8 Datos místicos sobre el ocelote

El ocelote, o Leopardus pardalis, es un gato salvaje que vive en América Central y del Sur y en algunas partes del suroeste de Estados Unidos. Aunque a menudo se les confunde con jaguares o leopardos, el ocelote es mucho más pequeño que ambos, pero puede llegar a ser el doble de grande que un gato doméstico.

A veces conocidos como leopardos enanos, los ocelotes pueden identificarse por sus marcas y manchas únicas. Prefieren vivir en zonas boscosas y llenas de maleza, donde pueden esconderse y refugiarse en árboles y arbustos. Los ocelotes son carnívoros, por lo que su dieta principal consiste en pequeños mamíferos, roedores y aves, aunque ocasionalmente comen peces, lagartos y monos.   Aparte de la época de apareamiento y de la crianza de las crías, la mayoría de los ocelotes viven solos la mayor parte de su vida y son bastante protectores de su territorio. En la naturaleza, su vida puede llegar a los 7-10 años.

El ocelote es sin duda un animal intrigante, y los siguientes datos harán que quieras saber más sobre estos felinos únicos.

Tabla de contenidos

1. Los ocelotes viven en las selvas tropicales

Ocelote tumbado en la vegetación

Aunque estos felinos han sido vistos en estados como Texas y Arkansas, suelen ser autóctonos de los bosques tropicales de América Central y del Sur. Las frondosas copas de los árboles y el clima cálido son ideales para el ocelote y proporcionan el hábitat perfecto para su estilo de vida nómada y solitario. Suelen viajar de noche, que es también su momento más activo para cazar y rastrear. Pueden recorrer hasta 3 kilómetros en busca de comida. A pesar de las precipitaciones superiores a la media y de la abundancia de grandes depredadores, los ocelotes prosperan en este tipo de entorno.  

2. Los antiguos peruanos adoraban al gato

Los ejemplos de obras de arte en algunas partes de Perú muestran que los antiguos pueblos adoraban y celebraban a este gato especial. El pueblo moche, en particular, que era un reconocido artesano, mostraba representaciones del ocelote en trabajos de metal y murales.   Su religión también veneraba a otros animales como las aves, los peces, las serpientes y las ranas, y una de sus deidades era un dios mitad hombre, mitad jaguar.

3. Cada capa de ocelote es única

Ocelote caminando por la rama de un árbol

No hay dos ocelotes que tengan las mismas marcas en su pelaje. Sus manchas, que a veces se denominan rosetas, son de color entre marrón oscuro y negro, y el pelaje que hay debajo suele ser de color bronceado dorado o marrón amarillento claro. Cuando los ocelotes nacen, sus ojos son azules y parecen más bien de color gris oscuro, pero a medida que crecen, sus manchas y marcas empiezan a tener un aspecto más definido y característico.   También tienen barras anilladas a lo largo de toda la cola. Lamentablemente, los ocelotes son cazados para el comercio de pieles, lo que ha provocado la disminución de las poblaciones de ocelotes en ciertas regiones.

4. Los ocelotes son comedores exigentes

Los ocelotes son principalmente carnívoros. Sus grandes dientes y patas, así como su aguda visión y su capacidad de moverse rápidamente, les hacen adaptarse a la caza de una gran variedad de presas. En general, cazan conejos, roedores y aves. Se sabe que quitan todo el pelo y las plumas de sus presas antes de ingerirlas.   Una lengua con un revestimiento similar al papel de lija les permite retirar toda la carne de los huesos y lamerlos hasta dejarlos limpios. Si no terminan de comer su comida en una sola sesión, pueden cubrir el cadáver de otros animales y volver a por él en otro momento o arrastrarlo hasta el árbol, lejos de cualquier competencia.

5. Su nombre proviene de una palabra azteca

Se cree que la palabra ocelote proviene de la palabra azteca «tlalocelot», que significa «tigre de campo».   Los aztecas, junto con muchas otras culturas indígenas de la región, honraban a este gato salvaje y lo veneraban por su destreza en la caza y su belleza. Las representaciones de ocelotes están presentes en numerosos ejemplos de mitología, arte, joyería y cerámica en todas las culturas de América Central y del Sur.

6. Son nocturnos

Los ocelotes realizan la mayor parte de su caza y actividad al amparo de la oscuridad. Durante el día, buscan zonas seguras y protegidas. También buscan refugio cuando llega el momento de criar a sus hijos. Debido a su naturaleza territorial, observan y patrullan una zona a la luz del día para preparar su caza. Duermen en zonas densamente arboladas, como ramas de árboles, guaridas protegidas y arbustos, donde pueden camuflarse y permanecer ocultos. Aunque tienen una visión y un oído excelentes, lo que facilita el rastreo de la comida, se basan sobre todo en los rastros de olor que dejan otros animales.  

7. Las hembras se llaman reinas

Ocelote, leopardus pardalis, hembra con cachorro

Las hembras de ocelote, que son algo más pequeñas y ligeras que los machos, suelen vivir solas, excepto durante la época de celo. Pesan alrededor de 25 libras en plena madurez y suelen medir entre 3 y 4 pies de largo. Los ocelotes suelen aparearse durante todo el año, pero sólo permanecen juntos durante unos días. Tras el apareamiento, el macho, también conocido como desgarrado, se va a cubrir su territorio. La hembra lleva el embarazo durante algo más de dos meses antes de dar a luz, y luego cría a los gatitos por su cuenta. Aunque los gatitos pueden tener dientes fuertes a una edad muy temprana, pasan varias semanas antes de que abran completamente los ojos. Normalmente, las crías permanecen con su madre durante unos dos años y ella no tendrá otra camada hasta que la primera haya madurado y se haya ido.  

8. Los ocelotes son comunicadores ingeniosos

Además de los intercambios de olores y los gestos corporales, los ocelotes también pueden utilizar el sonido para comunicarse.   Al igual que otros felinos salvajes, los ocelotes tienen cuerdas vocales adaptadas que les permiten expresar una serie de sonidos y vibraciones. Especialmente durante los periodos de apareamiento, los ocelotes machos utilizan una variedad de maullidos y gruñidos para señalar a sus posibles parejas. Y aunque pueden ronronear, los ocelotes no rugen como lo hacen los leones o los tigres. Cada llamada, grito o maullido, junto con el correspondiente lenguaje corporal, significa un mensaje específico. Los distintos tipos de sonidos pueden significar cualquier cosa, desde una muestra de afecto hasta una petición o una advertencia para que un depredador se aleje.

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