Nada dice más «pringado» que la visión de un ser humano agachado para recoger un montón de caca de perro. Tener una mascota es como tener un niño pequeño que nunca aprende a ir al baño. Estás atascado en el deber perpetuo de los pañales. Y toda esa tarea genera un montón de residuos que tienen que ir a alguna parte. Afortunadamente, puedes seguir siendo ecológico mientras atiendes las necesidades de tu mascota. He aquí cómo:
Perros: No envuelvas esa caca de perro biodegradable en una bolsa de plástico que la mantendrá encerrada durante cientos (si no miles) de años. En su lugar, busca bolsas de caca biodegradables que puedan tirarse en el cubo de la composta (para usarlas en plantas no alimentarias) o recogerse en la acera con otros residuos de jardín biodegradables. Prueba EcoChoices o Biobolsas para obtener bolsas a un precio razonable que son 100% biodegradables y están hechas de maíz no modificado genéticamente.
Gatos: La arena aglomerante tradicional está fabricada con arcilla extraída a tiras que contiene polvo de sílice cancerígeno y bentonita de sodio, sustancias químicas que son perjudiciales para la salud de tu gato y de tus hijos. Busca una arena para gatos no tóxica y biodegradable, como la de trigo, Swheat Scoop.
Conejos: Si tienes a tu conejo en una jaula, no utilices virutas de cedro u otras maderas como arena o lecho, ya que pueden causar daños en el hígado o provocar reacciones alérgicas. Al igual que los gatos, los conejos pueden ser adiestrados en el uso de lechos sanitarios y les va mejor con lechos orgánicos hechos de papel, pulpa de madera o cítricos.
Ferretes: Los hurones también se comportan bien con una caja de arena. Busca areneros biodegradables hechos de papel o fibras vegetales. Y asegúrate de recoger regularmente, ya que a los hurones no se les da muy bien «tapar».