eléctrico como, por ejemplo, las que sirven para ajustar el brillo de la imagen. También deberá tener controlado —de acuerdo con los criterios de evaluación de la UE— el uso de sustancias peligrosas. Se habrá sometido a ensayos de durabilidad para asegurar una cierta resistencia tanto de la pantalla como del dispositivo en sí. La batería será recargable y deberá funcionar de manera seguida al menos 7 horas tras la primera carga completa. Facilitará el reemplazo de los componentes con el empleo de herramientas universales y favorecerá además la información relativa a cómo desmontar y reparar el aparato para que el usuario pueda arreglar o sustituir componentes de manera fácil. Los fabricantes deberán disponer de piezas de recambio compatibles para un modelo durante al menos cinco años desde el momento en que deja de fabricarse dicho modelo. Al comercializarse, deberán disponer de una garantía de mínimo tres años , gratuita y efectiva desde la compra del producto.

Por último, la información. La UE considera que es clave informar al consumidor sobre el comportamiento ambiental del producto que ha adquirido. En concreto, se refiere a la información sobre el consumo de energía, la prolongación de la vida útil de la tablet y a cómo estas medidas reducen el impacto medioambiental global del producto. También sobre cómo facilitar la prolongación de la vida útil de las baterías recargables, cómo proceder en el desmontaje y la reparación y cómo desechar el producto de manera adecuada.

Según el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco), los productos que se han hecho con la EEE no tienen por qué ser más caros que los que no la tienen. “Pueden ser incluso más baratos, pero nos garantizan el valor añadido de respetar el medioambiente y cumplir con estándares medioambientales muy estrictos”.

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