© Kjell Sandved/Getty Images
Los ojos de los insectos son una maravilla de la ingeniería natural. Cualquiera puede decir que los ojos de los insectos son especiales de forma compleja con sólo echar un vistazo a su forma y construcción. Pero cuando te adentras en esta maravilla de la ingeniería natural, la historia se vuelve aún más interesante.
© Alstair Shay/Getty ImagesLa mayoría de los insectos tienen lo que se llama ojos compuestos. Como seguramente habrás notado, los ojos compuestos son una estructura similar a un mosaico de omatidios estrechamente apilados. Digamos eso en voz alta todos juntos, ommatida. Según el práctico Biology Online, son «las unidades estructurales y funcionales de la visión» y su número varía según el insecto. Algunas especies de insectos tienen tan sólo seis, mientras que otras, como las libélulas, tienen más de 25.000!
© Cultura Science/Gregory S. Paulson/Getty Images
¿Significa eso que un insecto tiene una visión mucho mejor que la de los humanos? Pues no. Al explicar cómo funcionan los ojos de las mariposas, el profesor Ron Rutowski nos dice que, al menos en el caso de las mariposas que ha estudiado, tienen una visión mucho peor. Si los humanos consideran que la visión perfecta es 20/20, las mariposas tienen más bien una visión 20/200. Tienen que estar mucho, mucho más cerca de un objeto para poder verlo con claridad.
Pero eso no significa que los ojos de los insectos no tengan capacidades sorprendentes.
Como señala Biology Online, «Como sugirió originalmente Johannes Muller(1829) en su llamada ‘teoría del mosaico’, cada ommatidium recibe la impresión de una zona luminosa correspondiente a su proyección en el campo visual; y es la yuxtaposición de todas estas pequeñas zonas luminosas, que varían en la intensidad y calidad de la luz que las compone, lo que da lugar a la imagen total erecta percibida por el insecto. Como los insectos no pueden formarse una imagen verdadera (es decir, enfocada) del entorno, su agudeza visual es relativamente pobre en comparación con la de los vertebrados. En cambio, su capacidad para percibir el movimiento, mediante el seguimiento de los objetos de ommatidium a ommatidium, es superior a la de la mayoría de los demás animales. La resolución temporal del parpadeo es de hasta 200 imágenes/segundo en algunas abejas y moscas (en los humanos, las imágenes fijas se difuminan en movimiento constante a unas 30 imágenes/segundo). Pueden detectar patrones de polarización en la luz del sol y discriminar las longitudes de onda en una gama que va desde el ultravioleta hasta el amarillo (pero no el rojo)».
Y las capacidades especiales no terminan con el seguimiento superior del movimiento.
© Grahame Mcconnell/Getty Imgaes
Un trabajo de investigación de 2010 muestra que los ojos de los insectos tienen realmente la capacidad de repeler la suciedad, un descubrimiento que podría suponer una solución biomimética para tecnologías como las células solares más eficientes.
«A diferencia del resto del cuerpo, los ommatidios de varios insectos permanecen limpios, incluso en un entorno muy contaminado… Suponemos que este fenómeno antiadherente se debe a una disminución del área de contacto real entre las partículas contaminantes y la superficie del ojo. Esta combinación de tres funciones en una nanoestructura puede ser interesante para el desarrollo de superficies industriales multifuncionales capaces de mejorar la captación de luz al tiempo que reducen la reflexión de la luz y la adherencia.»
© James H Robinson/Getty Images