10 maravillosos datos sobre las mantis religiosas

Su nombre se debe a las prominentes patas delanteras que se pliegan en un gesto que sugiere devoción, la mantis religiosa parece serena y conmovedora. Sin embargo, no son tan dóciles como parecen. De hecho, las mantis religiosas son depredadores de emboscada con movimientos rápidos como un rayo.

Son criaturas fascinantes que han dominado su lugar en el mundo natural. Se conocen unas 2.000 especies de mantis en todo el mundo, que muestran una amplia y asombrosa gama de adaptaciones a sus entornos. He aquí diez datos fascinantes sobre la extraordinaria mantis religiosa.

Tabla de contenidos

1. Tienen una gran visión

primer plano de la cara de la mantis religiosa

Las mantis religiosas poseen una visión estereoscópica y, gracias a la ubicación de sus ojos, también tienen un amplio campo de visión. Cada uno de sus ojos tiene una fóvea, una zona concentrada de células fotorreceptoras que les permite enfocar y seguir con agudeza. Y las mantis no sólo pueden ver en 3-D, sino que la investigación ha descubierto que su visión en 3-D funciona de forma diferente a todas las formas conocidas anteriormente en la naturaleza. Además de revelar más sobre las propias mantis, esto podría ayudar a los científicos a desarrollar una mejor visión en los robots.

2. Son un elemento que hace girar la cabeza

Las mantis son los únicos insectos capaces de girar la cabeza de lado a lado. El hecho de poder girar la cabeza sin mover el resto del cuerpo es una ventaja clave para una mantis a la hora de cazar, ya que le permite un movimiento mínimo al acercarse sigilosamente a su presa.

3. Son ágiles como los gatos

Para sorpresa de los científicos que las filman, se ha descubierto que las mantis saltan con extrema precisión, contorsionando su cuerpo en el aire para aterrizar en un objetivo precario y específico. Mira el vídeo de arriba; atlético, ¿verdad?

4. Se deshacen rápidamente de sus presas

Las mantis religiosas esperan para tender una emboscada o acechan pacientemente a su presa, pero una vez que están preparadas para atacar, lo hacen a la velocidad del rayo, atacando con esas grandes patas delanteras tan rápidamente que es difícil verlas a simple vista. Además, tienen pinchos en las patas para ensartar e inmovilizar a las víctimas.

5. Son maestros del disfraz

mantis orquídea

Las mantis orquídeas están supremamente dotadas para el camuflaje. Se presentan en forma de hojas, palos y ramas, como muchos insectos, pero también lo llevan un poco más lejos. Algunas mantis mudan al final de la estación seca para volverse negras, programando convenientemente su transformación para que coincida con el paisaje ennegrecido que dejan los incendios de matorrales. Las mantis de las flores son asombrosas: algunas están muy ornamentadas, otras tienen un aspecto tan convincente que los insectos desprevenidos acuden a recoger su néctar… y se convierten en su cena.

6. Sólo comen alimentos vivos

Las mantis religiosas son carnívoras con gusto por la comida viva. Pueden proporcionar un útil control de plagas a los jardineros, ya que comen insectos potencialmente destructivos como escarabajos, grillos y saltamontes. Sin embargo, no son comedores exigentes: también se sabe que se alimentan de insectos útiles, como abejas y mariposas autóctonas, por lo que su efecto general en el control de plagas es difícil de predecir.

7. Son depredadores ambiciosos

mantis religiosa en el alimentador de colibríes, mirando al colibrí que vuela cerca

Las mantis no se limitan a comer insectos. También se dirigen a otros artrópodos, como las arañas, y a veces incluso a pequeños animales vertebrados. Se sabe que algunas mantis se alimentan de colibríes, por ejemplo, así como de currucas, pájaros de sol, mieleros, papamoscas, vireos y petirrojos europeos, además de ranas y lagartos.

8. Tienen sus propios depredadores

Se trata de una especie de aves de corral.

mantis religiosa en la espalda del camaleón

Aunque acechan a los colibríes y son cazadoras magistrales, las mantis religiosas también son cazadas. Entre sus depredadores están las ranas, los lagartos y los pájaros, así como ciertos tipos de arañas.

9. Luchan con los murciélagos

Las mantis religiosas también son presa de los murciélagos, pero no son una víctima fácil. Pueden detectar los sonidos de ecolocalización de los murciélagos y, cuando se les acercan, se lanzan al suelo, a menudo ejecutando espirales y bucles en su camino. Si son atrapados, intentan abrirse paso hacia la libertad utilizando sus grandes y puntiagudas patas delanteras.

10. Practican el canibalismo sexual

Las mantis religiosas macho no siempre sobreviven a la época de apareamiento. Entre el 13 y el 28 por ciento de los encuentros de apareamiento terminan con canibalismo sexual, en el que la mantis religiosa hembra arranca la cabeza del macho y se lo come. En un estudio de 2016, los investigadores descubrieron que las hembras que canibalizaban a su pareja masculina producían un número significativamente mayor de huevos que las que no lo hacían, lo que sugiere que su comportamiento caníbal puede aumentar las posibilidades de éxito reproductivo.

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