Arrecifes de coral contaminados

Los arrecifes de coral están en riesgo por múltiples motivos. Uno de ellos, que es el que más se suele comentar, es el cambio climático. El calentamiento de los mares (que absorben buena parte de los gases de efecto invernadero que liberamos a la atmósfera con actividades como la producción y el uso de energía) altera el pH del agua, lo acidifica y provoca el sufrimiento y estrés de múltiples ecosistemas marinos, incluidos los arrecifes de coral. Un ejemplo lo tenemos en las grandes barreras de arrecife de coral.

Pero hay otra gran amenaza para estas criaturas que a menudo pasa desapercibida: la contaminación. El desarrollo costero, que es debido a las actividades humanas, es uno de los principales focos de problemas para la supervivencia de estos animales, ya que la sedimentación que produce al remover las tierras para la construcción compromete la salud de los arrecifes coralinos.

Cuando las aguas se enturbian, el fondo marino no recibe toda la luz que precisa para hacer la fotosíntesis, no solo afecta a la modificación de la temperatura del agua, sino que algunas especies no se nutren como deberían y terminan muriendo, como refleja el color de los corales que se transforma en blanco. También las escorrentías de aguas pluviales urbanas suponen un riesgo para los arrecifes de coral, pues estas vienen en muchos casos contaminadas con los tóxicos que están presentes en la ciudad, como los residuos industriales o el dióxido de nitrógeno que desprenden los coches por los tubos de escape.

Por otro lado, contribuyen a empeorar la salud de los arrecifes de coral la silvicultura y la agricultura. Un problema grave relacionado con la agroindustria es la llegada de fertilizantes a los mares. El exceso de nutrientes, que se vierten en la costa desde las tierras de cultivo industrial (que es donde se suelen emplear estos agroquímicos), deriva muchas veces en un fenómeno que se conoce como eutrofización, que pone en riesgo a todo el ecosistema marino. Así ocurrió con la laguna salada del Mar Menor, así como con otros muchos cuerpos de agua tan expuestos al desarrollo urbano y a la explotación minera y agrícola de los territorios cercanos.

Situación de los arrecifes de coral en España

En España, hay arrecifes de coral en todo el litoral, sobre todo en las Islas Canarias, donde las colonias coralinas se encuentran tanto en el Mar de Gran Canaria como en el Banco de Concepción, una zona situada al norte de Lanzarote. También hay arrecifes de coral en las Islas Baleares y la zona peninsular. Se han identificado, por ejemplo, el Banco de Galicia, al oeste de Vigo; el Canal de Menorca, entre Mallorca y Menorca; las Montañas Submarinas y Conos Volcánicos de Alborán; el Frente de Doñana, a unos 2.000 metros de profundidad, y El Cachucho o Banco del Danés, una montaña submarina en el mar Cantábrico.

Otro causante de la contaminación de los arrecifes de coral son los millones de personas que se desplazan para hacer turismo, por la descarga de agua de sentina contaminada, así como aguas residuales y desechos sólidos, de las embarcaciones recreativas. Según explican en su web los especialistas de la Reef Resilience Network (la Red de Resiliencia de Arrecifes liderada por la organización The Nature Conservancy), los cruceros pueden ser verdaderamente nocivos para las colonias coralinas.

“En una semana, un crucero típico genera aproximadamente 800 metros cúbicos de aguas residuales, 3.700 metros cúbicos de aguas grises, medio metro cúbico de residuos peligrosos, ocho toneladas de residuos sólidos y casi 100 metros cúbicos de agua de sentina aceitosa”

Aseguran, y lamentan que, a pesar de que la Convención Internacional para la Prevención de la Contaminación por Embarcaciones (MARPOL, por sus siglas en inglés) proporciona directrices que regulan la descarga de aguas residuales, agua de sentina aceitosa, desechos peligrosos y desechos sólidos, “estas regulaciones se cumplen con diversos grados de cumplimiento”.

Reducir el impacto para proteger los arrecifes de coral

Desde esta red aconsejan aplicar límites para reducir la contaminación que daña los corales, de forma que se reduzca la cantidad de usuarios y se controlen los tipos de actividad que pueden afectar negativamente a los arrecifes.

“En la práctica, puede ser difícil determinar la capacidad de carga ambiental, pero se pueden establecer límites utilizando el mejor conocimiento disponible y un enfoque que incluya a los usuarios de arrecifes. Las cuestiones sociales como el hacinamiento, el conflicto, el ruido y otros factores que influyen en la satisfacción del usuario (capacidad de carga social) son consideraciones importantes para los usuarios recreativos y los operadores de turismo comercial”.

Un ejemplo de esfuerzo de conservación de los arrecifes que destacan como positivo es la guía de Prácticas de Arrecifes Responsables,que se desarrolló para la Gran Barrera de Coral en Australia. Las recomendaciones que se recogen en esta guía online incluyen una serie de medidas para evitar la descarga de aguas residuales al mar, por ejemplo, usando tanques para almacenar esas aguas y no descargarlas si no es en las facilidades que se ofrecen en los puertos.

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