¡Despierta! Cada año, en el corazón de Europa, desechamos una montaña de residuos que alcanza los 2.500 millones de toneladas, revela Eurostat. Esto nos enfrenta a una realidad impactante: cada uno de nosotros es responsable de hasta cinco toneladas de residuos por año. La dimensión de este desafío está directamente vinculada con el número de habitantes y la prosperidad de nuestras naciones. Y aunque las políticas europeas buscan incansablemente promover la separación de residuos para maximizar la recuperación de materiales, la verdad es que estamos avanzando a ritmos diferentes entre países.
Afortunadamente, hay héroes entre nosotros. Organizaciones sin ánimo de lucro como Ecoembes han estado trabajando desde 1997 para liderar la batalla contra el desperdicio, enfocando sus esfuerzos en revolucionar el reciclaje y el ecodiseño de los envases en España. Nos han enseñado cómo dar nueva vida a los plásticos, latas y briks a través del uso inteligente del contenedor amarillo, y a los envases de cartón y papel a través del contenedor azul. Su visión va más allá de cumplir con la ley: buscan crear un impacto social y ambiental positivo, fomentando la educación ambiental, el empleo y la innovación en nuestra sociedad.
El Consorcio de los Recolectores
La inspiración puede cruzar fronteras, y ahí radica la esencia del proyecto Collectors, un esfuerzo que cuenta con el apoyo de la Unión Europea y mira hacia el horizonte del 2020. Su meta principal es compartir y homogeneizar datos acerca de los sistemas de gestión de residuos para optimizar su efectividad. Su misión es clara: facilitar la toma de decisiones informadas a través del conocimiento y mejorar los sistemas de recolección analizando diferentes modelos.
Se centran en tres tipos de residuos: envases y papel, residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), y residuos de construcción y demolición (RCD). Aunque cada categoría requiere un manejo especial, el enfoque se divide en tres etapas esenciales:
- Primera etapa: Crear un mapa, armonizar y compartir información sobre los diferentes sistemas de recolección de residuos en Europa, facilitando esta valiosa información a través de una plataforma digital.
- Segunda etapa: Evaluar la eficiencia de estos sistemas a través de estudios de caso y análisis comparativos, centrándose en la sostenibilidad y los costes.
- Tercera etapa o “fase de aplicación”: Promover la implementación de sistemas de recolección altamente efectivos, proporcionando guías específicas para cada tipo de residuo y recomendaciones políticas para unificar criterios y prácticas.
Durante el proyecto, los recolectores seguirán un enfoque doble: priorizarán la participación activa para asegurar resultados efectivos y se apoyarán en la innovación para integrar los conocimientos más avanzados en sus prácticas.