¿Por qué aúllan los perros? Y qué hacer con los aullidos excesivos

Los perros levantan la barbilla y lanzan largos (y a menudo fuertes) aullidos por muchas razones. Los aullidos específicos están a veces relacionados con la raza del perro, su personalidad y las circunstancias. Los perros pueden aullar para comunicarse contigo o con otros perros, transmitiendo que se sienten solos o que alguien está en peligro. A veces, responden a sonidos que oyen o expresan malestar o dolor.

Mucho de lo que sabemos sobre los aullidos de los perros procede de estudios realizados con lobos. Al igual que los lobos, los perros son animales de manada que utilizan el sonido para comunicar todo, desde el dolor y el miedo hasta la dominación y la amistad.

Aquí tienes unas cuantas razones clave por las que los perros aúllan.

Tabla de contenidos

Se encuentra en una situación de angustia física o emocional

El aullido de un perro puede ser una respuesta al dolor físico o emocional. Si tu perro aúlla repetidamente sin una razón obvia, o si el comportamiento de aullido es nuevo y va acompañado de otros síntomas, es importante que busques el consejo y la atención de un veterinario.

Responde a los estímulos

Ciertos sonidos -sirenas, otros perros, música- son desencadenantes habituales de los aullidos. ¿Por qué aúllan los perros ante estos ruidos? Considera que es la forma que tiene tu perro de comunicarse con los estímulos, reconociendo que oye algo con un ruido propio.

Buscando atención

Un perro que está aburrido o se siente solo puede aullar para hacerte saber que quiere tu atención. Un aullido fuerte y aparentemente aleatorio es una muy buena forma de decir «ven aquí» porque los dueños de los perros casi siempre responden. Los perros también pueden comunicar que han encontrado algo que quieren compartir. Desde el punto de vista canino, puede valer la pena aullar por un nuevo perro o un olor interesante, ya que atrae la atención de su dueño hacia el emocionante hallazgo.

Comunicación con otros perros

Al igual que los lobos, los perros utilizan el aullido para comunicarse entre sí. Este particular sonido puede transmitir a otros perros que deben alejarse, acercarse o advertir un peligro. El aullido también es una respuesta a los humanos desconocidos que se acercan a la puerta; es una advertencia para ti, como «compañero de manada» de tu mascota, de que podría acercarse el peligro. (El aullido, que es ligeramente diferente del aullido, suele utilizarse para alertar a los humanos y a otros perros de un posible peligro.)

Qué hacer con los aullidos excesivos

Un comportamiento canino natural, los aullidos ocasionales no son motivo de preocupación. De hecho, algunos propietarios de perros disfrutan «cantando» con sus mascotas; además, es importante responder positivamente si tu perro aúlla para compartir contigo un descubrimiento emocionante. Los aullidos excesivos, en cambio, pueden crear problemas en tu casa y en el vecindario. Afortunadamente, hay formas de mantener el ruido al mínimo.

Antes de tomar cualquier medida de comportamiento, asegúrate de que los aullidos de tu perro no están relacionados con un problema médico. Si los aullidos son nuevos y continuos, lleva a tu mascota al veterinario y explícale exactamente cuándo y cómo se producen.

Una vez que hayas descartado cualquier problema de salud grave, podrás determinar mejor el origen del problema. Si parece que el perro aúlla para llamar tu atención y tu compañía, es posible que esté ansioso o que necesite más socialización. Los perros que sufren ansiedad por separación también pueden pasearse, masticar en exceso o hacer caca en la casa en lugar de fuera. Si tu perro aúlla en respuesta a estímulos como sirenas, música o los ladridos de otros perros, notarás un patrón de aullidos relacionado con esos acontecimientos. En ambos casos, es posible cambiar el comportamiento de tu mascota mediante el adiestramiento. En lugar de responder positivamente:

  • Ignora el ruido y recompensa a tu mascota sólo cuando se esté callando.
  • Distribuye golosinas a tu mascota.
  • Distribuye golosinas con regularidad a tu perro cuando se comporte bien, y retén la atención y las golosinas cuando aúlle.
  • Dispón de una distracción para que tu perro no se mueva.
  • Proporciona distracciones, como juguetes para masticar, para mantener a tu perro ocupado.

Si el perro aúlla, no le hagas caso.

Si es probable que el acontecimiento desencadenante se repita -por ejemplo, si vas a estar fuera de casa a una hora determinada todos los días, o si alguien en tu casa practica regularmente la interpretación de un instrumento-, es posible que tengas que desensibilizar a tu mascota y condicionarla. Para ello:

  • Expón a tu perro a experiencias más breves de separación o del ruido desencadenante. Recompénsalo cuando no aúlle en respuesta.
  • Amplía el periodo de exposición poco a poco, proporcionando una retroalimentación positiva cada vez.
  • Cada vez que expongas a tu mascota a la separación o al ruido fuerte, dale la actividad deseada o una golosina, como un juguete especial, para que asocie la separación o el ruido con un resultado positivo.

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