Es una sola palabra. Pero lo dice todo. El reciclaje de chatarra y otros materiales era un asunto muy importante; se utiliza mucho acero y aluminio en barcos, aviones y tanques, y las fábricas están trabajando a pleno rendimiento.
A la Junta de Producción de Guerra no le importó ponerlo en un cartel.
La mayoría de los carteles de desguace reales estaban dirigidos a los agricultores y a la industria, por lo que solían tener un motivo más gráfico y militarizado; tu chatarra va a la guerra y derriba aviones enemigos…
Y submarinos…
y armas.
Fueron un poco más sutiles en el frente doméstico, recogiendo mucho más que metal. Casi todo podía reutilizarse y reciclarse.
Colección de la Legión Americana» src=»https://economiacircularverde.com/wp-content/uploads/2022/10/opt__aboutcom__coeus__resources__content_migration__treehugger__images__2012__10__649-0ec8683dc94a485fb55a87d982fd55f2.jpg» height=»600″>
Podías ganar con las latas de conserva, que entonces tenían en su mayoría etiquetas de papel, por lo que tenías que hacer algo más que tirarlas a la basura.
Colección Hennepin» src=»https://economiacircularverde.com/wp-content/uploads/2022/10/opt__aboutcom__coeus__resources__content_migration__treehugger__images__2012__10__hclib-cans-eb4aa42d9c3c412da28f2d30e83d6a60.jpg» height=»600″>
Pero todo el mundo lo hizo.
Colección de la Legión Americana» src=»https://economiacircularverde.com/wp-content/uploads/2022/10/opt__aboutcom__coeus__resources__content_migration__treehugger__images__2012__10__787-4f79448e958b480bbdcf519498852ccf.jpg» height=»600″>
La grasa vuelve a ser valiosa porque la gente la convierte en biodiésel. Para ello tienen que separar la glicerina; durante la guerra era la glicerina la que se necesitaba para fabricar explosivos.
Colección Hennepin» src=»https://economiacircularverde.com/wp-content/uploads/2022/10/opt__aboutcom__coeus__resources__content_migration__treehugger__images__2012__10__fat-minio-49eba2921de74629a3ac43021ca7af72.jpg» height=»500″>
¡Cosas poderosas!
Como señala este póster, la mayoría de las botellas de leche o de refrescos se devolvían de todos modos por sus depósitos. Sin embargo, había que animar a la gente.
Lo mismo ocurría en la industria; los bidones se reutilizaban, pero cuanto más rápido se devuelven, menos se necesitan.
La mayor parte del caucho de la época procedía de plantaciones de caucho natural, muchas de ellas estratégicas y al otro lado de los océanos. Reciclar el caucho (y minimizar su conducción) era fundamental.
Tampoco fue sólo en Estados Unidos; en Gran Bretaña todo el mundo colaboró.
Y en Canadá también.
La norma general de entonces, que aún se aplica hoy, es que la gente no debe desperdiciar. El mensaje podría difundirse con carteles ingeniosos como éste, hecho con herramientas de dibujo.
O con carteles seriamente pesados y exagerados como éste. Aquí no hay sentido del humor
Jardín de la Victoria del Mañana» src=»https://economiacircularverde.com/wp-content/uploads/2022/10/opt__aboutcom__coeus__resources__content_migration__treehugger__images__2012__10__il_fullxfull-3-b528f6a6ef0747618e6ea7e55ec678f8.jpg» height=»600″>
Los mensajes siguen siendo relevantes, y siguen siendo remezclados, como este del diseñador de Portland Joe Wirtheim en El Jardín de la Victoria del Mañana.