Hay muchas formas de limpiar una casa, pero los mejores métodos son los que ahorran tiempo y esfuerzo, a la vez que evitan los productos químicos de limpieza tóxicos. Aquí hemos recopilado una lista de algunos trucos sencillos que te facilitarán la tarea. Armado con ellos, pronto estarás buscando razones para limpiar.
Tabla de contenidos
Mantén las cosas secas
La humedad persistente es el enemigo cuando se trata de mantener limpios los baños y las cocinas, porque atrae las bacterias y el moho. Deja la puerta o la cortina de la ducha abierta cuando no la utilices para que fluya el aire. Pon siempre en marcha un ventilador o abre una ventana cuando te duches para que salga el vapor. Deja la puerta de la lavadora abierta entre cargas. Si tienes trapos o paños de cocina sucios, cuélgalos para que se sequen entre cargas de ropa; no los pongas húmedos en el cesto.
Ilumina la suciedad
¿Sabes cómo mueves tu cara en un espejo, utilizando diferentes ángulos para ver conseguir una mirada clara? La misma lógica se aplica a la limpieza. Utiliza una linterna para iluminar las superficies, los suelos y los rincones para detectar el polvo y la suciedad que podrías haber pasado por alto. Esto también implica ponerse a la altura de los ojos de lo que estés limpiando.
Pon el lavavajillas a trabajar
Los lavavajillas pueden hacer mucho más que lavar los platos. Pueden limpiar esponjas de cocina, guantes de silicona para el horno, lámparas, accesorios de escritorio, cubiertas de los extractores de los ventiladores, cepillos para el pelo (quítale el pelo primero), juguetes de plástico y metal, chanclas, utensilios de manicura, cuencos para mascotas, cepillos de maquillaje, filtros para cocinas y ventiladores de baño, llaves de casa, collares y correas para mascotas (si no son de cuero), colador del fregadero y mucho más. Eso sí, no mezcles cargas alimentarias y no alimentarias porque eso da asco.
Afronta esas persianas
Limpiar las persianas es una tarea molesta, pero hay que hacerla porque todos esos lados quisquillosos son imanes de polvo. Prueba a ponerte un calcetín en la mano y limpiar dos lados a la vez. O bien, envuelve un par de pinzas con un trapo, sujétalo con bandas elásticas y pásalo a lo largo de las lamas para limpiar. Si las persianas están sucias, retíralas de la ventana después de quitarles el polvo y sumérgelas en la bañera con un chorrito de jabón para la ropa. Déjala en remojo durante una hora, luego aclárala y ponla a secar al aire libre.
Utiliza la luz del sol a tu favor
La luz del sol es una poderosa herramienta de limpieza. Pon tu ropa de cama al sol para refrescarla: almohadas, edredones, protectores de colchón, peluches, tapicerías y mucho más. Cuelga la ropa blanca a plena luz del sol para blanquearla, eliminar las manchas y, en general, darle brillo. Pon los cubos de basura y los contenedores de reciclaje vacíos y limpios al sol para desodorizarlos.
Poner herramientas en todas partes
Un truco sutil pero eficaz: Si hay cepillos, trapos y soluciones de limpieza en todas las habitaciones (o al menos en todas las plantas de la casa), estarás más dispuesto a lanzarte a hacer un trabajo cuando sea necesario que si tienes que subir un tramo de escaleras para conseguir las herramientas adecuadas.
Nunca te saltes estas dos tareas
La cama debe estar hecha y el fregadero de la cocina debe fregarse a diario. Si haces la cama todas las mañanas, empezarás el día con una pequeña sensación de logro y lo terminarás con una sensación de satisfacción. Lo mismo ocurre con el fregadero de la cocina, que Melissa Maker, propietaria de la empresa con sede en Toronto Clean My Space, describe como «la cama de la cocina»:
«Si entras en un dormitorio y la cama está muy bien hecha, el resto del dormitorio se siente limpio. Se siente organizado y hermoso. Lo mismo ocurre con el fregadero de la cocina. Si entras en una cocina y tiene buen aspecto y el fregadero está reluciente, de repente eso eleva la cocina. El resto de la cocina se siente muy bien. Por el contrario, si entras y ves un fregadero sucio con platos dentro, la cocina da una sensación de asco».
Ten a mano estos 3 ingredientes
Limones, bicarbonato de sodio y vinagre blanco son los tres ingredientes básicos de muchas fórmulas de limpieza de bricolaje. Aquí tienes algunos ejemplos de las muchas cosas que pueden hacer.
Los limones son estupendos para fregar tablas de cortar malolientes. Córtalos por la mitad y úsalos para frotar sal gruesa en la tabla. Limpia al vapor el microondas exprimiendo el zumo y poniendo las mitades en un bol con agua, metiéndolas en el microondas durante 3 minutos y dejándolas reposar 5 minutos antes de sacarlas. Podrás limpiarlo fácilmente. Frota mitades de limón por todos los grifos para conseguir un brillo instantáneo. Exprímelo en una tetera, añade agua, hiérvela y aclárala bien para desincrustarla. Añade 3 cucharadas de zumo de limón a una botella de agua exprimida y utilízala para limpiar cristales y espejos con un paño de microfibra.
Usa el bicarbonato de sodio como desodorante, abrasivo y abrillantador. Puede eliminar los restos de jabón, dar brillo a un fregadero de acero inoxidable, limpiar la lechada cuando se aplica en forma de pasta y se deja durante 10 minutos, desodorizar las alfombras y potenciar la colada.
El vinagre es un potente limpiador cuyo aroma se puede enmascarar dejándolo en remojo con cáscaras de cítricos durante unos días, y colándolo después antes de usarlo. Úsalo para desodorizar el lavavajillas poniendo un tazón en la rejilla superior. Mezcla 1:1 con agua para limpiar los electrodomésticos de acero inoxidable. Pule los grifos y los cubiertos con un paño de microfibra humedecido en una solución de agua y vinagre.
Esta lista no es ni mucho menos exhaustiva, pero te pondrá en el buen camino para mantener tu casa reluciente. La limpieza no debería ser una tarea abrumadora. Con los trucos adecuados en la manga, siempre te sentirás preparado para el trabajo.