Un accesorio que no se añadió en la fábrica son los agujeros de bala. Son los famosos coches de la huida, y lo sorprendente es que todavía están con nosotros, que es más de lo que se puede decir de sus antiguos propietarios.
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Bonnie y Clyde
Probablemente el coche de huida más famoso es un Ford V-8 gris de 1934, robado por Clyde Barrow y Bonnie Parker y utilizado por ellos en una juerga criminal de varios estados y 2.500 millas (dejando nueve cadáveres) antes de que se les acabara la suerte en un control de carretera. El momento constituye el clímax de la película «Bonnie y Clyde», y las más de 100 balas que los desgarran a ellos y al coche están captadas a cámara lenta con gran eficacia. Un hito del cine, dicen muchos.
La próxima vez que estés en Pimm, Nevada, pasa por el Whiskey Pete’s Resort and Casino, porque allí reside el Ford decididamente sin restaurar, con el mismo aspecto que su sustituto en la película. Pete también tiene la camisa azul que llevaba Barrow el 23 de mayo de 1934, cuando los agentes de la ley cerraron el paso. También está un poco peor, con varios agujeros, pero al menos parece haber pasado por una lavandería desde entonces. También se prometen otros macabros «recuerdos».
Por cierto, Barrow era muy exigente con sus coches. De hecho, escribió una carta a Henry Ford (que ahora se encuentra en el Museo Ford) en la que proclamaba su admiración por la calidad de los V-8 de este hombre. He aquí el texto completo de esa carta, cuya autenticidad se ha puesto en duda:
Mientras tenga aliento en mis pulmones, te diré que haces un coche estupendo. He conducido Fords exclusivamente cuando he podido salirme con la mía. En cuanto a la velocidad sostenida y la ausencia de problemas, el Ford ha superado a cualquier otro coche y, aunque mi negocio no ha sido estrictamente legal, no me duele nada decirte que el V8 es un coche estupendo.
Y aquí tienes el vídeo:
John Dillinger
El Essex Terraplane no es muy recordado hoy en día, pero el bluesman Robert Johnson puso uno en una canción, y John Dillinger realmente compró el suyo con el dinero en efectivo de sus trabajos en el banco – no era un ladrón de coches como Bonnie y Clyde.
Lo último que supe es que el Terraplane de 1933 de Dillinger estaba en el centro de convenciones de Richmond, Virginia, tras una gira por los aeropuertos. Acaba de estar en Baltimore, y lo he visto en Indianápolis.
El Terraplane, valorado en 150.000 dólares, tiene uno o dos agujeros de bala, pero son mucho más discretos que los del pobre Ford. Dillinger compró el coche a la Pothoff Brothers Motor Company de St. Paul, Minnesota, en marzo de 1934, cuando sólo le quedaban unos meses de vida. Por razones obvias, el coche fue registrado a nombre del hermano de Dillinger, Hubert, que estaba con él cuando ambos estrellaron el Terraplane en el campo de un granjero el 7 de abril de 1934.
Hubert reparó posteriormente el Essex, pero dejó los agujeros de bala, quizá pensando en su valor futuro. El viejo J.D., a pie para entonces, tuvo su cita con el destino en un cine de Chicago en julio de ese mismo año. Sus últimos pensamientos fueron sin duda sobre su Essex, que es propiedad del Museo Nacional del Crimen y el Castigo de Washington, D.C.
Dillinger también tenía un Studebaker Commander de 1932 que utilizó en 1933 para robar el Central National Bank de Greencastle, Indiana, un robo de manual que se llevó a cabo sin problemas. Ese coche está en el Museo del Automóvil de Volo. Sin embargo, Essex era su marca favorita.
Al Capone
Sólo lo mejor para el contrabandista y jefe del crimen Al Capone. En una reciente visita a Kansas City, me detuve en el Hotel Rieger, donde el legendario jefe Tom Pendergast celebraba la corte, y un cartel en el baño dice: «Aquí es donde orinó Al Capone». Sin duda llegó en su famoso Cadillac blindado.
El Verde, de cuatro pasajeros, modelo 341 de 1928 (arriba) no es muy impresionante a la vista -ni siquiera era el más alto de la gama Cadillac de ese año-, pero la calidad estaba incorporada. El coche del mafioso está fuertemente blindado, siendo uno de los primeros coches así equipados. Como muestra el vídeo siguiente, los automovilistas que eran atacados podían bajar las cortinas de acero (con rendijas para devolver los disparos). Una gran placa de acero protege el cortafuegos. El cristal tiene una pulgada de grosor y es a prueba de balas. Aquí tienes un vídeo sobre lo que se hizo en este exclusivo Cadillac:
Son estos detalles específicos los que hacen que el Cadillac sea aún más valioso, y explican un precio de subasta en 2012 de 341.000 dólares. RM Auctions, que vendió el coche, dijo que su procedencia «nunca ha sido cuestionada», pero de hecho lo ha sido. La propiedad de Capone no está tan bien documentada, aunque el hijo del instalador del blindaje dijo en 1933 que el coche es auténtico.
Otro Cadillac de Capone, un precioso V-16 descapotable de 1940, está sin restaurar en la Fundación Collings, en Stow, Massachusetts, y, según se dice, puede verse allí con una cita especial.
George «Ametralladora» Kelly
También era un hombre de coches. En su vida delictiva, «se sabía que disfrutaba de muchos lujos, incluidos automóviles de gran potencia y joyas caras, sin ningún medio de subsistencia visible», informó el FBI. Para un famoso secuestro, utilizó un Cadillac de siete plazas (o un Buick, la víctima no estaba segura). Hoy en día, «Machine Gun» Kelly es rapero, y también ha tenido desventuras con los coches, totalizando un Nissan Altima y un Ford Explorer.
En tiempos más modernos, el mafioso John Gotti mostraba un gusto impecable por los coches, ya que poseía un Jaguar E-Type descapotable de 1972 con motor V-12. Ese coche, que costó 7.500 dólares nuevo, está ahora en el Museo de la Mafia de Las Vegas.