Los gatos no son mi especialidad, pero conozco las señales de advertencia de una catástrofe en ciernes: los cambios de humor y los movimientos de las orejas que pueden significar que pronto se producirá un arañazo o un mordisco. En una columna anterior, ofrecí sugerencias para ayudar a que los perros y los niños coexistan pacíficamente. Muchos de esos consejos se aplican también a los gatos. Por ejemplo, crear una zona libre de niños puede crear también una zona libre de estrés para tu gato.
En cuanto a los cambios de humor, Kristen Collins, adiestradora profesional de perros certificada por el Centro de Comportamiento Animal de la ASPCA, ofrece medidas para abordar los ataques de agresividad inducidos por las caricias de tu bicho.
No te lo tomes como algo personal
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«No es raro que un gato se acerque, ronronee y se frote contra tus piernas, y luego, cuando lo acaricias, se vuelve y muerde o araña, haciendo que la gente se sienta traicionada o confundida», dice Collins. Intenta no frustrarte. Señala que las caricias repetitivas provocan una excitación repentina en algunos gatos, y esa sensación puede ser desagradable, como una descarga de electricidad estática. «Es algo individual de cada gato que puede ocurrir a distintas edades», dice.
Toma las cosas con calma
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Encuentra la fase en la que tu gato se siente incómodo con las caricias: algunas señales de advertencia pueden ser que cambie la cola o que tenga las orejas echadas hacia atrás. Si notas estas u otras señales, detente antes de que las cosas se pongan feas. Obligarle a soportar el tiempo de caricias sólo empeorará el problema, dice Collins.
«Si al cuarto golpe se ponen tensos, sabes que tienes un gato de tres golpes», dice. «Cuando el gato se acerque y pida caricias, acarícialo tres veces y dale una golosina o un juguete, pero no lo fuerces a pasar el umbral».
Después de una semana de ofrecer tres caricias seguidas de una golosina, intenta colar una cuarta caricia. Con el tiempo, tu gato tolerará el afecto adicional.
«Aprende que las cosas buenas ocurren cuando se le acaricia», dice Collins. «Aumenta lentamente el número de caricias. Con el tiempo, puede crear una afición a ese tipo de caricias».»
Comprende las limitaciones de tu gato
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Aunque este método de adiestramiento positivo puede ayudar a mejorar la respuesta de tu gato a las caricias, es importante tener en cuenta que tu gato puede no aceptar nunca el tiempo de mimos en toda regla. «Detente cuando sepas que está preparado para parar», dice Collins. «Acepta a tu gato por lo que es».