Desde la alteración radical de los ecosistemas hasta el aumento de las emisiones de CO2, la contaminación lumínica va mucho más allá de eliminar nuestra visión de las estrellas.
La noche anterior a la iluminación artificial es bastante difícil de comprender para la mayoría de nosotros, modernos devoradores de luz, pero como escribe Jon Henley en The Guardian, «La noche preindustrial… era considerada con temor y fascinación a partes iguales».
Antes de que nuestras noches estuvieran empapadas de luz, la gente se basaba en otras estrategias para navegar por sus mundos; la luna y las estrellas se valoraban por su práctica luminosidad, la gente conocía íntimamente sus barrios y hogares, los sentidos estaban más afinados ya que la vista estaba dificultada. Era más aterrador y peligroso, escribe Henley, pero también tenía sus encantos.
Hoy en día, el mundo occidental tiene luz a raudales. Tanta luz que nos ahogamos en ella. Un poco de luz sería estupendo, pero la utilizamos en exceso de forma vergonzosa. Considera esto del Proyecto de Piedra Angular de la IYA2009, una colaboración entre la Unión Astronómica Internacional, la UNESCO y el Observatorio Nacional de Astronomía Óptica de EEUU:
La contaminación lumínica desperdicia dinero y energía. Cada año se gastan miles de millones de dólares en iluminación innecesaria sólo en Estados Unidos, y se calcula que 1.700 millones de dólares van directamente al cielo nocturno a través de luces exteriores sin apantallar. La iluminación desperdiciada en EE.UU. libera anualmente 38 millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera; las luces exteriores sin apantallar son directamente responsables de 1,2 millones de toneladas de desperdicio de dióxido de carbono. Simplemente reduciendo y eliminando la iluminación innecesaria se ahorra dinero y energía, a menudo con un gasto mínimo. Iluminar en exceso la noche no mejora la visibilidad ni aumenta la seguridad, la utilidad, la protección o el ambiente nocturnos.
La contaminación lumínica se presenta de cinco formas:
Tabla de contenidos
Resplandor del cielo urbano
Aunque suene algo poético, el resplandor del cielo nocturno sobre las zonas habitadas es en realidad responsable de la desaparición de la Vía Láctea y las estrellas de muchas zonas. Como señala el AIA2009, «cada vez más, el equipo más importante necesario para disfrutar de las maravillas del cielo nocturno es un automóvil con el depósito lleno y un mapa».
Invasión de la luz
Las quejas por el ruido no son infrecuentes, pero ¿qué hay de las quejas por la luz? Esto puede ocurrir con la invasión de la luz, cuando la luz no deseada entra en la propiedad privada, ya sea de un vecino, de los faros que pasan o de las farolas.
Sobreiluminación
Esto suele coincidir con el resplandor del cielo urbano y ocurre cuando se utiliza una luz excesiva para llamar la atención sobre un edificio importante. Me vienen a la mente los monumentos, los edificios históricos y los rascacielos que llaman la atención.
Deslumbramiento
Cuando la luz no apantallada de una fuente se derrama en el cielo y en otros lugares; el deslumbramiento puede reducir la visibilidad y puede ser cegador.
Desorden de luces
Agrupaciones excesivas de luz que resultan brillantes y confusas, que suelen encontrarse en ciudades y zonas habitadas excesivamente iluminadas. La proliferación del desorden contribuye al resplandor del cielo urbano, a la intrusión y al deslumbramiento.
El sitio de bombillas LED con sede en el Reino Unido, LEDLights.co.uk, creó esta infografía que explora cómo estas formas de contaminación lumínica afectan al planeta.
El impacto del problema en la fauna es especialmente inquietante, bueno, todo es inquietante. Pero como he dicho antes, la oscuridad es un recurso fácilmente renovable, sólo tenemos que apagar algunas luces. Un poco de miedo y fascinación nos vendría bien.