Los investigadores han descubierto que las personas que mienten se sienten menos humanas.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el gobierno pegó carteles como éste por todas partes:
© WikipediaSí, es un japonés atrapado en una trampa para ratones. Normalmente, cuando la gente habla de deshumanización, se refiere a esto: la gente se convence de que sus objetivos no son realmente humanos. Y si alguien no es humano, según la lógica humana, puedes hacerle casi cualquier cosa. Puedes dar una patada a un perro, disparar a un ciervo por la cornamenta y quemar vivas a las hormigas sin consecuencias.
Pero investigadores de la Universidad de Northwestern se plantearon recientemente una cuestión mucho más extraña sobre la deshumanización: ¿Se deshumaniza realmente la gente?
Los investigadores llevaron a cabo algunos experimentos en los que hicieron que los participantes describieran las veces que habían actuado de forma inmoral y les dieron la oportunidad de hacer trampas. Hicieron preguntas diseñadas para medir el libre albedrío y otras cualidades «humanas». Las preguntas incluían «En comparación con la persona media, ¿en qué medida eres capaz de hacer cosas a propósito?» y «En comparación con la persona media, ¿en qué medida eres capaz de experimentar emociones?»
Su estudio, publicado en Pychological Science, descubrió que las personas que engañaban o mentían se sentían menos humanas en los cuestionarios mientras pensaban en su propia inmoralidad. Parece que existe una relación entre actuar de forma inmoral y pensar en uno mismo como menos que humano.
Los investigadores afirman que, durante la deshumanización, los humanos piensan en sí mismos más como animales, o incluso como robots.
«La autodeshumanización puede producir a veces espirales descendentes de inmoralidad, demostrando un comportamiento inicial poco ético que lleva a la autodeshumanización, que a su vez promueve la deshonestidad continuada». escriben los investigadores.
Los científicos se refieren a la parte más antigua de nuestros cerebros como nuestros «cerebros de reptil», y eso es porque los reptiles (y otros animales) tienen básicamente lo mismo. Los humanos tienen «cerebros de mamífero» y «cerebros de primate» adicionales construidos sobre los antiguos cerebros, y estos nuevos ayudan a los humanos a relacionarse entre sí. Así que, en cierto modo, cuando la gente actúa de forma «inhumana», en realidad está actuando un poco menos humana, o al menos menos emblemáticamente humana.
Muchas veces, los líderes piensan que la competencia es algo bueno. Formando equipo con otras empresas es como crecen los mercados. Los personajes de «El lobo de Wall Street» prácticamente convirtieron el engaño a los inversores en una religión. Además de separar a los grupos humanos, este tipo de filosofía de «sálvese quien pueda» también separa a los humanos de otros animales. Comer un cubo de palitos de pollo todos los días está perfectamente bien en un mundo en el que los no humanos no importan. Pero si este estudio tiene algo de razón, deshumanizar a otras personas y animales no sólo provoca divisiones en la sociedad. También hace que la persona que deshumaniza sea un poco menos humana.