El cuidado adecuado de los cascos es esencial para la comodidad y la salud general de un caballo domesticado, pero la cuestión de si necesitan o no herraduras depende de cada caballo. Los propietarios de caballos utilizan las herraduras por diversas razones, desde la protección y la terapia hasta el rendimiento en los eventos ecuestres. Dependiendo de factores como el uso que se haga de ellos y el tipo de terreno en el que vivan, también hay razones por las que las herraduras no serían necesarias. Los propietarios de caballos deben consultar a sus veterinarios y herradores especializados para determinar qué es lo que mejor se adapta a su caballo y a su salud.
Tabla de contenidos
¿Qué son las herraduras?
Una herradura es una placa en forma de U que suele ser de acero (aunque también puede ser de aluminio, titanio, cobre, caucho o materiales sintéticos como el plástico y los compuestos) diseñada para proteger los cascos del caballo del desgaste en superficies duras. Un herrador, alguien especializado en la anatomía del pie del caballo y en las herraduras, suele forjarlas de acero tras examinar los pies del caballo para proporcionar un ajuste personalizado. Durante el proceso de forjado se añaden agujeros para los clavos mediante una herramienta, y a veces se añade una ranura de llenado para crear la tracción necesaria para actividades y eventos equinos específicos.
Las herraduras se fijan con pequeños clavos que atraviesan la herradura hasta la parte exterior del casco. Pero no te preocupes, como esta parte del casco no tiene terminaciones nerviosas, el caballo no siente ningún dolor durante el proceso (es similar a cortarse las uñas).
¿Qué es un herrador?
Los herradores son profesionales expertos en la anatomía de los pies y las patas de los caballos que se encargan de la salud de los cascos de los caballos recortándolos y herrándolos. La mayoría de los herradores han completado una escuela de herraje o un aprendizaje y tienen conocimientos de herrería que les ayudan a ajustar las herraduras prefabricadas para que se adapten con precisión a un casco concreto. Tu veterinario de grandes animales podrá recomendarte un buen herrador en la zona, o siempre puedes preguntar entre los propietarios de caballos.
Historia de las herraduras
Las herraduras fueron una invención basada en la necesidad, derivada de la domesticación de los caballos salvajes como animales de trabajo. Los primeros caballos domesticados se vieron expuestos a menudo a condiciones distintas a las de su hábitat natural, ya que los humanos empezaron a utilizarlos para viajar, cazar y tirar del arado. Las herraduras les protegían de los objetos afilados y de las roturas o daños en la pezuña. Es difícil precisar cuándo se utilizaron exactamente las herraduras por primera vez; las herraduras de hierro fundido, por ejemplo, son difíciles de datar, ya que los materiales metálicos valiosos solían reutilizarse. En 1897, se encontraron en una tumba etrusca una serie de herraduras hechas con restos de bronce que databan del año 400 a.C., pero los arqueólogos también han encontrado pruebas de las primeras formas de herraduras temporales hechas con materiales como el cuero o la tela. En 2018, se encontró en Inglaterra un raro conjunto completo de herraduras romanas bien conservadas, llamadas «hiposandalias«, que datan del año 140 d.C. y el 180 d.C..
¿Por qué las herraduras se consideran de la suerte?
Es una creencia común que las herraduras dan suerte, aunque se desconoce dónde se originó exactamente la superstición. Los primeros europeos occidentales pensaban que las hadas malignas eran expulsadas por el hierro, que era un material habitual para forjar herraduras en aquella época. Los primeros paganos veían la forma de luna creciente de las herraduras como un símbolo de fertilidad y suerte. La gente de la Edad Media creía que las brujas viajaban en escoba porque temían a los caballos, así que una herradura era para una bruja el equivalente a un crucifijo para un vampiro. Sin duda, las imágenes del diablo con pezuñas hendidas también contribuyeron a las leyendas. Se dice que San Dunstan, herrero y obispo de principios de la Edad Media, colocaba herraduras al propio diablo, haciendo que el proceso fuera doloroso para que el diablo tuviera miedo de entrar en una casa con una herradura colgada sobre la puerta. Durante las Cruzadas del siglo XII, las herraduras se aceptaban como forma de pago de impuestos y a menudo se adornaban los caballos con una herradura de plata de la suerte antes de un gran desfile.
Las herraduras y la salud de los caballos
Las herraduras pueden mejorar la tracción en las pruebas ecuestres, proteger los cascos del desgaste e incluso proporcionar un alivio terapéutico. Aunque algunos caballos pueden mantener sus pies por sí mismos, los caballos que realizan habitualmente movimientos repetitivos de trabajo o exhibición casi siempre requieren herraduras para evitar la cojera (marcha anormal que puede disminuir la calidad de vida).
Mientras que los caballos en la naturaleza pueden mantener los pies recortados de forma natural, ya que se mueven muchos kilómetros al día por diferentes superficies, la mayoría de los caballos domésticos requieren un recorte regular de los cascos para mantenerse cómodos, sin dolor y para evitar la distorsión de los pies. Una vez más, las variaciones dependen de cada caballo, ya que a los caballos más atléticos les pueden crecer los pies más rápidamente que a los caballos más sedentarios. La necesidad puede variar desde un mantenimiento cada cuatro semanas hasta un máximo de dos meses. Un crecimiento excesivo puede llegar a deteriorar el casco o provocar lesiones, infecciones por hongos, hematomas o abscesos. Los estudios han demostrado que el funcionamiento interno del pie, desde los tendones y ligamentos hasta el movimiento general del animal, se verá afectado por unos cascos desequilibrados.
¿Pueden los caballos ir descalzos?
Hay más de un factor crítico en cuanto a si un caballo puede ir descalzo o no. Por ejemplo, algunos caballos tienen enfermedades o afecciones que pueden requerir ser herrados para aliviar el dolor o el estrés, mientras que otros tienen naturalmente cascos duros y lisos, sin deformidades ni problemas óseos o musculares.
Los caballos salvajes pueden mantener sus cascos en buenas condiciones, ya que el movimiento continuo por diversas superficies abrasivas y la búsqueda de alimento desgastan los cascos de forma natural. Los caballos domésticos, en cambio, necesitan un mantenimiento regular de los cascos, independientemente de si llevan herraduras o no. Los caballos sin herrar que viven en las superficies blandas de los pastos y los establos rara vez se mueven lo suficiente como para desgastar sus cascos correctamente, mientras que los caballos herrados no los desgastan en absoluto.
Los caballos con una buena conformación de cascos y patas, que tienen una carga de trabajo limitada y que pueden alimentarse con la mayor parte del pienso, pueden vivir felizmente sin herraduras. De hecho, muchos herradores prefieren que sus clientes de cuatro patas vayan descalzos durante parte del año, ya que el clima frío puede a veces ralentizar el ritmo de crecimiento de los cascos. Sea cual sea la circunstancia, los propietarios de caballos deberían hablar siempre con los veterinarios o herradores para personalizar un plan para la salud general de los cascos de su caballo.
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