Un hongo que come plástico podría ayudar en la lucha contra los residuos plásticos

Los seres humanos han fabricado unos 9.000 millones de toneladas de plástico desde la década de 1950, de los cuales sólo el 9% se ha reciclado y el 12% se ha incinerado. El 79% restante se ha acumulado en los vertederos o en el entorno natural, e incluso la mayoría de los plásticos etiquetados como «biodegradables» no se descomponen en el océano.

Para ayudar a aligerar la carga de la naturaleza en medio de esta crisis medioambiental, los investigadores están buscando ahora métodos alternativos para la reducción del plástico. Una de estas soluciones viene en forma de cierta especie de hongo con la capacidad de consumir poliuretano, uno de los principales ingredientes de los productos de plástico.

¿Qué significa esto para los esfuerzos medioambientales? Si podemos encontrar una forma de aprovechar el poder de estos hongos que comen plástico, algunos científicos creen que estos compostadores naturales podrían ser la clave para limpiar nuestro planeta.

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Especies de hongos comedores de plástico

Los hongos, que técnicamente se refieren al cuerpo fructífero (o la estructura reproductiva) de algunos hongos subterráneos o del subsuelo, son conocidos por su proceso natural de descomposición de las plantas muertas. Desde material de construcción hasta biocombustible, el potencial oculto de los hongos ha mantenido en vilo a los investigadores durante años. Y con la existencia de entre 2 y 4 millones de especies de hongos, las posibilidades son aparentemente infinitas.

Los científicos han descubierto a lo largo de los años unos cuantos hongos que se alimentan de plástico, y aunque algunos son increíblemente raros, otros pueden encontrarse en tu mercado local.

Pestalotiopsis microspora

Los estudiantes de un viaje de investigación de una clase de Yale descubrieron un raro hongo en la selva amazónica de Ecuador en 2011. El hongo, Pestalotiopsis microspora, puede crecer en el poliuretano, un polímero habitual en los productos de plástico, y utilizarlo como única fuente de carbono. Según el equipo de investigación de Yale, este hongo de aspecto sencillo y color marrón claro puede vivir en entornos con o sin oxígeno, descomponiendo y digiriendo el poliuretano antes de convertirlo en materia orgánica.

Esporas de Pestalotiopsis microspora

En un experimento en el que se midió la velocidad de descomposición de la materia por parte del hongo, se observó un aclaramiento significativo en el material plástico tras sólo dos semanas. Pestalotiopsis microspora incluso eliminó el plástico más rápidamente que el Aspergillus niger, el hongo conocido por causar el dañino moho negro.

Pleurotus ostreatus y Schizophyllum commune

En una colaboración entre la diseñadora Katharina Unger de LIVIN Studio y la facultad de microbiología de la Universidad de Utrecht (Países Bajos), un proyecto que utiliza el micelio (la parte vegetativa del hongo, similar al sistema de raíces de una planta) de dos hongos comunes fue noticia en 2014. Utilizando el Pleurotus ostreatus, también conocido como seta de ostra, y el Schizophyllum commune, también conocido como seta de agallas partidas, el equipo fue capaz de convertir el plástico en alimento de calidad humana.

Los hongos se cultivaron en vainas circulares hechas de gelatina derivada de algas y rellenas de plásticos tratados con rayos UV. A medida que el hongo digiere el plástico, crece alrededor de las vainas de la base comestible para crear un aperitivo rico en micelio al cabo de pocos meses. Aunque el diseño, conocido como Fungi Mutarium, era sólo un prototipo conceptual para apoyar la investigación, presentaba el potencial de los hongos de consumo habitual como solución a la contaminación por plástico.

Aspergillus tubingensis

En 2017, un equipo de científicos descubrió otro hongo que come plástico en un vertedero general de la ciudad en Pakistán. El hongo, llamado Aspergillus tubingensis, podía descomponer el poliuretano de poliéster en trozos más pequeños al cabo de dos meses.

Qué es la micorremediación

La micorremediación es el proceso natural que utilizan los hongos para degradar o aislar los contaminantes del medio ambiente. Es una forma de biorremediación, que puede darse de forma natural o introducirse deliberadamente, para descomponer distintos tipos de contaminantes ambientales. La micorremediación utiliza hongos en lugar de bacterias (aunque a veces se utiliza en combinación), gracias a las enzimas que los hongos producen de forma natural.

Esta característica única de los hongos ha demostrado ser una herramienta eficaz en la remediación de residuos. Por ejemplo, un estudio de 2020 publicado en Biotechnology Reports descubrió que la micorremediación aplicada a residuos agrícolas como pesticidas, herbicidas y cianotoxinas es más rentable, ecológica y eficaz.

Esto es especialmente relevante en el caso de la Pestalotiopsis microspora, que no sólo vive sólo de plástico, sino que puede hacerlo en entornos oscuros sin oxígeno. Eso significa que puede prosperar en los centros de tratamiento de residuos, tener aplicaciones en los sistemas de compostaje doméstico e incluso sobrevivir en el fondo de los vertederos pesados.

¡Y tú también puedes comerlo!

Aunque el estudio de Yale sobre la P. microspora no examinó las cualidades comestibles de los hongos que degradan el plástico, el proyecto de la Universidad de Utrecht demuestra definitivamente que ciertos tipos de hongos siguen siendo comestibles incluso después de consumir plástico. Katharina Unger, la diseñadora del proyecto, dijo a Dezeen que las setas resultantes tenían un sabor «dulce con olor a anís o regaliz», mientras que la textura y el sabor dependían de la cepa concreta. El equipo incluso ideó una receta para aromatizar la vaina de base de algas y gelatina y diseñó una gama de cubiertos especializados para comer las setas.

Según un estudio de la Universidad de Rajasthan, en la India, las setas que comen plástico pueden absorber a veces demasiado contaminante en su micelio, por lo que no pueden consumirse debido a la gran cantidad de toxinas. Sin embargo, si se realizan más investigaciones sobre los aspectos de seguridad, la micorremediación mediante el cultivo de hongos podría abordar quizás dos de los mayores problemas del mundo: los residuos y la escasez de alimentos.

Pros y contras

La idea de utilizar hongos para descomponer plásticos no está exenta de limitaciones. Liberar nuevos organismos en nuevos entornos (por ejemplo, en el océano, que alberga cientos de miles de toneladas métricas de plástico) puede ser un asunto complicado. Un enfoque, como informó Newsweek tras el descubrimiento del equipo de Yale de P. microspora en el Amazonas, sería recoger primero los restos de plástico y dejar que el hongo haga su magia en un entorno controlado.

Dicho esto, la investigación muestra claramente que este tipo de hongos puede descomponer los plásticos en semanas o meses, produciendo potencialmente un alimento rico en proteínas para animales, humanos o plantas. Con más investigación, los hongos podrían ayudar a resolver nuestros problemas de contaminación por plástico.

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