El clima invernal puede traer consigo muchos peligros. Aunque a menudo somos conscientes de los grandes, como las congelaciones o los árboles cubiertos de nieve, podemos subestimar la forma en que el suelo que pisamos se vuelve contra nosotros cuando está cubierto de hielo.
Las caídas involuntarias supusieron casi 32.000 muertes en 2014, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, por lo que tener un plan para mantenerte erguido mientras caminas en condiciones de hielo -aunque sea para ir al buzón- puede suponer una gran diferencia. Por suerte, la naturaleza, como suele hacer, nos proporciona un modelo de cómo navegar por terrenos helados sin resbalar ni resbalar y sin herirnos potencialmente.
Es hora de caminar como un pingüino.
Camina como un pingüino
El primer paso para conseguir el paseo del pingüino es la postura. Separa un poco los pies para ampliar tu base y mantén las rodillas sueltas para mantener un centro de gravedad más bajo. Y aunque quieras mantener las manos en los bolsillos para estar más abrigado, extender ligeramente los brazos te ayudará a mantener el equilibrio. Sólo tienes que ponerte guantes o manoplas calientes para compensar la pérdida de ese precioso calor de los bolsillos.
Ahora, la parte de la marcha propiamente dicha. Nuestra forma normal de caminar divide la forma en que soportamos nuestro peso a mitad de camino, y eso hace que nuestras piernas soporten nuestro peso en ángulos poco propicios para estar seguros en el hielo. En lugar de eso, camina a paso de tortuga. Coloca tu centro de gravedad sobre la pierna delantera y da pasos cortos, arrastrando los pies de lado a lado.
Si te sientes como un pingüino, lo estás haciendo bien. Puede que te sientas un poco tonto, pero sentirse un poco tonto es mejor que sentir el dolor de una caída.
Más consejos de seguridad para caminar sobre el hielo
1. Lleva la ropa adecuada. Hemos mencionado el uso de unos buenos guantes para resistir el impulso de meterte las manos en los bolsillos, pero hay más cosas a tener en cuenta respecto a tu ropa de invierno cuando caminas sobre el hielo. Los abrigos y pantalones más gruesos o las capas adicionales te mantendrán caliente, sí, pero también pueden ayudar a amortiguar en caso de caída. Tu calzado debe ofrecer mucha tracción, con suelas planas de goma y compuesto de neopreno. Las gafas de sol son ciertamente útiles en los días soleados y helados debido a toda la luz que se refleja, y llevarlas puede ayudar a tus ojos a detectar las zonas resbaladizas antes de que tus pies las encuentren.
2. Ignora tu teléfono. Este es un buen consejo cuando caminas, pero es especialmente bueno cuando la acera está resbaladiza. Si tu atención está en el teléfono, no está en el hielo, y si tus manos están sujetando el teléfono, no están ayudando a tu equilibrio. Un auricular inalámbrico conectado a tu teléfono puede ayudar a aliviar estos problemas, pero seguirá desviando tu atención de la marcha, siendo consciente del hielo y estando atento a otros peligros potenciales a tu alrededor, como el tráfico de automóviles o la distracción de otros peatones.
3. Minimiza lo que llevas. Caminar sobre el hielo es cuestión de equilibrio, así que las cargas que cambian tu sentido del equilibrio también cambiarán tu forma de caminar. Y si tienes las manos llenas de bolsas, no estarán libres para ayudarte si resbalas. Hablando de …
4. Prevee que te resbalarás y te caerás. Incluso con toda esta preparación, existe la posibilidad de que te caigas de todos modos, así que prepárate para ello. Si sientes que te caes hacia atrás, inclínate un poco hacia delante, metiendo la barbilla, para que el mentón y la parte posterior de la cabeza no reciban todo el impacto. Intenta aterrizar sobre los muslos, las caderas o los hombros, lo que más le guste a tu cuerpo en esa situación. Si caes hacia delante, haz lo posible por girar y rodar hacia un lado. En cualquier caso, intenta relajarte al máximo; tensarte en esta situación no te ayudará.