Tamarisco: el árbol nocivo del oeste

El cedro salado es uno de los diversos nombres comunes de un árbol no autóctono invasor que se está extendiendo rápidamente por la región intermontaña del oeste de Estados Unidos, a través de los cañones del río Colorado, la Gran Cuenca, California y Texas. Otros nombres comunes son tamarisco y cedro salado.

El tamarisco está degradando el más raro de los hábitats del suroeste desértico: los humedales. El cedro salado invade manantiales, zanjas y riberas. El árbol se ha apoderado de más de un millón de acres del precioso recurso ribereño del Oeste.

Tabla de contenidos

Ritmo de crecimiento rápido

En buenas condiciones, el tamarisco oportunista puede crecer de 9 a 12 pies en una sola temporada. En condiciones de sequía, el tamarisco sobrevive dejando caer sus hojas. Esta capacidad de sobrevivir en las duras condiciones del desierto ha dado a este árbol una ventaja sobre otras especies autóctonas más deseables y ha provocado un fuerte descenso de las poblaciones de álamos.

Capacidad de regeneración

Las plantas maduras pueden sobrevivir a las inundaciones hasta 70 días y pueden colonizar rápidamente zonas húmedas gracias a la disponibilidad constante de semillas. La capacidad de la planta para aprovechar las condiciones de germinación adecuadas durante un largo periodo de tiempo da al salicornio una ventaja considerable sobre las especies ribereñas nativas.

Hábitat

El tamarisco maduro también puede rebrotar vegetativamente tras un incendio, una inundación o un tratamiento con herbicidas, y puede adaptarse a amplias variaciones en el estado del suelo. El tamarisco crecerá en elevaciones de hasta 1.500 metros y prefiere los suelos salinos. Suelen ocupar lugares con una humedad intermedia, niveles freáticos altos y una erosión mínima.

Impactos adversos

Los graves impactos directos del salicornio son numerosos. Este árbol invasor se está apoderando y desplazando a las plantas autóctonas, concretamente al álamo, aprovechando su agresiva ventaja de crecimiento en zonas donde las comunidades autóctonas naturales han sido dañadas por incendios, inundaciones o alguna otra alteración. Las plantas nativas han demostrado ser más valiosas para retener la humedad en los humedales que el tamarisco. La pérdida de estas especies nativas a favor del tamarisco acaba provocando una pérdida neta de agua.

Un cerdo de agua

El tamarisco tiene una tasa de evapotranspiración extremadamente rápida. Se teme que esta rápida pérdida de humedad pueda causar un grave agotamiento de las aguas subterráneas. También se produce una mayor deposición de sedimentos en los arroyos infestados de tamariscos, lo que provoca una obstrucción. Estos depósitos de sedimentos favorecen el crecimiento de densos macizos de cedro salado, lo que favorece las inundaciones durante los periodos de fuertes lluvias.

Controles

Existen esencialmente 4 métodos para controlar el tamarisco: mecánico, biológico, de competencia y químico. El éxito completo de cualquier programa de gestión depende de la integración de todos los métodos.

El control mecánico, que incluye el arrastre manual, la excavación, el uso de desbrozadoras, hachas, machetes, excavadoras y el fuego, puede no ser el método más eficaz para eliminar el tamarisco. La mano de obra no siempre está disponible y es costosa, a menos que se ofrezca como voluntaria. Cuando se utiliza maquinaria pesada, a menudo se perturba el suelo con consecuencias que pueden ser peores que tener la planta.

En muchas situaciones, el control con herbicidas es el método más eficiente y eficaz para eliminar el tamarisco. El método químico permite la regeneración y/o repoblación de los nativos o la revegetación con especies nativas. El uso de herbicidas puede ser específico, selectivo y rápido.

Se están investigando insectos como posibles agentes de control biológico del cedro salado. Dos de ellos, una cochinilla (Trabutina mannipara) y un escarabajo de la hoja (Diorhabda elongata), tienen la aprobación preliminar para su liberación. Existe cierta preocupación por la posibilidad de que, debido a los daños ambientales causados por el tamarisco, las especies vegetales autóctonas no puedan sustituirlo si los agentes de control biológico consiguen eliminarlo.

Deja un comentario

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Al hacer clic en el botón Aceptar, aceptas el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datas para estos propósitos.    Configurar y más información
Privacidad