La competencia y la cooperación no son mutuamente excluyentes. Pregúntale a un coyote o a un tejón.
Ambos son carnívoros astutos y, dado que a menudo cazan las mismas presas en las mismas praderas, tendría sentido que fueran enemigos o, al menos, que se evitaran mutuamente. Pero aunque no siempre se llevan bien, los coyotes y los tejones tienen un antiguo acuerdo que ilustra por qué puede ser inteligente que los rivales trabajen juntos.
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Hermosas fotos de una caza de coyotes y tejones
Un ejemplo de esa asociación se desarrolló recientemente en una pradera del norte de Colorado, cerca del Centro Nacional de Conservación del Hurón de Pata Negra. Y fue captado en fotos, tanto por una cámara trampa de fauna silvestre como por fotógrafos avispados:
Aunque es relativamente raro capturar fotos tan buenas de una caza como ésta, el fenómeno está bien documentado. Era conocido por muchos nativos americanos mucho antes de que los europeos llegaran al continente, y los científicos lo han estudiado durante décadas. Se ha registrado en gran parte de Canadá, Estados Unidos y México, normalmente con un tejón cazando junto a un coyote.
En un estudio publicado en la revista Mammology, los investigadores del Refugio Nacional de Alces de Wyoming descubrieron que en el 90% de las cacerías de coyotes y tejones había uno de cada animal, mientras que en el 9% había un tejón con dos coyotes. Sólo el 1% vio a un tejón solitario unirse a un trío de coyotes.
Una asociación mutuamente beneficiosa
¿Pero por qué iban a trabajar juntos estos depredadores? Cuando uno de ellos por fin atrapa algo, no se sabe que compartan el botín. Entonces, ¿qué sentido tiene?
El objetivo, aparentemente, es mejorar la probabilidad de que al menos uno de los cazadores atrape alguna presa. Aunque eso signifique que el otro acabe con las manos vacías, la asociación parece ser rentable para ambas especies a largo plazo.
Cada miembro de la partida de caza tiene una serie de habilidades distintas. Los coyotes son ágiles y rápidos, por lo que sobresalen en la persecución de presas a través de una pradera abierta. Los tejones son corredores lentos y torpes en comparación, pero son mejores excavadores que los coyotes, ya que han evolucionado para perseguir a pequeños animales en sistemas de madrigueras subterráneas. Por eso, cuando cazan perros de la pradera o ardillas de tierra por su cuenta, los tejones suelen desenterrarlos, mientras que los coyotes los persiguen y se abalanzan sobre ellos. Por tanto, los roedores utilizan estrategias diferentes según el depredador que les persiga: Suelen escapar de un tejón excavador abandonando sus madrigueras para huir por encima del suelo, y evaden a los coyotes corriendo hacia sus madrigueras.
Sin embargo, cuando los tejones y los coyotes trabajan juntos, combinan estas habilidades para cazar de forma más eficaz que cualquiera de ellos por separado. Los coyotes persiguen a sus presas en la superficie, mientras que los tejones toman el relevo en las persecuciones subterráneas. Puede que sólo uno acabe comiendo, pero en general, las investigaciones sugieren que la colaboración beneficia a ambos cazadores.
«Los coyotes con tejones consumían presas en mayor proporción y tenían una base de hábitat más amplia y menores costes de locomoción», según los autores del estudio del Refugio Nacional de Alces. «Los tejones con coyotes pasaban más tiempo bajo tierra y activos, y probablemente tenían menores costes de locomoción y excavación. En general, la vulnerabilidad de las presas parecía aumentar cuando ambos carnívoros cazaban juntos».
No siempre son compañeros
Pero los tejones y los coyotes no siempre son amigos. Aunque la mayoría de sus interacciones «parecen ser mutuamente beneficiosas o neutras», Ecology Online señala que a veces se depredan mutuamente. Las dos especies han desarrollado «una especie de relación abierta», según el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE.UU. (FWS), ya que tienden a colaborar en los meses más cálidos y luego se separan a menudo cuando llega el invierno.
«En invierno, el tejón puede desenterrar a sus presas en hibernación mientras duerme en su madriguera», explica el FWS. «No necesita al coyote de pies ligeros».
Al menos no en ese momento. Pero el invierno acaba convirtiéndose en primavera, y estos dos cazadores pueden volver a necesitarse mutuamente. Y al igual que han hecho durante miles de años, harán las paces, aceptarán sus diferencias y volverán a trabajar.