Cómo desempolvar los tarros de cristal

Se pregunta cómo quitar ese olor a vinagre de un tarro viejo? La solución está al alcance de la mano!

«Cuando reduces tus residuos, aumentas tu consumo de tarros. Muchos de nosotros no sabemos cómo dejar de coleccionar tarros y necesitamos un programa de 12 pasos». Esta divertida cita viene de Anne-Marie Bonneau, alias la Cocinera del Desperdicio Cero, y cualquiera que haya intentado reducir los residuos de la cocina en casa podrá identificarse con su adicción a los tarros.

En cuanto te pongas a vivir con residuos cero, no podrás dejar de coleccionar tarros. Son lo más útil que puedes tener a mano, perfectos para transportar café, almacenar especias y productos secos, congelar bayas, agitar un aliño de ensalada o un batido de proteínas, cultivar una masa madre y envasar las sobras para el almuerzo. Lo que quieras, probablemente un tarro pueda hacerlo.

Quizás lo mejor de los tarros de cristal es que puedes conseguirlos gratis en cualquier sitio. Rebusca en el contenedor de reciclaje, corre la voz entre tus amigos, pide a los restaurantes sus envases vacíos. El inconveniente es que los tarros usados a veces tienen el olor de la comida que antes contenían, sobre todo si estaba en escabeche. Sin embargo, basta con una limpieza a fondo para refrescarlos y dejarlos como nuevos. A continuación te explicamos cómo hacerlo.

Tabla de contenidos

El tarro de cristal:

Empieza con un lavado en agua caliente con jabón. Si eso no funciona, añade una cucharada de sal y agítalo. La sal debería absorber los olores residuales. Al parecer, los posos del café también funcionan. Otro consejo interesante es utilizar mostaza. Deja caer una cucharada de mostaza amarilla preparada en el fondo o utiliza mostaza en polvo. Añade agua caliente, da vueltas y vierte. Tras el lavado, el olor debería desaparecer. Guarda siempre los tarros sin tapa para que se aireen.

La etiqueta:

Evita meterla en el lavavajillas, ya que una etiqueta empapada puede obstruirlo. Sumerge el tarro en agua caliente para ver si funciona o cuécelo en una olla con agua hirviendo durante varios minutos. También puedes llenar el tarro con agua hirviendo y dejar que el calor despegue la etiqueta.

Si esto no funciona, frota la etiqueta con aceite y déjala reposar toda la noche. (Cualquier sustancia aceitosa puede funcionar, como la mayonesa o la mantequilla de cacahuete.) Un post en Food52 sugiere combinar estos dos pasos, aplicando aceite a la etiqueta, vertiendo agua caliente por encima y dejándola varias horas. Despega la etiqueta poco a poco y utiliza un estropajo para fregar por debajo a medida que avanzas. Bonneau recomienda una cuchilla de afeitar, un cuchillo multiusos, lana de acero o un estropajo de cobre. El bicarbonato de sodio es un buen toque final para eliminar los residuos.

NOTA: Muchos comentaristas en Internet recomiendan productos químicos fuertes como Goo Be Gone, WD-40, TSP y líquido para encendedores para quitar las etiquetas, pero cuando se trata de tarros que se van a utilizar para almacenar alimentos, es más seguro seguir con ingredientes de limpieza más naturales y comestibles.

Tapas:

El olor a comida no sale de las tapas tan fácilmente como el del vidrio. Puedes probar a lavarlas con agua caliente y jabón, espolvorearlas con bicarbonato y sumergirlas en vinagre, pero Bonneau dice que el método más eficaz es el más sencillo: ponerlos al aire libre bajo la luz directa del sol. No sólo acabará con el olor, sino que los blanqueará de nuevo. Al igual que los tarros, guarda siempre las tapas separadas para que puedan airearse entre usos.

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