Las bolsas de tela para productos son fáciles de hacer y de usar

La solución a uno de tus problemas de plástico está en tu armario de la ropa blanca.

Recientemente estaba comprando en Internet bolsas de tela para productos agrícolas y me quedé boquiabierta al ver el coste de los envíos, cuando se me ocurrió que debía hacer las mías propias. Aunque no tengo ninguna experiencia en costura, seguro que no es tan difícil convertir una vieja sábana de algodón en un montón de resistentes bolsas para productos, ¿verdad?

Bolsa de tela DIY

Así fue como encontré el tutorial de Anne-Marie Bonneau sobre cómo hacer tus propias bolsas de tela para productos y alimentos a granel. Bonneau, conocida como la Chef del Desperdicio Cero y que tiene un sinfín de deliciosos trucos bajo la manga para reducir los residuos en la cocina, hace que parezca fácil. Utiliza una plantilla de 23′′ x 17,5′′ y corta todas las bolsas que pueda de una sábana recién lavada. Acaba el borde con una sutura (o puede hacer un dobladillo), clava y cose los bordes, y las deja con la parte superior abierta.

Lo de las tapas abiertas fue lo que me desconcertó al principio. Suponía que necesitaría un cordón para cerrarlo, y eso está muy por encima de mi nivel de habilidad para la costura. Pero, como señaló Bonneau, lo único que necesitas es un elástico. Compra con un pequeño ovillo de elásticos en tu bolso y ya está. Es fácil que una cajera lo abra para echar un vistazo rápido al interior y confirmar el contenido.

Bonneau tenía algunas sugerencias más. Cuando compres alimentos a granel, dependiendo de la tienda, puede que tengas que anotar el número de cubo para facilitar las cosas al cajero. Escribir el número directamente en la tela no siempre funciona, ni se borra de forma previsible. Sugiere anotar el número junto al artículo en tu lista de la compra, ya sea en tu teléfono o en un papel. De nuevo, una solución sencilla pero eficaz.

Enfoques y opciones alternativas

Un comentarista sugirió bordar (¡caramba, eso suena complicado!) el peso de la bolsa en el exterior para que no tenga que ser tarada (pesada previamente) por el cajero cada vez. Otro enfoque es elegir un material ligero que no afecte al peso final en la báscula y no tenga que ser tarado, y que, sin embargo, sea lo suficientemente resistente como para contener cantidades razonables de lo que vayas a comprar. El algodón y el lino son ideales.

La tela oscura no mostrará las manchas con tanta facilidad si eres propenso a olvidar los productos en el fondo del frigorífico, pero deberías clasificar los alimentos una vez que llegues a casa desde la tienda para asegurarte de que eso no ocurra. Lava las bolsas con regularidad, porque pueden recoger todo tipo de cosas desagradables en el carro de la compra (lo ideal es hacerlo después de cada viaje de compras) y cuélgalas para que se sequen. Deberían durar mucho tiempo y darte muchas satisfacciones en el proceso.

Reúnete con un grupo de amigos para hacer bolsas una tarde. Apuesto a que este es el tipo de cosas que mucha gente utilizaría con gusto, pero que aún no se ha esforzado en adquirir.

Creo que ya sé cuál será mi proyecto de fin de semana…

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