Estás en el patio y ves un destello de calicó o escuchas un maullido lejano. Sabes que hay un visitante felino al acecho, con la esperanza de conseguir algunas sobras de la mesa. ¿Qué hay que hacer?
Cualquier amante de los animales de buen corazón se plantearía ir a la despensa a por croquetas o atún. ¿Pero alimentar a un gato callejero es realmente lo mejor para él y para tu comunidad?
Aquí tienes una visión general y lo que dicen los expertos.
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Proteger la vida silvestre
Algunos expertos en felinos estiman que hay hasta 100 millones de gatos asilvestrados viviendo en EE.UU. Suelen ser descendientes de mascotas abandonadas o perdidas que ahora son animales salvajes que no han tenido contacto con los humanos y que gorronean para salir adelante. Acaban creando colonias allí donde pueden encontrar refugio y comida.
A veces ese alimento es la fauna salvaje. Aunque las estimaciones varían, un estudio publicado en la revista Nature Communications descubrió que los gatos matan aproximadamente 2.400 millones de aves y 12.300 millones de mamíferos cada año, mucho más de lo que se pensaba. Aunque muchos partidarios de los gatos se mostraron contrarios a la forma en que se calcularon estas cifras, nadie niega que los gatos son cazadores y que la fauna silvestre a menudo sufre.
Al alimentar a los gatos callejeros en tu patio trasero, ¿estás invitándolos al buffet que es tu comedero para pájaros? ¿O les estás llenando la barriga para que sean menos propensos a acechar a los petirrojos y carboneros que los visitan?
Difusión de enfermedades
Los gatos callejeros tienen una vida muy dura. Esquivan los coches, a los propietarios iracundos que esgrimen venenos y a los depredadores. Debido a todos esos peligros, no es raro que sólo vivan unos pocos años. Los gatos asilvestrados se enfrentan a menudo a enfermedades y dolencias, y pueden estar repletos de parásitos. Cuando aparecen en tu porche, pueden estar cubiertos de pulgas o tener la rabia.
Las pulgas pueden provocar una infestación por tenia y, en casos muy raros, incluso la peste. Y, por supuesto, los gatos pueden transmitir la rabia y otras enfermedades. Si alimentas a los gatos callejeros, una opción es triturar las pastillas antipulgas Capstar de venta libre y ponerlas en la comida de los gatos, sugiere la Liga Urbana de Gatos. Mata las pulgas en pocas horas y es seguro para gatitos de tan sólo 4 semanas de edad.
El problema de los gatitos
Mucha gente no intenta atrapar a los gatos callejeros y llevarlos al refugio por un par de razones. En primer lugar, los gatos callejeros suelen ser muy astutos. No se acercan fácilmente a los humanos, por lo que no es fácil acercarse a ellos, y mucho menos meterlos en una caja y llevarlos al refugio. Además, cuando un refugio está repleto de gatos amistosos y gatitos mimosos, las posibilidades de que un gato salvaje siseante sea adoptado son muy escasas.
Así que los gatos salvajes siguen siendo salvajes. Y siguen haciendo bebés.
«Mucha gente con buenas intenciones alimenta, alimenta, alimenta», dijo Susan Richmond, directora ejecutiva de Gatos de barrio en la ciudad de Nueva York, «y no siguen adelante y arreglan a los gatos. Y nadie quiere que los gatos pasen hambre, pero eso no es dar una solución».
Una gata puede quedarse embarazada con sólo 16 semanas y puede tener dos o tres camadas cada año. Así que en siete años, una gata asilvestrada y su cría pueden producir 420.000 gatos más.
Por eso muchos grupos de rescate y sociedades humanitarias dicen que la clave es detener todo el ciclo de los gatitos con un programa de captura, esterilización y devolución (TNR). Muchos grupos de rescate, sociedades humanitarias y refugios de animales trabajan con las comunidades para ofrecer programas gratuitos o de coste reducido, ayudándoles a atrapar humanamente a los gatos callejeros, castrarlos y normalmente vacunarlos contra la rabia, y luego devolverlos a sus colonias.
Los programas de TNR ayudan a estabilizar la población y a reducirla, con el tiempo, señala la Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad contra los Animales (ASPCA). Además, ayuda a contrarrestar comportamientos como las pulverizaciones, las peleas y los aullidos, y los gatos tienen menos riesgos de contraer enfermedades.
Los voluntarios suelen vigilar a los gatos en sus colonias, asegurándose de que se mantienen sanos y alimentados y de que tienen refugio. Normalmente se corta la punta de una oreja durante la operación para poder identificar a los gatos callejeros que ya han sido atrapados y curados.
El problema del vecino
Si vives en un barrio, es posible que a tu comunidad no le haga ninguna gracia que haya un montón de gatos merodeando por tu césped. Algunas ciudades y municipios tienen leyes que prohíben alimentar a los animales callejeros. Incluso si no hay ninguna razón legal, puede fomentar la mala voluntad de tus vecinos y de tu comunidad de propietarios.
Para mantener la paz, haz lo posible por mantener a los gatos en tu propio jardín, para que no utilicen otras zonas como caja de arena o para comer. Alley Cat Allies sugiere hacer una caja de arena en el exterior, lejos de tus vecinos (y de tu casa). También puedes sugerir a tus vecinos que pongan fragancias seguras que mantengan alejados a los gatos. Prueba con cáscaras de naranja o de limón frescas, posos de café húmedos y ollas llenas de vinagre.
No dejes comida sin comer fuera y dales un refugio en tu jardín para que no vayan a buscarla a otro sitio. Explica a tus vecinos que (con suerte) has arreglado a los gatos y que no van a tener gatitos. Sólo tratas de ayudar a seres vivos que necesitan ayuda.
«Como parte de la vida en una sociedad civilizada, es nuestra obligación cuidar de los que son débiles, están enfermos o son impotentes», dice a WebMD la veterinaria Margaret R. Slater, directora senior de epidemiología de los servicios de salud animal de la ASPCA. «Nuestra responsabilidad incluye a nuestros animales domésticos, a los que tomamos de la naturaleza y los hicimos dependientes de nosotros».