¿Qué es la espuma cuántica?

¿Alguna vez has contemplado los restos espumosos de una botella de cerveza y has reflexionado sobre la naturaleza fundamental del espacio-tiempo? (Por supuesto, ¿quién no lo ha hecho?)

Resulta que ese tapón espumoso de tu cerveza podría ser una buena analogía de cómo es la realidad en la más pequeña de las escalas, si fuera posible ampliar el espaciotiempo al máximo. El espaciotiempo, según algunas de nuestras mejores teorías, no es liso. Es espumoso. Y si tuvieras un microscopio lo suficientemente potente como para ver hasta los niveles cuánticos más básicos, lo que verías es espuma cuántica.

La idea de la espuma cuántica surge de la idea de Einstein de que la gravedad está causada por la deformación y curvatura del espaciotiempo. Esta concepción implica que el espaciotiempo es una entidad real y física que es dinámica, y si es así, entonces también debería estar sujeto a la física cuántica. En otras palabras, la idea de la espuma cuántica es lo que obtenemos cuando aplicamos la física cuántica al propio tejido del espaciotiempo.

Piénsalo como si estuvieras volando sobre el océano. Mirando por la ventanilla de un avión desde el nivel de las nubes, el océano parecerá probablemente una superficie azul lisa y sin estructura. Sin embargo, si el avión empieza a descender, al final podrás ver que el océano es en realidad ondulado. A medida que desciendas más, puede que empiece a parecer agitado con olas blancas. Y a niveles aún más bajos, podrías incluso distinguir las burbujas espumosas que se generan por el batir de las olas del océano.

Para ver la espuma del espaciotiempo, sin embargo, hay que ampliarla hasta niveles imposibles, hasta la longitud de Planck, una medida que equivale a 1,616229(38)×10-35 metros. ¿Cómo de pequeño es eso? Bueno, el ser humano está más cerca en tamaño relativo del tamaño del universo observable que del tamaño de la longitud de Planck. En otras palabras, cuando se compara con la escala de un cuerpo humano, la longitud de Planck es más pequeña que el universo observable es grande.

Es probable que nunca se pueda observar algo tan pequeño, por lo que la espuma cuántica sólo existe por ahora en la mente de los teóricos. Pero se han realizado algunos experimentos que parecen corroborar la idea. Por ejemplo, los científicos han medido que los fotones que llegan a la Tierra procedentes de explosiones estelares lejanas parecen llegar en tiempos diferentes según su nivel de energía. Como se supone que la velocidad de la luz es constante, algo debe haber interrumpido la trayectoria de estas partículas. ¿Podría ser la espuma cuántica?

Estos experimentos deben repetirse antes de poder sacar conclusiones, pero al menos demuestran que la idea de la espuma cuántica puede ser potencialmente comprobable, aunque no podamos observarla directamente.

Así que tal vez estemos inmersos en un mar de espaciotiempo ondulado, ondulante y espumoso. Como la espuma del océano, como el escupitajo de la boca de Dios. O tal vez, no. En cualquier caso, es algo sobre lo que merece la pena reflexionar mientras se toma una cerveza espumosa.

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