¿Qué es la muda forzada en las granjas industriales?

La muda forzada es la práctica de causar estrés a las gallinas ponedoras, normalmente mediante la inanición, para que produzcan huevos más grandes más adelante. Esta práctica es habitual en las grandes granjas industriales, donde las gallinas ponedoras viven en jaulas en batería tan hacinadas que las aves no pueden extender completamente sus alas.

La privación de alimento a las aves durante 5 a 21 días hace que pierdan peso, pierdan las plumas y dejen de producir huevos. Mientras se detiene su producción de huevos, el sistema reproductivo de las gallinas se «rejuvenece» y las gallinas pondrán después huevos más grandes, que son más rentables.

Las gallinas mudan (pierden las plumas) de forma natural una vez al año, en otoño, pero la muda forzada permite a las granjas controlar cuándo se produce y hacer que ocurra antes. Cuando las gallinas mudan, ya sea de forma forzada o natural, su producción de huevos disminuye temporalmente o se detiene por completo.

La muda forzada también puede conseguirse cambiando a las gallinas a un pienso nutricionalmente deficiente. Aunque la desnutrición puede parecer más humana que la inanición absoluta, esta práctica hace que las aves sufran, provocando agresividad, desplumamiento y que se coman las plumas.

Las gallinas pueden ser sacrificadas a la fuerza una, dos o tres veces, antes de ser sacrificadas para la alimentación de mascotas y otros usos. Si las gallinas no son forzadas, pueden ser sacrificadas en su lugar.

Según el Servicio de Extensión Cooperativa de Carolina del Norte, «la muda inducida puede ser una herramienta de gestión eficaz, que te permite ajustar la producción de huevos a la demanda y reducir el coste de las aves por docena de huevos».

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Controversia sobre el bienestar de los animales

La idea de retener el alimento hasta tres semanas parece claramente cruel, y los defensores de los animales no son los únicos que critican esta práctica, que está prohibida en la India, el Reino Unido y la Unión Europea. Según United Poultry Concerns, tanto la Asociación Médica Veterinaria de Canadá como el Comité Científico Veterinario de la Unión Europea han condenado la muda forzada. Israel también ha prohibido la muda forzada.

Aunque la muda forzada es legal en Estados Unidos, McDonald’s, Burger King y Wendy’s se han comprometido a no comprar huevos de productores que realicen la muda forzada.

Preocupación por la salud humana

Además del evidente sufrimiento de las gallinas, la muda forzada aumenta el riesgo de salmonela en los huevos. La salmonela, fuente habitual de intoxicación alimentaria, es más peligrosa para los niños y las personas con sistemas inmunitarios debilitados.

La muda forzada y los derechos de los animales

La muda forzada es cruel, pero la postura de los derechos de los animales es que no tenemos derecho a comprar, vender, criar, mantener o sacrificar animales para nuestros fines, por muy bien que se les trate. La cría de animales para la alimentación viola el derecho de los animales a no ser utilizados ni explotados por el hombre. La solución a las prácticas crueles de las granjas industriales es el veganismo.

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