Cómo hacer que los viajes sean más sostenibles

Hablar de viajes puede ser una conversación tensa. Desde una perspectiva medioambiental, es imposible discutir el hecho de que lo mejor es quedarse en casa, pero los humanos no somos así. Muchos de nosotros ansiamos el mundo, deseando superar los límites, navegar por ciudades extranjeras y conocer a extraños que hablan idiomas diferentes. Los humanos han vagabundeado a lo largo de la historia y ese impulso no va a desaparecer pronto. Sin embargo, lo que sí podemos hacer es hablar de cómo reducir el impacto de nuestros viajes planificándolos a conciencia y con cuidado.

El mes pasado escribí sobre cómo hacer que volar sea un poco menos perjudicial (algo difícil de vender, lo admito, pero aún así merece la pena discutirlo). Hoy trataré otros dos aspectos del viaje: la planificación del viaje y el hecho de estar de viaje. No dudes en compartir tus ideas y consejos de viaje en los comentarios de abajo.

Tabla de contenidos

1. Elige tu destino con cuidado

El lugar al que vas tiene un gran efecto en tu huella medioambiental. Elige un lugar que no esté tan lejos, al que tal vez puedas llegar sin depender de un avión, o que sea apto para peatones o ciclistas, de modo que no tengas que utilizar el coche al llegar. Ve a un lugar que no esté abarrotado de turistas, donde los lugareños no se sientan abrumados y resentidos por tu presencia. Evita los destinos que están siendo perjudicados por la presencia de demasiada gente (piensa en Venecia, Machu Picchu, Angkor Wat, Teotihuacán, etc.), para no contribuir más a su degradación. Aléjate de los grandes «no-no»: los cruceros, los megaresorts y las grandes urbanizaciones frente al mar.

2. Investiga los alojamientos

Si piensas alojarte en un hotel, elige un lugar que cumpla con altos estándares medioambientales. Deben estar certificadas por una tercera parte, como Rainforest Alliance o el Consejo Mundial de Turismo Sostenible. Averigua quién es el propietario del hotel y elige uno cuyo propietario sea local, en lugar de una gran empresa extranjera; así sabrás que una mayor parte de los beneficios se quedará en la comunidad. Considera formas alternativas de alojamiento, como el intercambio de casas, el couchsurfing o la acampada.

3. Quédate en un solo lugar

Evita tratar de abarcar todo el territorio que puedas en un tiempo limitado, sino que adopta un ritmo más lento. Quédate en el mismo sitio y conoce una sola comunidad más íntimamente. Éste puede ser un concepto difícil de entender para muchos norteamericanos, que, por ejemplo, tienden a «hacer Europa» y saltar de ciudad en ciudad, en lugar de establecerse en un pequeño pueblo pesquero en algún lugar y conocer su ritmo durante unas semanas.

4. Actúa como un local lo mejor que puedas

Imitar el modo de vida local es la forma más respetuosa de viajar. Desconecta de las recomendaciones online y de los libros de viajes (si es que la gente ya los lee), y habla con la gente del lugar en el que te encuentras. Ve a bibliotecas, restaurantes, mercados, espectáculos. Entabla conversaciones y haz que la gente de a pie te dé recomendaciones.

5. Come como un local

Come como lo hace la gente de tu entorno, sin arrastrar tus ideas preconcebidas sobre cómo debe ser una dieta. Por ejemplo, si los frijoles y el arroz son el alimento básico diario, ¡compra con entusiasmo! Yo intento evitar la carne y los lácteos en la medida de lo posible cuando viajo, porque me parece una especie de «compensación», si he volado para llegar allí. Compra en los mercados locales, pero asegúrate de que son realmente los mercados locales; en una reciente estancia en Bolonia, mi amiga italiana Francesca me señaló que los hermosos puestos del mercado por los que yo babeaba eran en realidad sólo para los turistas: «Ningún habitante de la ciudad compra allí», se burló. «Es sólo para los turistas«.

6. Lleva siempre productos reutilizables

Lleva siempre en la maleta una botella de agua reutilizable (me gustan las plegables de Hydaway porque son increíblemente cómodas), una taza de viaje, una bolsa de tela para transportar las compras, una pajita de metal, utensilios y posiblemente un recipiente o dos para las sobras. Si tienes todo esto a mano, nunca necesitarás utilizar productos desechables de un solo uso.

7. Aprende algunos trucos con el agua embotellada

Evitar el agua embotellada puede ser difícil en algunos lugares, pero sigue los consejos de la bloguera de viajes Shivya Nath, que vive en Goa (India) durante la época de los monzones cada año. La India tiene fama de tener agua en mal estado, pero Nath dice que es posible arreglárselas sin agua embotellada. A menudo pide que le rellenen la botella de agua con agua filtrada en los restaurantes y también aconseja pedir una jarra de agua filtrada para la habitación del hotel y usarla para rellenar la botella.

Algunas botellas vienen con filtros incorporados, o puedes utilizar un purificador de agua portátil para viajes como SteriPEN (utiliza una luz ultravioleta para destruir el 99,9% de las bacterias) o un sistema de filtrado como LifeStraw. Las pastillas purificadoras de agua son otra opción.

Hablando de agua, evita viajar a lugares que sufran crisis de agua, como Ciudad del Cabo; eso supone una carga aún mayor para los residentes locales.

8. Elige bien los recuerdos

Evita las compras de chatarra que probablemente acaben en la basura. Comprueba dónde se fabrica un artículo; quieres algo que sea verdaderamente local, no importado desde lejos. Invierte en cosas de valor duradero, como arte, textiles y cerámica. Para los regalos, suelo optar por productos de consumo: chocolates o caramelos poco habituales, aceite de oliva, vinagre balsámico, mezclas de especias, un aperitivo de fabricación local.

9. Empaca de forma inteligente

Lo más importante es llevar poco equipaje. Te hará la vida más fácil a muchos niveles. Si tienes dudas, recuerda esta gran cita de Oneika Raymond:

«Por cada hotel con carro portaequipajes y calle pavimentada, hay un pueblo en la cima de una montaña en la costa italiana con 150 escaleras. Intenta entonces hacer rodar esa maleta».

Ten en cuenta las sustancias químicas de tus productos de cuidado personal, especialmente la protección solar, si piensas estar en el mar. Chicas, llevad siempre una copa menstrual; es un cambio de juego total. EconomiaCircularVerde tiene un montón de posts sobre cómo hacer la maleta. Ver: Cómo hacer una maleta ligera para cada viaje y Construye un armario cápsula de viaje con estos consejos de expertos.

10. Habla de tus viajes con tus amigos y familiares

Comparte tus anécdotas con la gente cuando te pregunten sobre tu viaje, pero no sólo los puntos álgidos: habla de lo que no te pareció bien, de lo que te resultó incómodo, de lo que harías de forma diferente la próxima vez. Escribe reseñas sinceras en Internet para que a los futuros viajeros les resulte más fácil investigar.

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