Los zapatos blancos y las zapatillas de deporte son un elemento básico en la mayoría de los armarios: el calzado ideal y versátil que combina con casi todos los conjuntos y queda muy bien, siempre que esté perfectamente limpio.
Si tu par favorito de zapatos blancos se ve sucio, manchado o desaliñado, sigue uno de estos métodos probados para limpiarlos utilizando bicarbonato de sodio y otros productos domésticos ecológicos.
Tabla de contenidos
Consideraciones antes de limpiar tus zapatos blancos
Hay algunos aspectos importantes que debes tener en cuenta antes de poner en marcha cualquiera de los protocolos de limpieza que se indican a continuación.
El primer paso para limpiar tus zapatos blancos debe ser siempre eliminar el exceso de suciedad. La mejor manera de hacerlo es cepillarlo mientras está seco; si se moja la suciedad seca, se convertirá en un desastre de barro.
Los zapatos de cuero (o los detalles de cuero de un zapato) necesitan un método de limpieza y blanqueo diferente al de la lona. Los materiales de punto o de malla, como los que se encuentran en algunas zapatillas de deporte, también necesitan una consideración especial, así que toma nota del material de tus zapatillas para averiguar la mejor manera de limpiarlas y blanquearlas.
Exfoliación con bicarbonato y detergente
Esta técnica funciona mejor en la tela. Frotar ligeramente puede funcionar sobre material de punto o cuero, pero también podría rayar el cuero o dañar el punto, así que sé más suave con todo el cuero o los detalles de cuero.
Primero, haz una mezcla 50/50 de una cucharada de detergente para ropa y una cucharada de bicarbonato de sodio en un cuenco poco profundo o en un plato pequeño.
Si los zapatos están secos, humedece el exterior de los zapatos; no es necesario que estén empapados, sólo moderadamente mojados. Luego, sumerge un cepillo de uñas, un cepillo de dientes viejo o un cepillo de cocina en la mezcla de detergente y bicarbonato de sodio y empieza a fregar. Cubre todas las partes del zapato que estén sucias, y vuelve a sumergirlas en la mezcla pastosa según sea necesario.
Deja que repose durante 20-30 minutos, y luego aclara bajo el grifo o en un cubo de agua (o mételo en la lavadora). Cuélgalo para que se seque en la ducha o al sol para obtener una ráfaga extra de poder blanqueador natural.
Peróxido de hidrógeno y bicarbonato de sodio
Otra forma eficaz de conseguir que tus zapatillas blancas de lona o de punto vuelvan a estar brillantes sin lejía es hacer tu propia versión de un limpiador de oxígeno, pero éste funciona mejor en un día soleado, así que planéalo con antelación.
Haz una pasta con una cucharada de bicarbonato de sodio, media cucharada de agua y media cucharada de agua oxigenada (sí, la misma que te dan en la farmacia para poner en los cortes).
Utilizando un cepillo de dientes viejo o un cepillo de uñas, frota suavemente esa pasta en tus zapatillas de lona blanca o de material de punto. Luego repite, de modo que tengas una pasta espesa en cada zapatilla.
Ponlas al sol durante 4-5 horas. La pasta debe estar totalmente seca y desprenderse de las zapatillas. Entonces, cepilla enérgicamente la pasta seca. Tus zapatos no necesitan ser lavados – puedes intentar usarlos inmediatamente.
Un buen lavado y el sol
El primer punto de partida con las zapatillas amarillentas o generalmente sucias de material de punto, lona o lona con detalles de cuero -o prácticamente cualquier tipo de material hecho por el hombre- es un simple lavado y secado.
Primero, quita los cordones y las plantillas (si son extraíbles) y llena un cubo o una bañera pequeña con agua caliente y una cucharada de detergente para ropa. Sujetando el zapato por la punta o el talón trasero, agítalo en el agua jabonosa durante unos minutos. Déjalo reposar durante unos minutos, vuelve a agitarlo y acláralo con agua tibia. Repite la operación. O bien, utiliza tu lavadora (no desperdiciará demasiada agua siempre que tenga un sensor de carga). En ambos casos puedes meter también las plantillas.
Después del segundo ciclo de lavado y aclarado (a máquina o a mano) deja que los zapatos se sequen en la bañera o en el exterior. Si puedes dejarlos secar al sol, esto ayudará a que queden aún más blancos. Puede que un buen lavado sea suficiente para que tus zapatos vuelvan a ser blancos.
Si, antes de secar los zapatos, crees que aún no están lo suficientemente blancos, prueba la técnica de fregado descrita en el primer método.
Pulir con zumo de limón y aceite de oliva los zapatos de cuero blanco
Esta combinación puede funcionar para blanquear los zapatos de cuero blanco sucios. En primer lugar, limpia la suciedad superficial de los zapatos con un jabón claro para platos y agua. Deja que se sequen.
Después, combina 1 cucharada de zumo de limón fresco con 2 cucharadas de aceite de oliva y mézclalo bien. Aplica una pequeña cantidad cada vez a tus zapatos de cuero limpios y secos sumergiendo un paño suave (como una camiseta vieja), en la mezcla de aceite y zumo, y frotándolo con un movimiento circular en el cuero. Trabaja la mezcla acondicionadora y blanqueadora en los zapatos, una pequeña sección cada vez. Asegúrate de no utilizar demasiado líquido: no quieres que el zapato esté empapado cuando termines, sólo un poco húmedo.
Deja que se sequen por completo durante toda la noche o más. El aceite de oliva ayudará a acondicionar los zapatos, mientras que el zumo de limón contribuye a la acción blanqueadora.
Pulido blanco para detalles de cuero
Para los detalles de cuero o los zapatos totalmente de cuero, hay varios abrillantadores de cuero totalmente naturales que contienen un pigmento que puede utilizarse para acondicionar, proteger y blanquear los zapatos de cuero después de haberlos limpiado a fondo.
Busca productos que contengan ingredientes naturales. Por ejemplo, El limpiador en crema blanco de Pure Polish para zapatos de cuero contiene aceite de naranja, aceite de coco, cera de abeja, cera de carnauba y un pigmento no tóxico.