6 Árboles famosos muertos por la locura humana

foto de árboles de otoño

paul (dex)/CC BY 2.0

Los árboles son, realmente, organismos sorprendentes. Cuando se les deja solos, realizan docenas de servicios ecosistémicos esenciales, como la absorción de carbono, la producción de alimentos, el control de la erosión y la regulación de la temperatura. Algunas especies viven cientos -incluso miles- de años y otras llegan a tener un tamaño realmente descomunal. Incluso cuando mueren, los árboles siguen cumpliendo funciones vitales, contribuyendo a la vitalidad del suelo del bosque.

Pero, por desgracia, hoy en día rara vez se deja a los árboles en paz para que hagan su buen trabajo. En cambio, la gente sigue encontrando formas de interferir, a veces con consecuencias catastróficas. Quizá no haya mejor ejemplo de ello que estos seis árboles muertos por la locura humana.

Tabla de contenidos

1. Adictos a la metanfetamina: 1, Árboles antiguos: 0

la foto del ciprés del senador

JGKlein/Dominio público

La semana pasada, un abusador de metanfetaminas en busca de refugio tropezó con «El Senador», un ciprés de 118 pies y 3.500 años de antigüedad en Florida. Sin embargo, tras refugiarse en una parte hueca del tronco del árbol, algo salió mal y el árbol se incendió. El árbol ardió de dentro a fuera y, cuando los bomberos llegaron al lugar, se había derrumbado.

El Senador era el quinto árbol más antiguo del mundo en ese momento.

2. El fin de una tradición futbolística

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Los aficionados al fútbol americano de Auburn han disfrutado durante mucho tiempo de una extraña tradición conocida como «Rolling Toomers». En esencia, consiste en cubrir un par de robles icónicos del campus con resmas de papel higiénico para celebrar, bueno, cualquier cosa.

Sin embargo, esta tradición se puso en peligro en 2011, cuando un aficionado del equipo de fútbol americano rival -el Alabama Crimson Tide- envenenó los árboles de 130 años. Aunque la tradición puede continuar gracias a un esfuerzo de replantación por parte de la comunidad, es probable que sea a costa de los árboles originales.

3. El aislamiento extremo no es protección

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Valérie y Michel Mazeau/CC BY 2.0

El Arbre du Ténéré, conocido en español como el Árbol de Ténéré, era una acacia solitaria en medio del desierto del Sahara. Durante décadas -si no más- sirvió de punto de referencia para las caravanas que atravesaban el desierto, marcando el lugar de un profundo pozo.

Sin embargo, en 1973, el árbol fue atropellado por un conductor de camión supuestamente borracho. No sobrevivió.

4. Un antiguo hito se convierte en víctima de la guerra

singapore cityscape photo

c programador/CC BY 2.0

En Singapur, un árbol conocido como el «Árbol de Changi» se erigía como símbolo de la fuerza de la ciudad. Había adquirido notoriedad por su inusual altura, que alcanzaba unos 76 metros.

En 1942, cuando los combates de la Segunda Guerra Mundial se extendieron por el Sudeste Asiático, el árbol fue cortado. Se temía que, si se dejaba en pie, sería utilizado como punto de alcance por los soldados japoneses invasores.

5. Un participante involuntario en la protesta

Kiidk'yaas tree photo

Mike Beauregard/CC BY 2.0

Kiidk’yaas, también conocido como abeto dorado, era un abeto de Sitka en la Columbia Británica, Canadá. Era notable, sin embargo, porque era un ejemplo de una rara mutación genética que hacía que sus agujas fueran de color dorado, en lugar de verde.

En 1997, un ingeniero forestal de 48 años llamado Grant Hadwin taló el árbol. El acto fue una protesta contra las grandes empresas madereras comerciales. Aunque el árbol no sobrevivió, los científicos han podido producir clones a partir de una colección de ramas recuperadas.

6. La confusa decisión de matar al organismo más antiguo del mundo

foto del tocón del árbol de Prometeo

Jrbouldin/Dominio Público

Quizás el participante más triste de esta lista sea Prometeo, un pino carrasco de la Gran Cuenca, que fue talado en 1964. En aquel momento, el árbol habría sido el organismo más antiguo conocido del planeta, con al menos 4.862 años y posiblemente más de 5.000 años.

Los detalles exactos de por qué se cortó el Prometeo siguen siendo escasos, pero la historia básica es que Donald R. Currey, entonces estudiante de posgrado de la Universidad de Carolina del Norte, estaba estudiando los árboles de la zona en busca de ejemplares muy antiguos. Esto se solía hacer cortando un núcleo del tronco mediante un dispositivo de perforación, pero por alguna razón Currey afirmó que no podía obtener una muestra de núcleo de Prometheus. Cuando lo solicitó al Servicio Forestal, se le concedió permiso para talar el árbol con el fin de contar sus anillos.

El lado positivo de esta historia -aunque pequeño- es que la indignación por la tala dio lugar a un movimiento para proteger las Montañas Blancas de California.

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