Vivir con vistas al lago puede ser una forma maravillosa de sentirse cerca de la naturaleza, de disfrutar de las actividades acuáticas y de experimentar el paso de las estaciones. Sin embargo, poseer una propiedad a orillas de un lago conlleva responsabilidades hacia la salud ecológica del mismo. Para poder seguir disfrutando de la belleza natural y de las actividades recreativas que ofrece un lago, y para mantener el valor de tu propiedad, aquí tienes unos cuantos pasos a tener en cuenta:
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Minimizar la escorrentía
La contaminación es quizá la amenaza más directa para el ecosistema de un lago. En ausencia de vertidos industriales, gran parte de los contaminantes proceden de la escorrentía de las lluvias. Quizá el paso más importante para prevenir la contaminación del agua sea controlar la cantidad de contaminantes que llegan al lago arrastrados por la lluvia. Esto puede lograrse mediante varios enfoques:
- Minimiza la superficie de tu césped. A menudo se piensa que mantener un césped significa la aplicación de fertilizantes y herbicidas y es muy difícil dosificarlos con precisión. La lluvia transportará el exceso de fertilizante al lago, lo que estimulará una floración de algas maloliente, antiestética y potencialmente tóxica. Considera la posibilidad de prescindir del abono y aprende a vivir con un césped imperfecto. Mejor aún, reduce la cantidad de césped que necesitas mantener. Los herbicidas pueden ser tóxicos para la vida acuática; si tienes que utilizarlos, trata las zonas problemáticas según sea necesario.
- Captura la escorrentía de las superficies impermeables. Los tejados y las calzadas son ejemplos de superficies impermeables, que no permiten que el agua se filtre al suelo. En su lugar, el agua de lluvia acumula contaminantes y se desplaza a gran velocidad, contribuyendo a la erosión del suelo. Estas partículas del suelo acaban en los lagos, creando problemas de sedimentación. La escorrentía de los tejados puede captarse con barriles de lluvia, y utilizarse después para regar los parterres. La escorrentía de la carretera puede dirigirse a un jardín de lluvia hecho con plantas amantes del agua. La energía del agua en movimiento será absorbida, frenando la erosión, y las partículas en suspensión se depositarán en el jardín, en lugar de en el lago. Si estás planeando una calzada nueva o de sustitución, considera las permeables hechas de adoquines, que permiten que el agua corra a través de ellas y llegue al suelo.
Se trata de un lago de agua dulce, pero no de un lago de agua dulce.
Protege la vegetación natural de la orilla
- El césped desnudo hasta la orilla puede ser una estética que atraiga a algunos, pero es perjudicial para un lago. Es importante proteger la vegetación existente a lo largo de la línea de costa: los arbustos y árboles que allí se encuentran mantienen las aguas poco profundas más frescas, evitando la antiestética proliferación de algas y protegiendo el hábitat de los peces. Las raíces de las plantas sujetan el suelo de la orilla, evitando la erosión. Una franja gruesa de vegetación a lo largo de la orilla también actúa como amortiguador, absorbiendo los contaminantes y los sedimentos que fluyen hacia el lago.
- Reemplaza la vegetación costera perdida o dañada plantando especies autóctonas. Tu vivero local debería poder sugerirte plantas resistentes y de crecimiento rápido adaptadas a las condiciones húmedas de la costa.
Siempre que sea posible, hazlo.
Desaconseja las especies invasoras
- Cuando diseñes el paisaje de tu propiedad, utiliza especies de plantas autóctonas, sobre todo a lo largo de la costa. Las plantas exóticas pueden convertirse en invasoras y extenderse rápidamente por la costa, desplazando a las autóctonas y alterando el ecosistema acuático. Entre las plantas invasoras perjudiciales se encuentran las fragmitas, la salicaria púrpura y el pasto canario.
- Una forma habitual de que las plantas acuáticas invasoras entren en un lago es que se suban a un barco (un vector de especies invasoras). Los trozos de algas o plantas pueden quedar atrapados en la hélice de una embarcación, o en el remolque, y ser transferidos accidentalmente de un lago a otro. Para evitarlo, toma precauciones antes de meter una embarcación y, mejor aún, considera la posibilidad de implantar un puesto de inspección de embarcaciones en la rampa pública. Muchos estados tienen subvenciones para ayudar a las asociaciones de propietarios a financiar estas inspecciones. Especialmente preocupantes son la milpa acuática euroasiática y la pulga acuática espinosa, ya que pueden transformar radicalmente la ecología de un lago y alterar significativamente las actividades recreativas.
Se trata de un problema de salud pública.
Una pesca más amigable
- En la actualidad, innumerables lagos tienen especies de peces invasoras que fueron introducidas por los pescadores. No seas un biólogo de cubo: utiliza sólo peces autóctonos, cangrejos de río y sanguijuelas como cebo. Muchos lagos tienen ecosistemas acuáticos que han sido transformados por la introducción de la perca amarilla, el rutilo dorado o la lubina.
- Una forma especialmente insidiosa de contaminación de los lagos es el plomo de los aparejos perdidos. Practica la pesca sin plomo, y evita que la fauna enferme. Los somormujos, los patos y las águilas calvas son especialmente vulnerables.
Se trata de una pesca sin plomo, y evita que los somormujos, los patos y las águilas calvas sean especialmente vulnerables.
- Las actividades de las embarcaciones a motor pueden perjudicar la salud de un lago de muchas maneras. Evita estos problemas eligiendo opciones de propulsión humana: canoa, kayak, velero o tabla de surf de remo.
- Si utilizas una embarcación a motor, prefiere los motores de cuatro tiempos a los de dos. Tienen un mayor ahorro de combustible, menos emisiones y son más silenciosos. Además, no liberan el combustible no quemado en el agua, como hacen los de dos tiempos.
- Cuidado con la estela. Disminuye la velocidad cuando estés cerca de la orilla, ya que la acción de las olas creada por las embarcaciones puede aumentar la erosión de la orilla, liberando sedimentos, y dañar la vegetación de la costa.
Se trata de un problema de salud pública.
Controlar las aguas residuales
- Sigue las ordenanzas locales vigentes para tus sistemas sépticos. Las normativas especifican una distancia mínima entre la orilla del lago y tu sistema séptico. Además, las inspecciones y el mantenimiento regulares garantizarán su correcto funcionamiento. Los sistemas sépticos con fugas son una fuente importante de contaminación por nutrientes.
- Ten en cuenta los productos que acaban en tu fosa séptica: uno de los principales problemas es el fosfato de los jabones, que alimenta a las algas. El detergente para la ropa está ahora mayoritariamente libre de fosfatos en Estados Unidos, pero muchas marcas de jabón para lavar la vajilla todavía lo contienen.
- Por muy tentador que sea, evita lavar en el lago. Los champús y los jabones contienen sustancias químicas que no son respetuosas con los ecosistemas acuáticos, a pesar de las etiquetas «biodegradables» o «totalmente naturales» del envase.
Se trata de un producto que no se puede utilizar en el agua.
Ir al grano
- Afíliate a tu asociación lacustre y sé la voz de la conservación. Cuando surjan problemas, investígalos y promueve soluciones ecológicas. En Estados Unidos, los departamentos estatales de recursos naturales suelen tener limnólogos (científicos especializados en lagos) que pueden responder a tus preguntas. Además, muchas universidades estatales cuentan con servicios de extensión cooperativa que pueden ayudarte.
- Involúcrate con tu fundación regional de tierras. Puede que te ayuden a proteger las propiedades costeras que son clave para la salud del lago.