El diseño sostenible es la filosofía de diseñar objetos físicos de acuerdo a unos principios básicos de sostenibilidad tanto económica, como social y ecológica. Abarca tanto el diseño de objetos para uso cotidiano, como el diseño de edificios, ciudades o infraestructuras.
En los centros de negocios se habla de diseño sostenible
En un espacio de co-working en Copenhague hay un cartel que pregunta a los jóvenes emprendedores cuál creen que será “the next big thing”, es decir, la siguiente gran apuesta a nivel empresarial. Bajo el cartel hay una cesta llena de bolas y, en frente de ésta, se disponen cinco grandes recipientes con algunas de las mayores tendencias actuales que, dicen, pueden revolucionar la economía y la forma de concebir el mundo. Éstas son: inteligencia artificial, realidad virtual, blockchain, Big Data y economía colaborativa. Las bolas se van repartiendo de manera más o menos equitativa, según los emprendedores se aventuran a realizar un pronóstico. Sin embargo, hay una opción que se les ha escapado: el diseño de productos sostenibles.
Y es que la economía circular también está revolucionando la mentalidad a la hora de hacer negocios. Ahora cada vez más nuevas iniciativas contemplan desde el inicio la misión de maximizar la eficiencia en el uso de los recursos, así como de reducir la presión que su actividad empresarial pueda ejercer sobre el planeta. El diseño sostenible y ecodiseño rompe con el modelo lineal tradicional, basado en la comercialización de productos ya finalizados y en muchos casos sin atender al qué pasará una vez haya finalizado la vida útil de éstos. En cambio, los negocios circulares plantean una estrategia que busca aportar valor continuado, resiliente y sostenible a la economía, generando productos o servicios que perduren en el tiempo e inicien nuevos ciclos adaptándose a las circunstancias económicas, ecológicas y culturales de cada momento.
En la Unión Europea, es la propia legislación la que presiona por hacer posible este cambio hacia un modelo circular, al considerarlo no sólo necesario y urgente sino también una oportunidad. El diseño circular, valorado en un millón de millones de dólares, “atraerá innovación” y “reformará cada parte de nuestras vidas”, alega la Fundación Ellen MacArthur, conocida impulsora de esta transición.
Recientemente, la fundación Ellen MacArthur ha lanzado, junto con IDEO, una plataforma-guía para diseñar un negocio de forma sostenible y circular. La herramienta consta de una parte de explicación del concepto -pues no es tan sencillo como parece-, en que precisa parte por parte en qué consiste exactamente repensar el modo de diseñar los negocios para hacerlos circulares o “de ciclo cerrado”, y en la que da algunas claves para realizar ese cambio, empezando por la mentalidad de los emprendedores.
También, incluye una extensa metodología, que pasa por cuatro fases: definir, crear, lanzar y entender; así como los recursos para ponerla en marcha. Por otro lado, una serie de historias y “case studies” por parte los “pioneros en el diseño circular” aportan ideas a otros empresarios y los inspiran a partir de sus propios fracasos y éxitos logrados.
Uno de ellos es Phillips, compañía que se ha convertido en socio estratégico de la Fundación MacArthur y que ha aplicado a su modelo empresarial la filosofía de la economía circular. Esta empresa recalca que el cambio no es sólo económico sino también cultural, pues pasa por, entre otras cuestiones, dejar atrás la propiedad de los productos para dar paso al servicio gestionado. Así se refleja en su servicio de iluminación inteligente, mediante el cual las empresas pueden instalar LED de larga duración en sus oficinas mientras que Phillips mantiene la propiedad de las luminarias y se encarga de la mejora del rendimiento de las mismas, y de la gestión del residuo al final de su vida útil.
¿Por qué apostar por un modelo de ciclo cerrado?
La economía circular tiene valor en sí mismo. Consiste en un ciclo continuo de desarrollo positivo que conserva y mejora el capital natural mientras que ofrece a las empresas una ventaja competitiva partir del diseño de soluciones de ciclo cerrado. Además, tal como apunta Tim Brown, CEO de IDEO, estas soluciones “invaluables” para la gente, son “regenerativas para nuestro mundo”. A partir del diseño circular, todo lo demás está aún por construir, alegan.